Tras haberse proyectado con éxito en las pasadas ediciones del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) y FICUNAM, la película mexicana Días de Invierno llega a las salas de cine.
El estreno es la ópera prima de Jaiziel Hernández y narra una historia basada parcialmente en sus vivencias en el norte de México. Muestra experiencias personales, amistades y situaciones familiares que reúne en esta historia, que surgió primero como un cortometraje, pero que el cineasta decidió desarrollar como largometraje tras encontrar puntos esenciales a explorar.
Hernández se ha desempeñado como cinefotógrafo en diversos proyectos, como el documental ganador del Ariel, Hasta los dientes (Alberto Arnaut, 2018). Como director, en 2011 presentó el mediometraje documental Florería y edecanes, y en 2016 fundó la compañía Estación Marte Films junto con la productora Nina Wara Carrasco, con quien produjo su ópera prima.
¿De qué trata Días de Invierno?
La historia comienza en la ciudad de Saltillo, Coahuila, y sigue la vida de Néstor (Miguel Narro), un joven que no encuentra su lugar en la vida y que fantasea con dejar todo en busca del progreso, y Lilia (Leticia Huijara), su madre, viuda y que se cuestiona hasta cuándo es válido seguir teniendo sueños.
Después de viajar a su antigua casa, una vieja cabaña de su madre en Guanajuato, en la que vivieron con su ya fallecido padre, Néstor encuentra un examen con un problema matemático que fue especialmente significativo para sí. Cuando era más joven falló en su meta de resolverlo y destacar entre los demás alumnos. El hecho ha sido un pretexto para su madre, quien le recrimina los caminos y oportunidades perdidas en su vida, como una herida que no sana.
Viajan continuamente a Guanajuato, pero Néstor aún es incapaz de dejar el nido que tanto odia. Sus hermanos lo hicieron en el pasado, pero él siente culpa de abandonar a su madre y se conforma con la situación, en la cual además trabaja en un empleo que obstaculiza sus sueños.
"¿Hay algo más? ¿Qué oportunidad tienes de reinventarte, de soñar con un futuro que no tenías contemplado?” Néstor se plantea estas dudas desde su juventud e indaga en las relaciones más cercanas, para conocer cuán difícil sería dejar el nido y a las personas que lo acompañan.
Días de Invierno así reflexiona sobre el paso de la adolescencia a la vida adulta y el problema matemático se convierte en una metáfora de la vida de Néstor y su dificultad para enlazar sus emociones y su razón. Esta problemática parece repetirse en sus demás relaciones.
Una de las virtudes de la película es que prescinde de discursos que profundicen en la solemnidad solamente, con una narración más libre, que nos permite observar lo que sucede y nos integra a una circunstancia universal desde una óptica particular. A la vez destacan momentos “poéticos” que dejan respirar la película, como en una escena donde conocemos un vals de beisbolistas, junto a instantes emocionales, intimistas y momentos que divierten, con una visión paciente que entrelaza el realismo con el mundo personal y sueños de nuestro protagonista.
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