Cuando pensamos en la palabra ejercicio, es muy común que automáticamente traslademos el concepto a un espacio en el que las caminadoras, los aparatos extraños, y las pesas predominan en la decoración del mismo, con un grupo de gente sudando y haciendo gritos de esfuerzo en cada rincón. Algo que, en realidad, no siempre suena atrayente. Es más una imagen en la que nos vemos confinados a un recinto en el que todo pareciera más agotador de lo que podría ser, y en el que debemos llevar nuestros mejores atuendos para postear que somos personas saludables en nuestras redes sociales.

Más allá de todo el “hate” que pueda rodear la palabra ejercicio, se trata más de la personalidad de cada quien. Es decir, mientras habemos quienes no soportamos ejercitarnos en un gimnasio, hay quienes lo disfrutan y también hay quienes tan sólo pensar en la palabra ya se echan al sofá de la pereza que les representa. Sin embargo, lo que es cierto, es que a nadie le ha hecho mal hacer aunque sea lo mínimo de ejercicio para mantener su cuerpo saludable y su sistema inmunológico más alerta que nunca. 

Antes de pensar pagar una anualidad en cualquier gimnasio, o planear irte a escalar a la montaña más alta de tu país, lo mejor sería comenzar por lo básico. Con ayuda de unos cuantos ejercicios, por al menos unos 30 minutos diarios, tu salud se verá completamente reforzada. Así que comencemos por la ley del mínimo esfuerzo, y pensemos en el ejercicio como un calentamiento desde casa, para después implementarlo como hábito. Por supuesto, si sufres de algún problema físico o no sabes cómo reaccionar a ciertas rutinas, o tu cuerpo te ofrece avisos, tómalos en cuenta y ten precaución. Te exhortamos a que consultes con tu médico antes de seguir cualquier rutina.

Ejercicio aeróbico

A veces pensamos que para esta clase de ejercicio necesitamos más espacio del que contamos, pero lo cierto es que puedes acelerar tu pulso dentro de tu hogar. Pensemos en las cosas prácticas como el uso de escaleras, saltar la cuerda y los famosos jumping-jacks / saltos de tijera.

El chiste es fomentar la creatividad y divertirte mientras te ejercitas dentro de tu casa. Si recurres a la idea de las escaleras, podrías subirlas y bajarlas a un ritmo relativamente rápido, de cinco a diez minutos. Por la misma cantidad de tiempo, puedes hacer repeticiones de cuerda y saltos de tijera. 

Sentadillas y la masa muscular de tus piernas

El ejercicio de las sentadillas puede ayudarte de manera exponencial al cuidado de tus piernas y glúteos. La fuerza que aplicas en estos ejercicios, ayudará a que tu masa muscular aumente y fortalezca. Para ir incrementando la dificultad, con el paso del tiempo puedes utilizar mancuernas o peso extra. Además, no hay pretexto, esto puedes hacerlo en cualquier lugar y en cualquier momento, incluso mientras miras tu serie favorita. 

Desplantes

Para complementar los ejercicios de tus piernas, puedes integrar los desplantes a tu rutina. Son tan sencillos y fáciles de realizar, que ni siquiera tienes que tener gran espacio para realizarlos, pues puedes hacer desplantes estacionarios para que sea más fácil. Al igual que las sentadillas, puedes agregar peso para ir aumentando la dificultad. 

Abdominales

Puedes fortalecer el abdomen en el gimnasio y hasta en el piso de tu cuarto, así que no hay pretexto para que tengas el abdomen que siempre soñaste. Mientras hagas cinco series de 15 repeticiones (evalúa tu capacidad y técnica, no te fuerces), un día sí y un día no, te garantizamos que notarás la diferencia. Además, puedes complementarlas con la famosa plancha, a la que puedes ir agregando un minuto extra según veas tu evolución, hasta llegar a los diez minutos. 

Estos son ejercicios básicos que puedes lograr en el espacio de tu hogar, sin necesidad de salir ni pagar ninguna membresía. Además, te ayudarán a estar en forma, mantener tu mente ocupada y distraída del caos mundial, y te ayudará a sentirte mejor tanto física, como emocionalmente. Recuerda que esto, acompañado de una buena alimentación y actividades que nutran tu espíritu, son el mejor remedio para el desconcierto del mundo y la vida, en general.