Dress code postpandemia

Vida y estilo Calendario 27 mayo 2020 Nora Morales

No sé ustedes, pero en una búsqueda de rutina, me he estado vistiendo mejor de lo que hacía antes de la pandemia. Tal vez sea la única que encuentra un poco de paz al pasar frente a los espejos de su casa y ver que lo que está ahí no es un esperpento. O tal vez es que mis ánimos de libertad se están viendo intercambiados por el consumismo rampante.

Lo cierto es que yo soy una pequeña parte de la población, ya que las pijamas y la ropa de casa, como los chándales, son el must de casi cualquier persona en cuarentena. En el que incluso los hábitos como utilizar zapatos o bañarse, se erosionan cada vez más.

Además que la ropa es una forma rápida de interrelacionarnos en un contexto específico o con un grupo de personas, por lo que ahora que sobrevivimos en uno solo (nuestro hogar) y en el que nuestro cerebro entiende que es un momento de descanso, claro que los pants y las pantuflas son los reyes de la cuarentena.

Estas nuevas y extrañas formas de vivir, como en un eterno standby, han dejado a muchas industrias perplejas, con decenas de eventos cancelados o pospuestos, así como con pérdidas millonarias porque el mercado y la producción se ha detenido. Estamos en una crisis global que pide a los millones de seres humanos quedarse en casa, por lo que todo lo que implica fuera de ello, está temporalmente fuera de servicio.

La clara ansiedad y angustia que causa el contexto actual, así como la inminente crisis económica que se avecina, y el luto que habrá en el mundo, ha hecho que muchos expertos en el tema, digan que lo que vendrá es una reordenación de prioridades, como votar más por un seguro médico en vez de comprar tres veces al mes ropa. Y que incluso la compra y venta de moda será ahora más consciente, los compradores van a preferir ropa sustentable en vez de fast fashion.

Por mi parte, creo que estos analistas no habían visto las noticias de las personas en Francia aglutinadas para comprar en Zara…

Tal vez podríamos atribuirlo a la cultura francesa que siempre ha destacado por tener mucho cuidado de su imagen personal, o a un pequeño grupo de personas que necesitaban nuevos outfits.

Algo que ha sucedido en México es que los sistemas de mensajería están rebasados, tal vez porque tuvieron que disminuir la cantidad de empleados, o porque están sirviendo como mensajeros de menesteres más prioritarios como enseres de limpieza o herramientas médicas. 

Pero algo que sí es muy cierto, es que las compras en línea se han disparado, ya sea porque es la única forma en la que algunos podemos conseguir objetos del exterior, o porque hay algo que nos llama a consumir sin remedio.

Tal vez un pequeño atisbo de normalidad o incluso tranquilidad al comprar, claro valores de la sociedad como el comer comfort food, pero definitivamente es algo más que común, por algo hay memes al respecto.

Además, es cierto que la crisis nos pegará a todos, no sólo será una cuestión de unos pocos (tal vez para los dueños de Zoom será sólo un mito), pero también es cierto que los niveles socioeconómicos cambian mucho y así como personas que solían gastar varios miles de pesos cada poco tiempo en ropa de Inditex, tal vez decidan comprar ropa más cara pero que dure más. Existen personas que ahora preferirán invertir en ropa de Shein (tienda de fast fashion china), que en ropa de Inditex porque es diametralmente más barato.

Y definitivamente nada que sea fast fashion es sustentable. Claro que esperaríamos que muchas personas ahora priorizaran su salud y el medioambiente, pero esto también tiene muchas aristas, como que ahora es mucho más seguro trasladarse en un coche personal que a pie o en transporte público, al menos hasta que haya una vacuna en todo el mundo.

Aún no es seguro ninguno de los comportamientos de los compradores, al menos a corto plazo, pero como ya se ha demostrado en situaciones que marcan un antes y un después en la Historia, las tendencias que remarquen nuestra libertad recuperada, será lo que más veremos. Con colores chirriantes y telas con mucho volumen.

De igual forma, se habla de que simbólicamente se busque dejar de sentirnos vulnerables, por lo que los trajes, corbatas y chamarras de piel volverán a tener un auge. 

Sin embargo, los momentos de agitación social a menudo amplifican las tendencias de estilo que ya estaban en movimiento, por lo que el athleisure y la informalización (fuertes tendencias antes de la pandemia y reforzadas durante la pandemia) sólo crecerán en el futuro.

Todo esto son sólo teorías, ya que la moda es volátil y a veces ni siquiera se sabe por qué responde a qué cosas.

Lo cierto, es que el sentirnos protegidos, sin perder el estilo, será una de las tendencias que más marcarán los años venideros. Los cubrebocas ya estaba antes de la pandemia gracias a los países asiáticos y al streetwear que los reapropió, por lo que ahora que sí tienen una función tangible y que nos hacen sentir seguros, será una de las tendencias más fuertes.

Ya hemos visto a cientos de marcas en todo el mundo que han comenzado a comercializar sus propias mascarillas faciales, con un toque único, ya que no sólo se busca que sean funcionales, sino estéticas. Un accesorio imprescindible de ahora en adelante, que incluso conglomerados como Inditex ya ha comenzado a usar en sus modelos.

De igual forma que los guantes, aunque estos menos en boga, posiblemente serán de los accesorios que más veremos en la calle. Y quién sabe, tal vez hasta el ciudadano de a pie comience a hacer estéticas las caretas.

Lo cierto es que vamos a priorizar la seguridad, ya que con ello podremos reapropiarnos del espacio público. Y al menos yo pienso, que la moda no morirá tan pronto, sólo se adaptará a las nuevas formas de vivir en este mundo.

 

FOTO: promocional de Bershka.

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