Después de 18 meses de suspensión, las escuelas de educación básica en México abrieron sus puertas. También comenzamos una nueva etapa, se dio la oportunidad de escoger entre asistir a la escuela o tomar las clases en línea al menos en todos los niveles de educación básica.
Las imágenes del regreso a clases se llenaron de los clásicos uniformes nuevos, mochilas y ahora también estuvo presente la sana distancia, el gel antibacterial y la toma de temperatura.
Lo anterior nos lleva a preguntarnos ante el inminente retorno a las oficinas. Los principales retos a los que se exponen los empleados son dos: el primero, se enfoca a que buena parte de los trabajadores no quiere volver a las oficinas, toda vez que encontraron beneficios desde casa que antes no tenían cómo ahorrar tiempo de traslado o tener días más (o menos) productivos.
El segundo desafío es físico, se perdió el contacto entre personas, es decir, ya no hay confianza para estar en lugares llenos de gente. Otro ejemplo se refiere a los traslados, es decir el Metro ya está muy saturado y luego traer cubrebocas, caretas, puede ser desesperante.
¿Cómo regresar a la oficina aplicando protocolos de seguridad y salud?
Para regresar a la oficina de forma segura se deben evaluar los riesgos de reanudar las actividades e implementar medidas de prevención y control de contagios.
Lo más recomendable es que la reanudación de actividades sea en fases (empezando por un nivel mínimo de operaciones hasta llegar a un nivel normal).
Identificar qué personal es indispensable para regresar a la oficina. Adoptar horarios de trabajo escalonados, así como alternar los días de trabajo de los empleados y procurar el home office para quien sea posible, priorizando a los grupos de mayor riesgo (mayores de 60 años, personas con condiciones de salud preexistentes y trabajadoras embarazadas o en período de lactancia, etcétera).
Se debe evitar la interacción física y asegurar el distanciamiento físico, ya sea instalando barreras, mamparas o separadores de espacios personales y señalando el aforo máximo de ciertos lugares.
Algo clave para regresar a la oficina es monitorear el estado de salud de las personas trabajadoras (de ser posible, tomar la temperatura corporal a su llegada con un termómetro infrarrojo) y desarrollar protocolos de actuación para los casos de sospecha de un posible contagio.
Poner a la disposición de los empleados un servicio de asesoramiento psicológico, comunicar de forma clara las medidas para combatir el contagio y fomentar la salud a través de prácticas de descanso y relajamiento.
Otro aspecto a destacar es desarrollar un plan de emergencia y evacuación del lugar de trabajo que contenga el inventario de los elementos de emergencia, las vías de evacuación y su señalización, los puntos de reunión y zonas de seguridad, las brigadas de emergencia y evacuación, así como los contactos de servicios de emergencias.
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