Las emociones humanas son normales, y sin duda, todo lo que sentimos es válido, lo importante es qué hacemos con ellas. Y vaya que la ira es una de las emociones más comunes, pero no por ello más fáciles de controlar.
Esto se debe a que la ira no es una emoción primaria, sino que muchas veces sólo es una reacción de algo mucho más profundo y doloroso. Es decir, según los expertos, hay dos niveles emocionales, el secundario y el primario; comprender esto, es el inicio de una manera más saludable de expresar nuestras solicitudes.
Las emociones secundarias son las que podemos ver, enojo, irritabilidad, quedarse callado, evadir, criticar, culpar, estar a la defensiva… Es decir, aquello que demuestra que estamos enojados, pero no necesariamente revelan por qué estamos enojados.
En este sentido, vienen las emociones primarias, es decir, las que impulsan a las secundarias y en ellas podemos encontrar el verdadero significado. Las emociones primarias más comunes en las relaciones son el miedo a la desconexión de su pareja, la tristeza y el dolor.
Pero no son las únicas, también abarcan la desesperanza, sentirse rechazado, sentirse no importante o adorable, sentirse inadecuado para satisfacer las necesidades de la pareja y sentirse no deseado o poco atractivo.
Y aunque nos cueste encontrar por qué nos sentimos enojados, porque nos hace sentir vulnerables, es la mejor manera de crear el puente de la empatía con nuestra pareja.
Así pues, si estás en un punto en el que la ira está dominando tu relación, y necesitas un cambio, hablemos un poco de las herramientas que sugieren los expertos. Claro que si los niveles de ira progresivamente suben de nivel, es posible que necesiten visitar a un terapeuta de pareja o por separado; pero la violencia no es tolerable.
No dejes sin comunicación a tu pareja
Muchas veces al pelear tenemos la necesidad de cerrar la puerta y no decirle nada a la otra persona. Y aunque puede funcionar para ti guardar silencio y calmarte temporalmente, es muy probable que aumente la ansiedad o la ira de tu pareja.
No estamos diciendo que tengas que sentarte y resolver el problema con la cabeza caliente, pero es prudente decirle a tu pareja que necesitas tiempo para calmarte y organizar tus pensamientos. Hazle saber a tu pareja que es importante para ti resolver la diferencia pero que necesitas tiempo para pensar y regresar a los problemas.
Concéntrate en manejar tus emociones y no las de tu pareja
Cuando alguien a quien amamos está enojado con nosotros, a menudo nos sentimos obligados a apaciguarlos y calmarlos lo más rápido posible. Pero, en última instancia, no podemos controlar los pensamientos, los comportamientos o las emociones de nadie; solo tenemos la tarea de controlar los nuestros.
Por ello, es que estar tranquilo puede ser más efectivo a la hora de calmar a la otra persona. Simplemente una persona que puede concentrarse en controlar su propia ansiedad y reacciones impulsivas, abren el espacio para que la otra persona haga lo mismo.
Si estás enojado con tu pareja, es muy probable que desde el enojo y el control no encuentres una reacción positiva. Es importante ser consciente de lo que sinceramente detona el enojo, la emoción primaria, y comunicarlo desde la empatía, la culpa y avergonzar al otro difícilmente son el camino para el entendimiento.
De igual manera, la inmadurez sólo engendra inmadurez, por lo que puede parecer fundamental dentro de tu enojo mandarle un mensaje de texto grosero a tu pareja, o despertarlo en medio de la noche con quejas. Sin embargo, eso no es el camino correcto.
Ten cuidado con los triángulos emocionales
Es muy común que si estás furioso desees tener una catarsis y quejarte con tu amigo, hijo o incluso tu terapeuta. A esto se le llama triángulo emocional, y aunque es normal querer desahogarse, muchas veces este triángulo impide resolver el problema original de la relación.
Por lo que la próxima vez que estés enojado con tu pareja, es importante que te preguntes si quieres ayuda o simplemente buscas alguien que esté de acuerdo contigo. Si la respuesta es la segunda, posiblemente es mejor calmarse antes de pedirle a otra persona que lo haga por ti.
De igual manera, si puedes acudir a tu terapeuta, es mucho mejor, ya que te ayudará a encontrar la emoción primaria para poder crear un diálogo sano con tu pareja.
Mira más atentamente los problemas
Como individuos, hay ciertos temas que pueden desencadenar una reacción de enojo o una reacción de ansiedad que puede conducir a un conflicto. A menudo, son temas como dinero, política, religión, sexo, paternidad o drama familiar. Es fácil asumir que tener opiniones diferentes puede producir enojo y conflicto, pero más a menudo son nuestras reacciones inmaduras a estos temas en lugar de nuestras opiniones reales.
Por lo tanto, en lugar de obsesionarse con la resolución de conflictos lo más rápido posible, vuelva a concentrarse en responder con la mayor madurez posible. Esto no significa que deba soportar el abuso o la volatilidad de su pareja, o incluso que tenga que permanecer en una relación.
La madurez simplemente nos impide dejar que nuestras emociones nos dominen por completo, así que antes de reaccionar hacia un tema o algo similar, vale la pena preguntarnos “¿Cuál es la mejor versión de mí mismo en esta situación?”. Es poco probable que veas a tu mejor yo azotando puertas o gritando a las personas que amas.
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