Expertos alrededor del mundo indican que el mundo no volverá a ser el mismo (al menos a corto plazo). Atrás quedarán esas costumbres como saludar de beso en la mejilla, y hasta el apretón de manos, quizás tendríamos que aprender a saludar al estilo japonés: con una inclinación. Lo mejor es que ya puedes olvidarte de soplar las velitas del pastel, claro, tampoco habrá abrazos y muestras exageradas de amor. 

Otra cosa que seguro no será igual por mucho tiempo, es la de ir a casas ajenas o recibir visitas. Cine, bares y conciertos quizá tendrán también que modificar sus operaciones, reducir el aforo para que haya más espacios entre los asistentes. El mundo deportivo tampoco pudo salvarse. Futbol, béisbol, basquetbol, F1 y más, tuvieron que poner pausa a toda actividad.  

Ahora parece que la "normalidad" está cerca después de la cuarentena que el mundo enfrentó (algunos países aún siguen confinamiento). Y sí, el silbato volvió a sonar, gracias al regreso del futbol europeo el pasado sábado 16 de mayo, las patadas, los goles y los clavados regresaron a sacar sonrisas, pasiones y frustraciones alrededor del mundo gracias a la Bundesliga de Alemania que reanudó las acciones, calmando así el síndrome de abstinencia de los aficionados a nivel global. 

Si bien el balón volvió a rodar en el futbol alemán, la afición brilló por su ausencia y, realmente, desconocemos hasta cuándo se podrán volver a ver los estadios como los recordamos: llenos de color, cánticos y ese específico sazón que los aficionados le ponen a los partidos. 

Decía el futbolista y escritor Jorge Valdano que, en el mundo de todas las cosas que menos importan la más importante era el futbol y ante la impensable ausencia de él, descubrimos que la frase tiene mucha razón. Porque a pesar de solo tener repeticiones de partidos históricos, videos de goles, y decenas de rutinas y ejercicios con tu goleador favorito, estas se convirtieron en un oasis de distracción. 

¿Per cómo se llevó a cabo este regreso en la liga alemana? Cada partido no fue tan diferente de lo normal: hubo barridas y empujones, también muchas anotaciones. El regreso fue bajo medidas sanitarias estrictas para evitar cualquier contagio entre los jugadores, cuerpo técnico y staff, conscientes de que es complicado mantener el distanciamiento social en el terreno de juego. Los partidos fueron a puerta cerrada para los aficionados, solo permitieron a 300 personas en el estadio durante los partidos, se permitieron 10 reporteros y las conferencias al final de los partidos fueron virtuales.  

Los equipos llegaron de manera separada al recinto, y ya dentro de los vestuarios, los jugadores debieron mantener una distancia de 1.5 metros entre ellos usando mascarillas. La salida al campo también estuvo condicionada, lo hicieron de forma individual, sin mascotas, sin saludos antes del inicio y tampoco pudimos presenciar las tradicionales fotografías grupales. A pesar de las restricciones las muestras de júbilo al celebrar una anotación se vivieron a la distancia con un choque de codos o zapatos. 

El derbi entre Borussia Dortmund y Schalke 04 (4-0) fue el partido más destacado del sábado, para el día domingo el encuentro más esperado lo protagonizó el Bayern Múnich, actual campeón y líder de la liga alemana, derrotó en condición de visitante al Unión Berlín. 

La visita consiguió imponerse por 2-0 en el Estadio An der Alten Försterei para de esta manera mantener la distancia sobre sus perseguidores en la cima de la tabla de la Bundesliga. 

Sí, queríamos acción y la queríamos ya. No sabemos cómo será. Ni si estaremos ahí (pronto). Tampoco sabemos si los jugadores se podrán abrazar, besar o apretar, como comúnmente lo hacen. Lo único que tenemos claro es que habrá goles. Y sí, con eso nos basta, quizá con un gol de cabeza, o si hay buena suerte, uno de chilena. 

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