Muchas veces sucede, incluso cuando somos amantes de las plantas, a veces pasa que se nos mueren. ¿No le ponemos suficiente agua? ¿O le ponemos de más? ¿No está en el mejor sitio? ¿Qué es lo que pasa, por qué ninguna de las plantas, por más que las cuide, me dura? Son preguntas que nos hacemos con frecuencia, sobre todo cuando depositamos nuestras mejores intenciones en el cuidado de ellas, pero algo parece no funcionar.
Pero calma, ahora te ayudaremos a resolver esa mala racha con las plantas. Para empezar, hay muchas razones por las que nuestras plantas mueren. La más frecuente es por falta de agua, pues esto es esencial para que ellas puedan llevar a cabo su proceso natural de fotosíntesis y así generar su propio alimento. Sin embargo, también puede ocurrir que se sequen por echarles demasiada agua, algo que suena paradójico, pero todo, en la naturaleza, tiene una medida exacta si lo pensamos.
Incluso, un dato curioso es que las plantas soportan más la falta de riego que el exceso del mismo, ¿curioso, no? Por eso hay que tener delicadeza a la hora de decidir cuidar una planta.
En fin, ahora para saber qué es lo que está pasando con tus plantas, comencemos a detectar la raíz de su problema. Empecemos a preguntarnos lo siguiente ¿cómo distinguir si le falta agua o le sobra?
Para descubrir si una planta está muriendo por falta de agua, introduce un dedo en la tierra y comprueba si está seca, si es así, es momento de regar. La peor manera para darte cuenta de esto, es observar y ver que todas sus hojas estén secas. Una vez que sucede esto, queremos rendirnos amargamente y tirarla a la basura.
Pero, ¡detente! ¡No lo hagas! Aún hay esperanza y manera de salvarla si es el caso, ahora te decimos cómo paso por paso.
Ve por un cuchillo, pero no para cortarla, lo primero que debes hacer es airear la tierra, la cual debe estar endurecida y compactada. También puede ser un tenedor, ahora, con mucha precaución revuelve la tierra, evitando romper la raíz.
Ahora, riega la tierra con abundante agua fría (no tibia, ni tampoco caliente). Derrama el agua poco a poco, para que esta sea absorbida por la tierra seca. Después, pausa el riego cuando la tierra esté bien mojada y veas que ya no puede soportar más agua. Ahora, déjala descansar durante dos o tres horas, para que así la planta vaya eliminando su excedente de agua.
Lo siguiente, una vez completados estos pasos, es rociar las hojas con agua, de preferencia recurre a un atomizador para que sean mejores los resultados.
Ahora sigue esperar, tu planta necesitará bastante tiempo para rehidratarse nuevamente e intentar mantenerse con vida. Si ves que pasan los días y aparece alguna hojita verde, es que tu esfuerzo por regresarla a la vida ha rendido sus frutos. Ahora, quita las hojas secas para dar lugar a la nueva vida, y listo.
Y bien, también prepárate para lo peor, si ves que después de una semana no lo has logrado, es momento de decirle adiós, pero al menos será un adiós en el que hiciste todo lo que pudiste.