Después de que el planeta más odiado por fin dejó de estar retrógrado, sí, me refiero a Mercurio, llega el planeta vanidoso de los anillos: Saturno, a entrar en su fase retrógrada. Desde el 4 de junio hasta el 22 de octubre este planeta nos impactará de distintas formas. 

Antes que nada, involucremos a la ciencia y sus respuestas. ¿Qué significa que un planeta esté retrógrado? ¿Todos los planetas pueden estarlo? 

Retrógrado, ¿qué es eso? Bueno, para empezar esto se refiere a un fenómeno astronómico, y aunque la cultura popular ya lo ha clasificado exclusivamente hacia el planeta más pequeño del sistema solar, Mercurio, y su presagio sobre que algo malo pasará, la verdad es que en términos científicos es algo muy sencillo de explicar y no es al único planeta que le sucede. 

Se trata de una simple ilusión óptica, en la que desde nuestra perspectiva terrestre, pareciera que el planeta estuviera retrocediendo. Sin embargo, sólo se trata de una ilusión. Es decir, ni Mercurio ni Saturno, ni ningún otro planeta, retroceden en su órbita. Pero como clásico de nuestra especie, le hemos dado un montón de significados a esta ilusión, y los astrólogos ya dominan el terreno en estas interpretaciones, claramente. 

En este caso, después de una larga y tendida temporada de Mercurio retrógrada, en donde todo se sintió como si pesara más de lo habitual, Saturno llega lento pero seguro en su posición retrógrada. Se trata de algo lento, por lo que sus afectaciones, según los astrólogos, serán graduales y sutiles. 

Saturno representa el planeta del compromiso, disciplina, límites y el trabajo duro. Así que cuando se está en una posición directa, esto nos lleva a ser más conscientes con nuestras responsabilidades y también nos hace aprender de nuestros fallos. Sin embargo, cuando está en su posición retrógrada resalta los defectos y nos invita a reflexionar en temas que rige, también nos invita a enfrentar nuestros miedos y libera la rigidez que traemos.

Además, no sólo está retrógrado, sino que también llega bajo el signo de Acuario, lo que significa que además de hacernos marcar límites sanos en nuestras relaciones, fortalece nuestros vínculos. 

Lo recomendable para aprovechar estos efectos es estar abiertos y dispuestos a aprender de las lecciones que nos da la vida. Los expertos advierten que se trata de una temporada de revisión de decisiones de los últimos meses. Es momento de ver las consecuencias de nuestros actos e incluso asumir cualquier molestia que pueda surgir de ellas. Es momento de enfrentar la responsabilidad que se ha venido evadiendo por meses. 

Quizá no se trata de algo tan molesto e incómodo como con Mercurio, pero definitivamente se trata de una especie de “alto” por parte del cosmos. 

Igualmente, se trata de un momento de tomar el valor y enfrentarnos con nuestros actos y nosotros mismos. Claro que así suena a que da más miedo que Mercurio, pero definitivamente todo tiene su punto| de vista, por lo que lo mejor será tomarlo con calma y sinceridad. Así que no te asustes, pero tampoco te evadas. 

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