La corona inglesa siempre ha sido el centro de atención. Sin duda, causa mucha extrañeza un mundo que parece de otro siglo, y sobre todo cuando se ven envueltos en chismes faranduleros, ya que parece que se les quita un poco el halo cuasi divino. La humanidad inesperada nos da mucha curiosidad.

Y vaya que figuras tan humanas como Lady Di continúan siendo un furor, a pesar de su trágica muerte tan joven, seguimos recordándola por su “rebeldía” frente a las arcaicas reglas de la monarquía, así como por el carisma que enamoró a todo el mundo anglosajón.

El 1 de julio de 2021, Diana de Gales hubiera cumplido 60 años. Y además de ser conocida por vivir una vida inusual, dejar la corona después de separarse del príncipe Carlos, y tener un estilo atemporal, veamos algunos datos curiosos que terminan de delinear la humanidad tan inesperada de la mujer que continúa en boca de todos.

Su sueño era ser bailarina

De niña, Diana de Gales tomó clases de ballet, sin embargo, su altura le impidió destacarse en su pasión. Para ella el baile era un verdadero escape de la realidad, ella recurría al ballet para olvidarse de todo. Aunque era demasiado alta para convertirse en una profesional, esto no impidió que siempre estuviera relacionada con esta expresión artística. Esto se vio reflejado en su apoyo incondicional a la Compañía Nacional de Danza de Inglaterra.

Su abuela fue dama de honor de la Reina Isabel

A pesar de que desde niña a Diana no le gustaba visitar el Palacio de Buckingham, su relación con la corona inglesa iba mucho más allá que su matrimonio con el príncipe Carlos. Una de las relaciones más destacadas fue la de Ruth Roche, baronesa de Fermoy y abuela materna de la princesa de Gales, con la reina Isabel. Siendo esta su dama de honor y una amiga íntima de la Corona.

Nadie ha superado la cola de siete metros y medio

Posiblemente no exista algo más icónico que el vestido de novia de la princesa Diana. Se sabe que tuvo que tomar varias lecciones antes de caminar al altar para poder dominar un traje tan pesado diseñado por modistas emergentes, eran David y Elizabeth Emmanuel, quienes hicieron algo “dramático” y hasta el momento, irrepetible. Además de la cola de siete metros y medio, era un vestido de novia confeccionado con tafetán satinado, encajes importados desde Francia, y 10,000 perlas.

Decidió no “obedecer” en sus votos matrimoniales

Con ese sencillo hecho, Lady Di creó una tradición real, ya que años más tarde, Kate Middleton y Meghan Markle siguieron su ejemplo y tampoco incluyeron la palabra “obeceder” en sus respectivos votos. Pero no solo eso, el príncipe Carlos olvidó sellar sus votos con un beso, en su lugar, también instauraron otra tradición de la realeza: la de compartir un beso en el balcón del Palacio de Buckingham.

Quería que sus hijos fueran “normales”

La princesa Diana quería que sus hijos tuvieran una vida tan normal como su estatus social y la realeza se los permitiera. No solo los concibió en un hospital público, conforme crecieron, los animó a hacer las actividades que cualquier niño hace mientras crece: desde comer en McDonalds, hasta ir a esquiar.

Era muy generosa

Apenas unos meses antes de fallecer, Diana subastó en Christie’s 79 sus vestidos más icónicos para recaudar fondos para organizaciones benéficas que luchaban contra el sida y el cáncer. Uno de los más famosos era el “vestido de Travolta”, un vestido azul de terciopelo con el que Diana bailó con el actor John Travolta en una gala que tuvo lugar en la Casa Blanca.

En este sentido, es imposible olvidar cuando Diana hizo historia en abril de 1987 cuando fue fotografiada estrechando la mano de un paciente con VIH sin usar guantes. La foto ayudó a concienciar sobre el VIH y cambiar la percepción que la sociedad tenía de la enfermedad. Ese día, la Princesa inauguró la primera unidad especializada en VIH/Sida del Reino Unido en el Hospital Middlesex de Londres.

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FOTO: John Mathew Smith & www.celebrity-photos.com from Laurel Maryland, USA, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons