Cultura queer y la moda

Vida y estilo Calendario 12 jun 2019 Nora Morales

Si quieres leer la primera parte, da clic aquí.

 

Marc Jacobs, dijo una vez: "No creo que mi sexualidad tenga nada que ver con cómo diseño la ropa". Una sentencia más que válida, sobre todo si pensamos que la búsqueda de la comunidad LGBT+ es la normalización.

A pesar de eso, vivimos en tiempos convulsos y contradictorios, donde las corporaciones se apropian de la lucha de la comunidad LGBT+ y cada junio la vuelven una temática, cuando los crímenes homofóbicos y transfóbicos no dejan de ocurrir a diario.

Aquí una demostración gráfica del pride y las corporaciones:

 

 

Después de este pequeño chascarrillo, sigamos en el tema.

Aunque una sexualidad diversa no es una característica determinante para nada (como ser mujer), lo cierto es que puede dotarte de una conciencia mayor al formar parte de una comunidad que históricamente ha sido vejada. Es más simple mirar los privilegios y desventajas que existen en la sociedad.

Pero esto es subjetivo, al fin de cuentas, es un trabajo que depende de cada uno. No todas las personas desean ser políticas y utilizar sus características subjetivas como armas de lucha.

Aun así, hay muchos que desean hacerlo, como el caso de Bárbara Sánchez-Kane, quien ha tomado tres puntos subjetivos de sí misma para crear su marca Sánchez-Kane y vestir al “macho sentimental”.

 

Bárbara Sánchez-Kane

 

 

El trago se llamaba “Macho sentimental”, una combinación de gin, agua mineral, aceitunas, jarabe de limón y unas gotas del escabeche de chiles jalapeños. Una bebida seca y dulzona, que en los últimos tragos, dejaba sentir el sabor dulce-picante.

La descripción más fidedigna de lo que significa la marca Sánchez-Kane.

 

 

En una entrevista al medio Grazia, Bárbara Sánchez-Kane declaró:

A lo que tú llamas andrógino, yo lo llamo macho sentimental.

Con una serie de propuestas estilísticas tan específicas que, como su trago, termina por no ser del agrado de todos, Sánchez-Kane forma parte de esos exponentes que amas u odias, no hay más. Y es que su marca encuentra la estética en donde normalmente no la hallaríamos, su propuesta es más una artística que una de moda.

Ella encontró en la moda el medio para hablar de sí misma y de los problemas que acontecen en México. Bárbara Sánchez-Kane toma tres características personales para crear colecciones llenas del kitsch mexicano. Retoma, antes que nada, su nacionalidad, aunque sus estudios modísticos los realizó en Italia, México siempre ha sido se centro creativo. En el caos estético y kitsch tan propio de nuestro país, Sánchez-Kane encuentra la inspiración que convierte en prendas transgresoras. Las otras dos han sido su sexualidad y su género. En una breve investigación en línea, es realmente escasa la participación lésbica en el diseño de modas, lo que hace que Sánchez-Kane sobresalga de entre un mundo de hombres gays. Aun así, ella lo toma como algo sin importancia.

En sus primeras colecciones era más explícita esta vena política y feminista, para ejemplo una tela que adorna la cara de un hombre blanco que dice “la violencia de género mata mujeres”, ahora es más metafórico y artístico. Sus diseños han evolucionado, así como ella misma, quien además de crear ropa, ahora crea instalaciones de arte contemporáneo bajo su alter ego masculino, Sorlac. Sus pasarelas, son cada vez más performanceras, creando ambientes y sentimientos.

A pesar de haber “dejado atrás” la denuncia política explícita, como “No is a complete sentence it does not require justification or explanation”, el discurso detrás de su marca que viste al macho sentimental, habla incluso más fuerte.

Bárbara Sánchez-Kane se autodenomina macho sentimental. Está en contacto con su lado masculino y femenino, lo que le permite jugar con los géneros, invertirlos o fusionarlos.

Sánchez-Kane crea ropa que transgrede uno de los pilares fundamentales de la cultura mexicana, el macho, y lo dota de una característica “femenina” que se le niega, los sentimientos.

Todos podemos ser un macho sentimental. Aunque en esencia diseñe para hombres, su ropa es andrógina y puede usarla quien quiera. Bárbara Sánchez-Kane no diseña exclusivamente para un género ni para una sexualidad, lo hace como motor de expresión propia.

En mi trabajo siempre hablo del macho sentimental: una persona sin sexo que se quiere expresar.

 


El presente es queer


En esta sociedad, los géneros funcionan como cajitas llenas de “lo que debe ser” un hombre o una mujer. Es un absurdo las limitantes que la propia sociedad pide para encajar en lo normal, lo cual termina por discriminar una gran riqueza. Los géneros no son un blanco y un negro, ni una dualidad, pertenecen al mismo espectro y siempre es más rico mirar el panorama completo.

La moda y la cultura queer ha tenido un montón de formas de expresión a lo largo del tiempo, las cuales han ido evolucionando según su tiempo, desde la visibilización, hasta la normalización.

Ahora estamos en una época en que se busca abolir las cajitas llenas del deber ser de cada género y aunque esta búsqueda empezó en los sesenta y setenta con Rudi Gernreich, exponentes como Bárbara Sánchez-Kane y el evento DapperQ, lo explotan al máximo.

No existe la visión homosexual, sino la expresión libre sin ningún tipo de limitación, y esto no sólo es exclusivo de la comunidad LGBT+, sino de una generación que está dispuesta a mirar el espectro completo hasta encontrar su identidad única.

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