¿Qué es lo primero que llega a tu cabeza cuando piensas en Instagram? Posiblemente fotografías exageradamente estéticas de personas con vidas perfectas, que a duras penas puedes ver en tu día a día.
El hogar de los influencers, las personas perfectas que han sido absorbidas por las marcas y te venden jugos para adelgazar, blanqueador de dientes, ositos de goma para el cabello y, en general, cualquier cosa.
Tal vez el volver su feed de Instagram en un aparador, fue el principio del fin de los influencers, o tal vez fue que incluso la propia red social ya ha admitido que la forma de vida que predica es perjudicial para la sanidad de sus usuarios.
Los influencers eran distintos a las celebridades porque las sentías más cercanas a ti, pero de una manera aspiracional, estas figuras irreales y photoshopeadas eran la innovación de las marcas para atraer público joven, ¿el problema? Las nuevas generaciones ya no caen en el juego aspiracional barato.
Los centennials creen más en ser sin esperar ser reconocidos por ello, no por nada figuras como Billie Eilish y Lil Peep son modelos para estos chicos amantes de lo deliberadamente surreal y falso, lo que sólo puede ser creado a partir de una computadora. Lo que es falso y quiere emular una realidad, inmediatamente es rechazado.
Para un centennial lo primordial es ser tú mismo, a menos que haya una pantalla de por medio.
Y es aquí donde entran las E-Girls y los E-Boys, chicos exageradamente producidos, con toques noventeros, de anime, cosplay y cabello de colores. Pero ellos sólo existen en redes sociales, en la soledad de su habitación, si los ves por la calle, sólo verás a chicos normales comprando ropa en Urban Outfitters, yendo a la escuela o paseando a su perro.
Ellos mismos se ríen de sí mismos, pero no existe el individualismo que prolifera a montones en el mundo de los influencers, los chicos electrónicos (traducción de E-Boys e E-Girls) se apoyan entre ellos y crean alianzas.
Aunque esta estética proviene de Tumblr, red social que los chicos electrónicos más grandes utilizaron, y luego se trasladó en menor medida a Instagram, poco tiempo hizo falta para que crearan su propio medio para expresarse y este es el aún desconocido Tik Tok.
Con sólo 15 segundos máximo de duración en los videos de esta aplicación, estos nuevos modelos a seguir hacen tutoriales de maquillaje, lip sync, memes, replican tendencias virales, o simplemente son bonitas y bonitos para audiencias que no se determinan por seguidores o likes. Ya que una de las características de Tik Tok es que cualquier persona tiene la misma visibilidad que alguien con miles de reproducciones.
La democracia del Internet en su máxima expresión.
La mayoría de los usuarios de Tik Tok son adolescentes, y en consecuencia los E-Boys y las E-Girls son lo que ellos están buscando, los cuales replican los nuevos valores ya que las denominaciones de “girl” y “boy” no ven género. Se habla sin tapujos de las enfermedades mentales, los sentimientos y las adicciones. Se busca ser una versión caricaturizada de sí mismos.
Ellos saben que no son reales y eso es lo que los modelos a seguir.
Los chicos electrónicos, nombre que deviene de que sólo existen en redes sociales, son el futuro de las nuevas generaciones que crecieron forjando su identidad con un smartphone frente a ellos. Y que gracias a esto, no ven las redes sociales como un medio para ser admirados por quienes son, sino para jugar con ellas, creando personajes que sólo existen en esos espacios.
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