El nuevo ciclo escolar ya ha comenzado y es el más distinto del que se ha tenido memoria, por lo que debemos de hacer todas nuestras actividades en un solo lugar, y esto crea un ligero problema cuando se trata de la concentración y productividad.

Ahora, resulta un problema para los adultos, para para los pequeños y los adolescentes que ahora deben tomar clases en televisión es aún más complejo.

Por lo que a pesar de las circunstancias, es indispensable mostrarle a los niños que la vida continúa, ya que esto les enseñará de resiliencia. En ese sentido, lo mejor que pueden hacer los padres es ayudar a sus hijos a tener el mejor espacio para estudiar, así pues, veamos los consejos de los expertos para que los niños tengan un área en la que puedan hacer sus deberes sin mucha complicación.

Bienestar es igual a eficiencia

Si aún no tienes un espacio de estudio para tus hijos, o incluso para ti mismo, es muy importante tener en cuenta las posibilidades de cada hogar y familia, para así poder trabajar con el espacio que dispones y encontrar soluciones creativas.

Como, por ejemplo, pactar reparto de horarios y espacios para cada uno de los miembros, teniendo como prioridad que cada uno tenga el mayor bienestar al hacer sus diversas tareas. Y de la mano de esto, está el movimiento y la distracción con responsabilidad. Sin duda, un momento de distracción genera más eficiencia que trabajar sin descanso.

¿Cómo lograr un espacio así?

Crea y delimita un espacio

Lo primero es determinar un espacio únicamente para estudio, que sea cómodo ante todo, unido a la tranquilidad, con motivos que inviten a la concentración. Busca que tu espacio sea creativo, agradable y cuidado.

Así pues, se aconseja delimitar una zona, por ejemplo una mesa es un límite claro. Que la silla sea cómoda y con la espalda recta, de preferencia que el escritorio o mesa llegue a la altura de la cintura, y así puedas apoyar los codos sobre la mesa. 

Evita la cama y los sofás, sólo logrará adormecer a tus niños; pero si necesitan leer, pueden hacerlo en exteriores seguros, como una terraza o una azotea, con la vigilancia de un adulto, claro está.

Silencio, tu mejor aliado

Sin duda, los mejores lugares para concentrarse siempre son silenciosos, por lo que una de las prioridades es tener un lugar sin ruido. Si no es posible, se recomienda usar audífonos con sonidos de lluvia o tal vez ruido blanco; existen muchas apps donde podemos encontrar estos sonidos.

Ahora, si el ruido es controlable, es decir, ocurre en nuestro hogar, es primordial que se pacte con toda la familia que de tal hora a tal hora los chicos de la casa necesitan silencio. Incluso se puede jugar con ello, poniendo carteles jocosos, como “No molestar”, “Silencio por favor”, o “Basta, ¡estoy estudiando aquí!”

Luz, ventilación, temperatura… un buen lugar

Lograr sentirse en un espacio de estudio formal es fundamental, por lo que los expertos recomiendan la luz ambiental como esencial para la productividad, por lo cual ubicarse cerca de una ventana o un balcón con luz natural indirecta, no sólo ayuda a la concentración sino a la visión. Si no se puede tener, que la luz artificial sea cálida, con colores claros y neutros en las paredes para ayudar a la concentración.

Un área de estudio oscura no sólo nos hará más somnolientos, sino que también puede llevarnos a forzar la vista. Para aquellos que estudian muchas horas ante una computadora o laptop es importante seguir consejos para cuidar los ojos, como inclinar ligeramente la pantalla o mantener una distancia de mínimo 35 centímetros.

El orden es el mejor amigo de la concentración

Una mesa revuelta lleva a la confusión, por lo que se precisa que sólo se coloque lo necesario en el área delimitada, además de mantenerlo en orden, sin llegar a estar sobrecargado.

Planifica un horario 

Marcar un horario y un plan de trabajo también ayudará a conseguir los objetivos de estudio. 

Si los deberes se pueden lograr en horario matinal será mucho mejor, ya que a esa hora es cuando la actividad mental está más potenciada y creativa. De igual forma, los expertos aconsejan crear un lugar donde se puedan visualizar las tareas y objetivos sin mucho esfuerzo, para así poder hacer un seguimiento de lo pendiente y lo realizado. Los colores también son de mucha ayuda; así como hacerlo semanalmente.

Descansos cortos es igual a más productividad

Entre tarea y tarea ha de haber 10 minutos de descanso, primero hay que hacer el trabajo más urgente.

La actividad es muy importante, sobre todo estando confinados, por lo que entre tarea y tarea en el área de estudios es importante que haya un lugar para activar y desahogar el cuerpo.

Saber decir basta es importante

Hay que ser responsables con el horario, es decir, si se comienza a una hora también se termina a una hora. Sólo así podremos mantener a nuestro cerebro sano, con una hora de descanso pronta y así afrontar un día más en condiciones, y no con un cansancio excesivo.

Por lo que es importante que el área destinada, en medida de lo posible, sólo se use para estudiar, así logramos que nuestro cerebro no combine contextos, algo peligroso para la productividad y el descanso.

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FOTO: Adobe Stock.