El reggaetón tuvo un boom casi absoluto hace pocos años, pasó de ser un movimiento de las clases bajas, a ser considerado un género mainstream que debe de estar en todas las fiestas.
Sin duda, tuvo un salto cuantitativo desde que en 2017 el mundo enloqueció con “Despacito”, siendo una de las canciones más pegajosas de la última década, pero no sólo se pegó a nuestros cerebros como chicle bajo el sol, sino que también abrió definitivamente la puerta al reggaetón al mainstream.
Desde que ese éxito que llegó al #1 en el Hot 100 de Billboard, exponentes como J Balvin, Maluma, Ozuna y Bad Bunny se volvieron un referente clave en las radios, las listas de streaming y música que el “general public” disfruta.
Desde el año 2015 los estilos latinos y la música en español han desarrollado una presencia significativa tanto en los mercados de América del Norte como en Europa: los ingresos del sector latino de la industria musical de los Estados Unidos han aumentado rápidamente, de 176 millones de USD en 2016 a 243 millones de USD en 2017, culminando con una cifra increíble de 413 millones de USD en 2018.
Entre 2016 y 2017, las entradas en español en la lista Billboard Hot 100 aumentaron de cuatro a 19. En el año 2018, el consumo de álbumes latinos superó al de la música electrónica de baile EDM y la música country en los EEUU: en 2018, la música latina representó el 9,4% de todos los álbumes escuchados, mientras que la música country llegó al 8,7%.
Estas cifras demuestran claramente una tendencia alcista que probablemente no desacelere pronto.
Que al reggaetón lo hayamos encontrado con Drake, Justin Bieber, Cardi B y Beyoncé no es ninguna sorpresa, el reggaetón funciona a la perfección con ritmos originarios de Estados Unidos, como el trap, el hip-hop, el mumble rap, por lo que los géneros latinos se han terminado por fusionar con estilos anglosajones.
Así, crean variantes híbridas que cada día son más identificables. Al punto en donde así como el hip-hop, el reggaetón es un género mainstream, a pesar de sus letras explícitas y sus inicios underground.
Con artistas como Bad Bunny lanzando tres discos al año y encabezando las listas de éxitos sin aparente esfuerzo, con J Balvin diseñando una silueta de Jordan para Nike o Maluma creando una colección cápsula con Balmain, nos preguntamos, ¿será que habrán llegado el techo o queda mucho más donde explorar?
La respuesta posiblemente está en la siguiente colaboración que saldrá el viernes 22 de octubre, y desde hace meses tiene al mundo atento: DJ Snake logró unir a Ozuna, Megan Thee Stallion y Lisa de Blackpink en una misma canción llamada “SG”.
Tal vez una colaboración que nadie esperaba, pero que desde mi perspectiva es el futuro de aquello que entendemos por reggaetón. Y es que tanto el reggaetón como el k-pop tuvieron una explosión similar y por las mismas causas.
Todo gracias al aumento de la conectividad tecnológica, la globalización y la inmigración, los estilos y géneros que antes podrían haber permanecido dentro de la comunidad local, ahora se extienden por todas partes.
El idioma hace mucho que dejó de ser un impedimento para escoger a tus ídolos y tu música favorita, sobre todo en estos tiempos que traducir se ha convertido en una función más de nuestro smartphone.
Por ello, la globalización y la mezcla de todos ellos, sobre todo en un presente en el que pensar la música dividida por géneros musicales es muy vintage, parece ser el único camino al que música como el reggaetón aspira.
Hace mucho tiempo, esta expresión musical latina dejó de ser simplemente música para fiestas, y la respuesta la encontramos en las exploraciones visuales y estéticas que cada día son más fáciles de encontrar en la industria.
Desde un monstruo azul deprimido porque su novia cayó enferma, pasando por reinterpretaciones de René Magritte y Salvador Dalí, hasta llegar a álbumes conceptuales como Colores, de J Balvin.
En este sentido, y con la necesidad de salir de la zona de confort que nos obligó la pandemia de la covid-19, el reggaetón parece tener un futuro en la mezcla de géneros, artistas y expresiones artísticas. Sólo basta echar un vistazo a las propuestas de Tainy, uno de los productores estrella de la industria, y Stillz, el director visual de los videos de reggaetón del momento.
En este sentido, otras tendencias también indican que el reggaetón buscará ser más equitativo en cuanto a género, gracias a la explosión del subgénero feminista. Según una investigación liderada por el Departamento de Estudios de la Comunicación de la Universitat Rovira i Virgili, ha demostrado que es posible dar un nuevo significado a los géneros musicales sexistas.
El estudio muestra cómo estos tres proyectos creativos no solo utilizan la letra de sus canciones como una forma de promover las ideas feministas de las artistas, sino también cómo esta música convive con otras herramientas digitales para promocionarse a través de las redes sociales y difundir los mensajes que sus letras quieren transmitir.
Estas letras apoyan una visión de libertad en cuestiones de género y sexualidad, ya que reivindican la libertad individual de las mujeres y apoyan el empoderamiento de las mujeres. Por lo que aún no es tan común ver expresiones tan fuertes como Rosalía en el medio, pero todo indica que figuras como Tokischa podrían tomar mucho protagonismo.
Y por último, una tendencia que parece más bien temporal y bien arraigada al resto de tendencias que buscan nostalgia, dicta que el género regresará a los ritmos del reggaetón old school, aquel que figuras como Daddy Yankee cimentaron.
Sólo basta echar un vistazo a canciones como la controvertida “Safaera” de Bad Bunny, que resulta ser una mezcla inmensa de ritmos old school (al punto que continúa en problemas legales por no pedir permiso a sus autores), para notar que el mirar al pasado también es una tendencia creciente que adoramos.
“Hay una nueva generación de artistas urbanos que reconoce la gran herencia cultural que les precede, el reggaetón ‘old school’ regresa con fuerza, luego de varios años en los que se ‘suavizó’ con el pop para volverse ‘apetecible’ al general public”, dijo Aldo González, director de la división de nuevos talentos de Universal Music.
Un ejemplo es la decisión de la artista chilena Paloma Mami de incluir parte de “Quiero bailar” de Ivy Queen en su nueva canción “Mami” para “rendir homenaje a La Caballota”. De igual manera, J Balvin y Bad Bunny tienen como recurrentes colaboradores a pioneros de la industria como Zion y Lennox, Wisin y Yandel, entre otros.
Así pues, el reggaetón tiene futuro, tal vez no tan vibrante como hace unos pocos años, pero sin duda es un género que llegó en los dosmiles y decidió que no se iba a ir en 2017.
Disfruta de la música que esperabas, en Sanborns. Haz click AQUÍ.