La pandemia ha acelerado el cambio en muchos aspectos, desde las ventas en línea, las interacciones humanas, hasta la forma en la que trabajamos.
El inicio de la pandemia en 2020 fue muy caótico, muchas personas perdieron su trabajo; otras tuvieron que tomar jornadas extenuantes como los trabajadores de la salud; hay quienes no pudieron dejar de trabajar ni un sólo día porque eran indispensables; y otros se han inducido en un letargo de zoom, pijamas y correos electrónicos a deshora.
Aunque en México gran parte de la población no trabaja en empleos que puedan ser sustituidos en casa, sin duda, el home office se ha hecho presente entre gran parte de los oficinistas e incluso el sector educativo.
Quizás el impacto más obvio de COVID-19 en la fuerza laboral es el aumento dramático de empleados que trabajan de forma remota. Según números de Forbes, en Estados Unidos aproximadamente el 25-30% de todas las empresas estarán remotas a partir de ahora.
Sobre todo para aquellos empleos que “se basan más en el resultado que en el proceso, lo que significa que la gente quiere ver el resultado en lugar de las horas que dedican los empleados. Si se cumplen las metas, la mayoría de las personas se sienten felices.”, comenta Mark E. Watson III , fundador y presidente de Aquila Capital Partners.
Claro que esto tiene sus pro y sus contras, ya que en muchas empresas se ha ganado flexibilidad, y se ha perdido la conexión en los entornos laborales. Que a inicios de la pandemia se intentó solucionar con videollamadas, pero pronto se descubrió la “fatiga de Zoom”, un efecto secundario tan común por las largas horas frente a la computadora.
Pero aunque odiamos las conexiones frías frente a una computadora, también ha habido sus pros. Mckinsey & Company descubrió que más del 20% de la fuerza laboral de las principales economías mundiales podría trabajar de forma remota con la misma eficacia de tres a cinco días a la semana.
Obligando a los trabajadores y las empresas a reevaluar la forma correcta de trabajar.
A pesar de que las vacunas están cada vez más ampliamente extendidas, las variantes y los miedos continúan entre la población. Pero el factor del hartazgo también es importante para hablar del tema, ya que muchas personas realmente están buscando regresar a la oficina.
Un informe global de Steelcase encontró que casi una cuarta parte de todas las empresas en Estados Unidos continuarán trabajando principalmente en la oficina, mientras que alrededor del 5% trabajará desde casa. Y es que la gran mayoría se mezcla unos días en casa y unos días en la oficina, en una propuesta híbrida.
Sin duda, cada oficina es un ecosistema y así como hay algunas que no han tenido problemas en regresar porque hay mucho espacio y pocos trabajadores, aún quedan muchas dudas con las grandes empresas que tienen a su mando a cientos de personas.
Por lo que la respuesta se encuentra en cada empresa, las cuales deberían de tomar en cuenta las inquietudes y la salud mental de sus trabajadores ante todo, como recomienda Forbes.
Al final, definitivamente es un sentimiento generalizado extrañar las interacciones humanas, pero un trabajador estresado por posibles contagios, es muy posible que no sea el más productivo.
Como sociedad, ya estábamos en el camino hacia la automatización y la economía digital, la covid-19 sólo le dio el empujón final para convertirse en realidad. Por lo que nos deja a nosotros adecuarnos conforme a la marcha.
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