“Cuando me muera y me tengan que enterrar
Quiero que sea con una de tus fotografías
Para que no me de miedo estar abajo
Para que no se me olvide como es tu cara
Para imaginar que estoy contigo
Y sentirme un poquito vivo”
Afuera de la prepa en la que estudiaba, del estéreo de un auto rojo emanaba la letra que hasta ese momento me era un misterio. Llevaba refrescos y un sinfín de comida chatarra para acompañar la atenta escucha e intentar sacar conclusiones:
–“Esta enfermedad es incurable, Esta enfermedad ni con un valium, no”.
–“Sí, ese hombre ya se está muriendo”. Fue mi veredicto final.
Tratando de sacar conclusiones –dos clases de psicología nos llevaba a creer que ya éramos todos unos expertos en el tema– intentamos crear la historia y el sentir de aquel hombre moribundo a punto de partir.
Esa fue la primera vez que escuché con atención a Caifanes -al margen de sus éxitos en el radio, de “La Negra Tomasa” en fiestas familiares donde incluso la bailaron mis tíos-.
Aunque parezca temerario, me atrevo a decir que Caifanes ha sido la más alta causa del rock en México. Con su sonido la banda estableció las auténticas raíces de la música rock surgida en nuestro país.
Después descubrí “Viento”, que me llevó a buscar la letra, tratar de entenderla, hallar un significado con el cual pudiera identificarme. Fuera de rollos personales, contiene una frase que desde siempre me intrigó: “Préstame tu peine y péiname el alma” ... Algo que sin duda ejemplifica perfecto las famosas metáforas medio "fumadas” que siempre ha caracterizado a este grupo.
Vaya historia que encontré. Una entrevista en donde Saúl Hernández (líder y vocalista de Caifanes) explicaba el origen de la canción. En esta cuenta de manera honesta y desenfadada que todo inició en una taquería de la Ciudad de México, cuando él y Diego Herrera se encontraban comiendo. Entonces en esa época traían un look muy parecido a los de The Cure (para mí eran como el personaje “Triquitrán” del actor Tin-Tan), el caso es que en una mesa había una pareja, ya grande, de unos 70 años. El señor los miraba con una intensidad bastante curiosa… se levantó, les entregó una servilleta y se marchó. Lo que decía esa servilleta era “¡Préstame tu peine y péiname el alma!”.
Yo creía que había surgido de pensamientos más profundos por parte de la banda. Más de 30 años después, Caifanes sigue siendo ese gato pardo que maúlla tratando de llenar un vacío.
Las letras de las canciones se cubren de una especie de poesía maldita que salía de la soledad. Como cualquier otra agrupación que inicia, la agrupación levantaba cejas de sospecha y desconfianza, más en un México poco acostumbrado al rock y la rebeldía.
Parecía una banda insuficiente, incapaz de llenar recintos grandes. Sin embargo, demostraron que en ningún momento un escenario les quedaría grande.
En el 2017, Caifanes cumplió tres décadas de vida, por lo que la banda festejó en grande con una serie de conciertos que los llevó a pisar importantes plazas de la República Mexicana, así como de Estados Unidos. Para 2019, Saúl, Sabo, Alfonso y Diego continuaron dicha celebración y publicaron un nuevo álbum tras 25 años de no publicar nueva música, podemos decir ¡Caifanes está de regreso!
“Heridos” es el tema con el marcaron su regreso al estudio. Se trato de una previa de la edición XX del Festival Vive Latino, evento en el cual la banda participó como headliner del festival de aquel año.
La pieza inicia con la combinación de dos riffs de guitarra que resuenan al post-punk más pop del cual estaba inmensamente influida la banda previo a que llegue la voz de Saul Hernández, quien regresa con la fuerza romántica y pasional que distinguió a la agrupación. La guitarra parece hacer una fusión con el teclado de Diego Herrera, cuyas frecuencias bajas envuelven a la melodía desde el principio.
Caifanes tendrá múltiples presentaciones alrededor de la República Mexicana. Primero se presentarán el 22 de mayo en Plaza Monumental de Morelia, para después hacer lo propio el 19 de junio en El Foro de las Estrellas, Aguascalientes, el 20 de junio en Velaria de la Feria (León) y por último el 5 de septiembre en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez en Santiago de Querétaro.
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