¿Te has dado cuenta que hay momentos en los que trabajas mejor? Es decir, si dividimos el día en dos, como en la mañana y tarde, hay personas que fácilmente pueden decir que son más matutinas que otras. Por ejemplo, hay quienes pueden despertarse temprano sin ninguna dificultad, hacer ejercicio y empezar el día de la mejor manera. Mientras que otras personas simplemente no consiguen tener la misma energía por las mañanas, que por la tarde/noche.
¿Por qué pasa esto?
Si simplificamos el mundo, podemos decir que existen dos tipos de personas: las noctámbulas y las madrugadoras. Sin embargo, todo es culpa de los relojes, ¿cómo?
Sí, se trata del reloj social, solar y biológico. El primero es el que establece las horas cotidianas en las que uno va al trabajo, escuela, etc. Mientras que el solar es el indica la temperatura y horas de luz durante el día. Por último, y no por eso menos importante, el biológico, es el responsable de controlar nuestro ritmo circadiano. Es decir, nuestros procesos fisiológicos que mantienen nuestro cuerpo en un ciclo de aproximadamente 24 horas y que están asociados al día y la noche, el sueño y la vigilia.
Entre nuestros procesos, con respecto a estos tres relojes, nuestro estado de alerta, temperatura, y nuestra producción del estrés (cortisol) o el estado de alerta mental se involucran. Sin embargo, no todos compartimos el mismo ritmo circadiano, pues cada quien, literalmente, vive su vida según esto y es independiente a los dos relojes sobrantes. Para saber si somos personas diurnas (matutinas) o nocturnas, la cronobiología nos ayudará, pues esta nos contará sobre nuestro ritmo cronobiológico y así podremos sacar provecho según sea el nuestro.
Personas diurnas o matutinas
Esta clase de personas suele tener una facilidad para despertarse entre las siete o seis de la mañana con energía, incluso no necesitan despertador para lograrlo. Sin embargo, a las ocho de la noche su energía se está agotando, poco a poco. Por lo general, las personas diurnas suelen dormir entre las 10 y las 11 de la noche. Además, mantienen una rutina para dormir, por ejemplo, cenan a la misma hora y van a la cama a dormir sus ocho horas diarias.
Personas nocturnas
Mientras los diurnos conquistan el mundo en el día, o en el horario habitual para las actividades de la vida como la conocemos, los nocturnos luchan todos los días por sobrevivir. Este tipo de personas les cuesta muchísimo lograr despertarse temprano y para tener que hacerlo no necesitan una alarma, sino como veinte.
Una vez que consiguen despertar en las mañanas, generalmente lo hacen con muy poca energía, y suelen no ser muy comunicativos al momento de estar recién despiertos. Sin embargo, cuando ya son entre las 10 y 12 de la noche, están cargados al tope de energía y les cuesta mucho trabajo dormir. Claramente, estos horarios varían según sus actividades, pero lo que es cierto es que esta clase de personas son las que más “sufren” por los constructos sociales en los que casi todas las actividades de nuestro mundo están hechas.
¿De qué depende ser de una u otra forma?
En realidad todo radica en el reloj biológico de cada uno de nosotros, o en nuestro propio ritmo circadiano. Por ejemplo, algunos tenemos un ciclo natural un poco más largo que otros, mientras que el de otros es más corto. Cuando el ritmo circadiano es largo, es muy posible que se trate de una persona noctámbula, mientras que si es uno más corto, se trata de una persona madrugadora.
De acuerdo con un estudio publicado por Nature Communications, los científicos afirman que una de las razones por la cual las personas son diurnas o noctámbulas, es por las diferencias en la que el cerebro reacciona a las señales de la luz externa, pero también a nuestros genes.
Es decir, casi la mitad de nuestro cronotipo está determinado desde el momento en el que nacemos, debido a nuestros genes, en un 47% para ser más exactos. Es decir, desde que nacemos nuestro reloj interno le dice a nuestro cuerpo, prácticamente, cuándo estar activo,
cuándo tener hambre y cuándo liberar hormonas. Y, lo más importante, cuándo estar cansado y cuándo dormir.
Desventajas y ventajas
En realidad, podríamos simplificar que las desventajas amenazan más a quienes son nocturnos. Sobre todo por el mundo en el que vivimos y las normas horarias en las que la sociedad se construye.
Por ejemplo, se ha demostrado que las personas noctámbulas son más propensas a enfermar. Simple y sencillamente, por tener que lidiar con su reloj natural, no porque sea correcto o incorrecto ser más activo en cierto momento, sino por los ajustes que deben asumir para la vida en la que vivimos.
Pero no todo se trata de un escenario fatalista para aquellos que encienden las luces de sus buhardillas al inicio de la madrugada, pues esto tampoco es una condena.
Se trata más de hallar un punto medio, en el que nuestro reloj natural, no se vea radicalmente alterado por el mundo, pero tampoco nuestras actividades cotidianas se vean interrumpidas por nuestra naturaleza. Para esto existen varios métodos de apoyo que tanto psicólogos, psiquiatras y doctores han armado para ayudarnos. Así que no te sientas perdido, y si se te dificulta encontrar este punto medio por ti mismo, no dudes en asistirte de ayuda profesional.
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