Todos hemos sentido alguna vez envidia al ver a esas personas que salen a correr cada día como si fuera lo mejor del mundo y no hubiera nada capaz de compararse con ello. Al verlos pensamos, “debería hacer lo mismo, debería darle otra oportunidad” y sí, lo intentamos al día siguiente… Pero nuestra motivación dura lo mismo que un capítulo de tu serie favorita, casi nada.
Empezar a correr para mantenernos activos y no perder la cabeza, es una decisión ideal, pero todo corredor sabe que convertirte en un fanático de este deporte no es tan fácil como suena. El cansancio, los músculos adoloridos y lo repetitivo del movimiento pueden convertirse en un enorme obstáculo a superar para ser constantes y poder ver resultados, que son muchos una vez que te los empiezas a tomar en serio.
Porque, aunque no lo parezca, la forma de correr influye mucho y llevarla a cabo correctamente puede ayudarnos a evitar dolores posteriores. Entonces, ¿cómo hacerlo correctamente?
Primero debes saber que correr debe ser algo natural, tienes que averiguar la manera en la que tu cuerpo se mueve más eficiente y fluido. Ante cualquier dolor o duda sobre tu capacidad física, te recomendamos hablar con tu doctor de cabecera antes de hacer ejercicio.
Es importante poner tus músculos en marcha: Los que se animan a correr por primera vez no quieren perder 10-15 minutos calentando, pero esto es fundamental antes de salir a correr. Realiza movimientos con la cadera, diferentes ejercicios en el suelo y otros con los pies. Todo ello ayuda a poner los músculos en marcha, lo que al final repercute en una técnica más eficaz.
No eres un soldadito de plomo: Los brazos no pueden ir demasiado pegados al cuerpo, pues su papel al correr es ayudar a impulsar el cuerpo, mantener estabilidad y reservar más energía, por eso hay que llevarlos distanciados del tronco. Si los mantenemos firmes, podemos adoptar una posición muy rígida que no permitirá la oscilación natural de la columna vertebral.
El calzado es clave: No queremos empezar la temporada con lesiones. Antes de ir a patear el asfalto, hazte con unos tenis de correr que te acompañen en el trayecto. Puede que pienses que las buenas opciones cuestan un ojo de la cara, pero hay muchos modelos que te puedes permitir.
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Lo mejor es relajarse. De esta forma se consigue acomodar el movimiento a la columna. Una buena forma de acostumbrarse es la técnica del huevo cocido, que consiste en correr con un huevo cocido en la mano. Si al concluir la sesión el huevo presenta fisuras o está roto, significa que hubo más presión de la necesaria.
Consejo Importante: Evita golpear el suelo con los talones. Cuando caminas siempre mantienen un pie en contacto con el suelo, pero cuando corres hay un momento que te quedas en el aire. Es el momento de mover el pie de tal manera que apoyes primero la punta del pie, ya que apoyar el talón puede contribuir a tener dolor de rodillas y espalda. Aterrizar con la punta del pie (en lugar de los talones) permite a tus músculos soportar el peso de tu cuerpo en el vuelo, lo que reduce los efectos de impacto en los huesos y articulaciones. Por supuesto, esto es como el baile, busca que los movimientos de tu cuerpo sean los más naturales y seguramente así tendrás un mejor y más saludable desempeño al correr.
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