Se apagan las luces y se abre el telón, como cada noche, el firmamento está listo para regalarnos un pedazo de inmensidad. El verdadero director de cada función no es nadie más que el clima de nuestro cielo. La Vía Láctea, aún en su danza cósmica, sigue ahí. Siempre quieta en su magnificencia, con increíbles espectáculos, incluso cuando las nubes deciden ocupar la primera fila, para dejarnos sin el privilegio de .
¿Cómo ser testigos de estos espectáculos?
Muy pocos fenómenos astronómicos pueden apreciarse desde el poético y primitivo acto de voluntad de alzar nuestras miradas y presenciar cómo nuestro satélite natural se cruza para jugar al eclipse, y así más fenómenos que pueden apreciarse a simple vista. Sin embargo, ¿qué pasa con aquellas observaciones profundas que somos capaces de hacer sin necesidad de tener que asistir a un observatorio, pero sí con la ayuda de un telescopio, o hasta unos buenos binoculares?
Para aprovechar el verano y sus noches cálidas, una velada entre estrellas, amigos o alguien especial, nunca es un mal plan. Por eso ahora te platicamos cómo elegir un telescopio, prismáticos y binoculares, con base en tus necesidades y los viajes hacia las estrellas que desees emprender.
Telescopios y binoculares
Empecemos por diferenciarlos, todos ubicamos perfectamente un telescopio. Aquel instrumento que por excelencia funciona para mirar el cielo y encontrar de cerca, y con nitidez en algunos casos, cuerpos celestes. Su tipo de óptica nos permite que estos objetos se vean claros en plena oscuridad.
Por otra parte, tenemos una excelente opción para aquellos aficionados que acaban de adentrarse al mundo de la astronomía, hablamos de los binoculares o prismáticos. Se trata de instrumentos mucho más ligeros y compactos que pueden funcionar para usarlos con mucha mayor movilidad. Además te ofrecen la ventaja de ser mucho más versátiles, pues funcionan para muchas más actividades.
No obstante, tampoco cualquier binocular es útil para observar el mundo astronómico. Un buen punto de partida son los de 10x50, 10 aumentos y un diámetro de la lente de 50 mm.
Mientras tanto, los telescopios se dividen en tres tipos de acuerdo con su sistema óptico para formar imágenes, con los que obtienen diversas características como los refractores, reflectores y los catadióptricos (una mezcla sobre los dos anteriores).
- Refractores: Hablamos de un tipo de telescopio como el que usó el mismísimo Galileo. Con este tipo de telescopios podemos observar el cielo gracias a su combinación de diversas lentes.
- Reflectores: Aquí se utiliza un sistema de espejos, y se trata de un telescopio inspirado en los que utilizó Newton.
- Catadióptricos: Se trata de la combinación de ambos sistemas anteriormente mencionados.
En el mercado es común encontrar telescopios refractores con un diseño Newtoniano, mientras que en el caso de los catadióptricos los modelos suelen ser Maksutov-Cassegrain y Schmidt-Cassegrain.
Ahora que sabemos cómo está el panorama sobre los distintos tipos de telescopios que existen, hablemos de cómo seleccionar uno. Para esto, es esencial pensar el tamaño de lente, aumentos, la distancia focal, el tipo de montura, calidad de materiales. Igualmente, muchos de estos criterios como el diámetro de lente nos ayuda también para saber elegir prismáticos.
Claves para elegir la mejor opción
Apertura
Algo indispensable para la selección de un telescopio, o prismático, es la apertura. El valor en milímetros representa la lente o espejo. Mientras sea más grande la apertura, mejor, pues esto permite una mayor entrada de luz, lo que se traduce en una mejor nitidez y calidad de imagen.
Distancia focal
Se trata de la distancia desde el foco del telescopio a la lente o espejo. Cuanto la distancia sea mayor, cuanto sea mayor los objetos se verán más grandes.
Nivel de aumento
Ya sabemos que como principio básico, los telescopios aumentan el tamaño de lo que miramos a través de ellos. Sin embargo, es importante atender el nivel de aumento, pues también está relacionado con otros parámetros como la distancia focal o el ocular. En términos prácticos, de nada sirve un aumento mayor si no va de la mano de una imagen nítida.
Mecánica del telescopio
Antiguamente, un telescopio se manejaba de manera manual. Sin embargo, hoy en día existen modelos que funcionan a través de mecanismos eléctricos, mismos que nos ayudan a orientarnos en el cielo y coincidir con lo que queremos mirar fijamente.
En cuanto a los prismáticos o binoculares
Si lo que piensas comprar son unos binoculares, recuerda que quizá no se trata de la primera fila de los eventos del cielo, pero quizá sí de un palco de lujo, que cualquier mirada desnuda no podrá entregarte.
Con estos puedes observar constelaciones, estrellas, algunos planetas, e incluso, en noches realmente oscuras, podrás hacer una observación más profunda en la que podrías mirar la galaxia Andrómeda o la Nebulosa de Orión.
Igualmente, este instrumento te da la oportunidad de interpretar los movimientos de los astros en el cielo. Lo óptimo en este caso son unos binoculares 10x50, 10 aumentos y un diámetro de la lente de 50 mm, en adelante. Para una mejor observación espacial, recuerda tener una guía a la mano que te facilite el entendimiento de todas aquellas sorpresas de nuestros ancestros celestes.
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