Casi como una fórmula química exacta, la música alternativa aunada del indie rock, se ha ido perfeccionando desde su origen. Como si se tratara de una mezcla continua entre los sonidos en tendencia y los ritmos simples que los acompañan, como por supuesto que también el irremediable toque acústico (casi como un folk) de montaña o campo a donde nos remonta.
No hace mucho, esta fórmula era tan sólo un experimento de quienes intentaron separarse de los sonidos country, pero sin dejarlos de un lado completamente, junto con quienes exploraban las dimensiones de una nostalgia alegre entre acordes clásicos en una guitarra y una dulce melodía acompañada de una buena voz.
Sin embargo, entre el sonido indie y el alternativo, se ha logrado conjugar una aplanada pero magnética onda que se ha mantenido vibrando entre la versatilidad del rock contemporáneo, con destellos simples, pero fundamentales del folk.
Mientras la década de los 80 se atascaba de sonidos discos y los rezagos de un rock en protesta ante la armonía y sus semejantes, la música indie comenzaba a gestarse de manera casi espontánea y natural. Sobre esto, pensamos en la banda escocesa Teenage Fanclub o en la banda estadounidense Buffalo Tom, quienes despegaron con un sonido rockero pero suave a finales de los 80, ¿un presagio para el indie rock alternativo?
Pausa y un poco de historia
Retrocediendo un poco el hilo narrativo que llevamos, vayamos al origen del término indie, y es que inicialmente este surgió para describir aquellos sellos discográficos independientes. Sin embargo, poco a poco, se comenzó a relacionar con la música que estos mismos producían. Por eso, en realidad, hablar de la música indie es hablar de un popurrí de sonidos que, por lo general, mantienen una misma línea narrativa sonora, en la que casi siempre encontramos pop, folk, rock y hasta sonidos suaves de música electrónica.
Es por eso que no se puede hablar de un exclusivo origen o similar, pues desde la década de los 80 en Reino Unido y Estados Unidos ya se utilizaban de manera indistinta los términos del rock alternativo y el indie rock. Incluso, hay especialistas en la música y su historia que afirman que toda esta tendencia sonora inició en la época del punk en los 70, junto al rock psicodélico.
Si pensamos en cómo es que este término comenzó a formarse, no es tan descabellado pensarlo, pues al final se trata de una mezcla de sonidos que se fusionan en la industria alternativa y el rock.
Por ejemplo, incluso se ha arrojado a la leyenda del grunge, Kurt Cobain, a la cajita de la música indie, a pesar de considerarlo como el padre del ya mencionado grunge, y que además también dio un salto hacia la música, extrañamente comercial, en los 90. Casi como una contradicción para los anhelos del mismo Cobain.
De dosmiles y las raíces indie
Ya hacia los dosmiles, una vez un poco más asentado el término entre la industria y con la llegada del internet, la música comercial comenzó a arrojar resultados en los que el género indie y sus variantes comenzaron a fortalecerse en las emisoras de radio y los clásicos canales de música, MTV, VH1 y demás.
Más allá de ya tener unas raíces más firmes, en sí el género comenzó a adquirir vida propia convirtiéndose en uno exclusivo para una clase de sonido que, igualmente, comparte destellos e influencias del resto, pero ya con su propia identidad.
Ahora podemos referirnos al género más como un espíritu en común, que de una propuesta musical concisa. Es prácticamente, la esencia de distintas proyecciones musicales en diversos estilos, con un mismo hilo narrativo y sonoro. La música indie trascendió su esencia no exclusiva de ser no comercial, para tener dos habitaciones en las que ambas se fraternizan.
Se trata de una estética que ha ido mutando con los años, pero que sigue conservando su ánima libre y feroz, sobre los clásico y suave de un sonido alterno. Es así que, el origen de bandas como los británicos de Django Django (2009) y los estadounidenses de Clap Your Hands Say Yeah (2005), y quienes aún prevalecen incluso junto la antes mencionada, Teenage Fanclub (1986), se pueden estudiar desde la óptica indie y la acertada fusión de los sonidos actuales.
Es decir, si de un panorama actual queremos hablar, estas bandas, sobre todo las dos primeras mencionadas, pueden ser un gran punto de partida para describir el género y sus dimensiones sónicas desde la esencia original del indie, hasta las mutaciones que hoy en día nos entrega el género. Para eso, aterricemos sobre los nuevos álbumes que cada una de ellas acaba de lanzar en este mismo año (2021).
Empecemos con Django Django y su último lanzamiento: Glowing in the Dark
La última producción de esta banda británica, formada en 2009, Glowing in the Dark, nos da un contundente reflejo de los matices sonoros en los que el indie y su soft rock se conjugan actualmente. Desde una atmósfera en la que los sintetizadores y demás juegos electrónicos a los que recurren, hasta las clásicas salidas del bajo y los acordes de guitarra, Django Django se fortalece por su ligereza.
Además, consiguen mantenernos absortos con una sutil sensación de adrenalina, en la que la velocidad y cadencia de su sonidos envuelve una habitación cualquiera. Incluso, consiguen llegar a un clímax sonoro. Algo particular para este tipo de música, en la que pareciera que todo el tiempo se trata de una planicie o carretera recta constante.
Por otra parte, tenemos el material más reciente de Clap Your Hands Say Yeah, el cual se titula New Fragility.
En este sentido, nos encontramos con una banda un poco más al estilo “nervioso” una música inquietante, pero calmada. Liderada por Alec Ounsworth, dibuja puentes entre el nerviosismo de una era contemporánea donde la incertidumbre reina los valles de la sociedad, y la quietud de su simpleza.
Con la mezcla de sonidos modernos, entre sintetizadores y destellos electrónicos, Clap Your Hands Say Yeah también recurre a los recursos clásicos del violonchelo y un violín, para conmover sus acordes y ataques nerviosos constantes entre canciones.
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