En semanas recientes, Christian Jean y Pablo Cantú, mejor conocidos como Reyno, empezaron a dejar algunas pistas sobre nueva música en sus redes sociales, a través de mini-clips que parecen revelar un nuevo material. Dicha estrategia detonó gran emoción entre sus fans, quienes han abarrotado su cuenta de Instagram con muchos mensajes de emoción y amor por la banda, demostrando así que se trata de uno de los duetos más queridos en la escena del rock no sólo nacional, sino de todo el continente.

Hoy ese enigmático velo se cae para deleitarnos con un nuevo sencillo, “El Eco de la Nada”, canción que funciona como punta de lanza para lo que será su nuevo larga duración, poniendo así fin a un período de silencio que duró poco más de un año.

“El Eco de la Nada” es una canción que nos demuestra, de entrada, una nueva etapa de experimentación musical para el dueto: desde sus primeras notas, construidas con una guitarra acústica y pequeños juegos percusivos, se nota un espíritu de exploración a nuevos terrenos sonoros, ampliando así el universo creativo del conjunto.

Por su parte, la letra y vocalización de la misma representan una meta-interpretación: el protagonista de la historia escucha en su mente una voz que se repite como si fuera un mantra, lo cual sucede también en la canción: estamos ante líneas que pasan en ciclo justo como si fueran el propio mantra del personaje de la canción. Sin duda alguna, un hito experimental dentro de la poética del rock cantado en español.

Mientras la canción avanza, se incorporan paulatinamente los elementos que han hecho de Reyno una banda inconfundible: ahí están las guitarras eléctricas, la batería y los sonidos de teclado generando un rock ensoñado, mientras los efectos añadidos realzan las cualidades composicionales de Christian y Pablo.

Esta amalgama sónica queda perfectamente reflejada en el video que acompaña “El Eco de la Nada”: el director y artista visual británico Alex Rutteford, quien ha trabajado para bandas del calibre de Radiohead, Autechre y Amon Tobin, recrea un escenario perfecto para explicar el infinito que cabe en nuestro interior: observamos la historia de un astronauta, cuya única compañía son las voces de su cabeza, mismas que lo lanzan a una aventura más grande aún: la de lanzarse a la profundidad del cosmos, que no es otra cosa que él mismo. Con guiños a la odisea espacial de Kubrick, esta súper producción visual hará historia dentro de los clips musicales del país, dada su ambición estética, sonora y conceptual.

Es así que Reyno se coloca de nuevo como una de las bandas de mayor vanguardia dentro de la música nacional y del resto de habla hispana.

Información e imagen cortesía de Universal Music México

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