05 nov 2019
Stanley Kubrick ha sido uno de los grandes genios que ha pisado el mundo del terror, y lo demostró desde sus creaciones propias como 2001: Odisea del espacio, hasta la aclamada adaptación de Stephen King, El resplandor, sin duda un clásico dentro del género.
No es noticia nueva que el maestro del terror detesta la interpretación de Kubrick a su novela, pero a pesar de su disgusto, se ha convertido en una de las adaptaciones cinematográficas más icónicas. Y sin lugar a dudas, ha dejado una larga sombra en la cual hay que tener mucho valor para pararse cerca de ella.
El valor lo encontró el director Mike Flanagan al adaptar la secuela del libro de King, Doctor sueño (publicado en 2013) y estas agallas no han pasado desapercibidas, la película homónima ha llamado mucho la atención de los críticos y amantes de King.
La semana pasada tuve la oportunidad de ver esta larga película, que sin lugar a dudas, es muy entretenida. Pero tal vez mi opinión no sea la más docta ya que no he visto las otras películas y series de Flanagan, no he leído El resplandor ni Doctor sueño, y sólo he visto (hace bastante) la adaptación de Kubrick. Por lo que mi percepción de la cinta es más bien virgen, pero tal vez sea el caso de muchas personas que lleguen al cine.
He leído un par de críticas de las que no concuerdo, tal vez sea mi falta de bagaje como expliqué, pero para mí Doctor sueño es un muy buen blockbuster de otoño, pero no es más que eso.
Cuenta una historia de un héroe trágico que encuentra redención al proteger a una niña de los mismos males que a él lo hundieron. Todo este viaje tiene grandes efectos especiales, situaciones fantásticas, una trama dinámica, acción y, al ser una secuela, un recorrido por el museo de los buenos tiempos. Un soundtrack envolvente, actores reconocibles y está parado en los hombros de un gigante.
Todo lo que un buen blockbuster debe tener.
Muchos de los críticos concuerdan en que es una cinta contemplativa y profunda, con personajes muy complejos, y terminan por decir que es una secuela muy digna de El resplandor. Y aquí es donde alcé una ceja y me pregunté si no vi otra película, no me malentiendan, me gustó mucho por el dinamismo y la trama fantástica y sobrenatural que maneja, pero no sé si esté a la altura del descenso vertiginoso a la locura (impulsada por la maldad del hotel) que plantea la adaptación de Kubrick.
Aun sin leer el libro de Doctor sueño, claro que sabía que era una secuela, pero cuando la vi, me molestó el hecho de que lo fuera. La historia que ocurre lejos del Hotel Overlook, el triste pasado de Danny Torrance, y todo lo que Kubrick nos mostró, puede funcionar sin necesidad del paseo por el museo de los buenos tiempos.
Tiene a personajes bastante hollywoodenses, muy buenos o muy malos, los buenos cometen errores de los que rápido se curan, y los malos disfrutan al ser cada vez más malos. Tienen capas humanas, tampoco es una película de superhéroes, los malos sienten amor entre ellos y los buenos tienen pasados oscuros, o disfrutan con el dolor de los que los dañan.
Pero además de ello, sigue siendo una historia que pone a luchar a los buenos contra los malos, enmarcada en un mundo fantástico, de los que te hacen entrar de lleno al universo que te plantean e incluso, querer poseer los poderes que se muestran en la película.
Las actuaciones están bien, sólo que a veces el personaje de Abra Stone (Kyliegh Curran) tiende a ser muy exagerado y puede llegar a ser irritante. Además que tiene poderes casi imposibles de vencer, que no pueden ser medidos dentro del mismo universo.
Doctor sueño es una película muy entretenida, que creo que a pocos va a decepcionar, incluso a pesar de la larga duración. Que no los asuste las dos horas y media que dura, les prometo que no se aburrirán en esta secuela de El resplandor.
En México se estrena el 8 de noviembre en todas las salas comerciales.
