22 ago 2022
El 19 de mayo de 2019, cientos de millones de personas de 173 países distintos estaban sentados en su sillón viendo el capítulo final de Game of Thrones. Habían pasado casi toda la década, desde 2011, viendo los domingo de las temporadas el mundo de Westeros dividido en 73 capítulos, la gran serie de fantasía de nuestros tiempos.
Con cientos de premios, millones de dólares en cada capítulo, personajes entrañables y un autor vivo que continúa con la historia escrita, Game of Thrones es una serie impactante con una sombra inmensa.
Simplemente, sigue sin haber una serie que haya logrado cosechar tantos premios y fanatismo, y aunque sólo han pasado tres años desde que la serie principal llegó a su fin, HBO ha decidido seguir con este mundo medieval. Pero sin duda, las expectativas y la presión es inmensa.
House of Dragons llegó este domingo 21 a HBO, y aunque los fanáticos estaban deseosos de seguir viviendo en el mundo de los dragones, según los críticos especializados no era lo que esperaban.
Dirigida por el mismo Miguel Sapochnik, el primer capítulo de la precuela, “Los herederos del dragón”, no decepciona. Está ambientada dos siglos antes que la serie original, cuando los Targaryen y sus dragones gobernaban los Siete Reinos, y narra en tropos shakespearianos una historia de sucesión monárquica.
El rey Viserys, su hija Rhaenyra y su hermano Daemon protagonizan dudas y tensiones que hemos visto tanto en Hamlet como en El rey león. La narración del torneo y del parto de la reina conduce a un final del episodio piloto comparable o incluso mejor que el de Game of Thrones, según algunos críticos.
Pero otros, no están tan de acuerdo. Según Washington Post: “Para bien o para mal, Game of Thrones hizo cada vez más difícil sorprendernos con su sangre, crueldad, exhibiciones sexuales gratuitas y giros del destino. Las escenas en las que House of the Dragon se esfuerza por superar a su predecesora en esos aspectos rara vez tienen éxito; es donde la precuela se siente más como una imitación barata.”
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Al final, esta nueva precuela tiene aquello que hizo que millones se enamoraran de la serie, en palabras de Alberto Nahum García, profesor y ensayista, nos referimos a la ambigüedad ética. Aquí nos encontramos con incesto, sangre, orgías, masacres públicas, pero ¿qué es lo que falta?
Desde la violencia o la música, los dragones o los fabulosos escenarios permiten que los espectadores se sientan en el mismo universo de la serie original, el problema parece estar en los personajes, el espacio y el tiempo.
Los primeros capítulos se basan en aceleración temporal y un zoom muy extenso en la casa Targaryen. Tiene sentido que sea así, porque los fans llevan más de setenta capítulos conociendo la geografía de ese mundo. La serie original fue expansiva y ahora parece ser que los directores y escritores quieren mirar de cerca.
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Pero a pesar de que el ritmo y la extensión difiere, parece ser que House of Dragons toma los elementos más conocidos de su antecesora, como el vestuario, los peinados, los diálogos de intriga palaciega, los desnudos o las variaciones sobre la banda sonora original, como identidad, más no como ADN.
Es decir, según los críticos, es difícil detectar alguna aportación relevante respecto a lo que ya se conocía.
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Game of Thrones con sus 59 premios Emmy y sus récords Guinness, ocupa el Trono de Hierro de la televisión. Con House of the Dragon, HBO quiere alargar ese reinado, la pregunta es si es posible hacerlo sin innovar.
Más que una precuela, esta nueva serie parece ser una reverberación continua de lo visto antes, el problema es que ya se había llegado a un esplendor desde su versión original. Y es casi inevitable compararla con la precuela de Breaking Bad, Better Call Saul, una serie que supo investigar su propio lenguaje y aportar novedades a su propio universo.
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A pesar de ello, House of Dragon es preciosa visualmente, aquellos imperdonables errores de oscuridad y vasos de Starbucks quedaron en el pasado. Se puede notar dónde se gastó el dinero para producir esta majestuosidad medieval, entre dragones digitales, vestuario y una dirección impecable.
En conclusión, aún es muy pronto para saber si estamos frente a una obra memorable o una desechable, pero con los pocos capítulos que se pudieron visualizar, parece ser que la sombra de Game of Thrones será muy difícil de surcar.
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Sólo basta quedar pendientes. Lo que sí es que si no es de tu agrado, no te preocupes, que hay un puñado de precuelas en producción y que llegarán a nosotros en los próximos años, así que estamos lejos de dejar de ver el trono de espadas.
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