Muchas veces al escoger nuestro clóset lo hacemos con base en las tendencias o en los cortes que favorecen nuestra figura, Y aunque los colores son importantes, solemos escogerlos según las pasarelas o nuestros gustos personales, dejando de lado completamente que un color puede hacernos prácticamente brillar.

En este sentido, y en gran parte gracias a las redes sociales, se ha viralizado la colorimetría. 

Comencemos con lo más básico, qué es. La colorimetría es la ciencia que estudia la evaluación y cuantificación del color, en el humano se refiere a la percepción física del color (evaluación visual), mientras que instrumentalmente nos referimos a la cuantificación o medición de color utilizando un instrumento de medición llamado espectrocolorímetro.

Así pues, esta ciencia lleva muchísimo tiempo siendo utilizada por los expertos decoradores y los estilistas de las celebridades. Ya que ellos mismos aseguran que un color que se adecue a ti puede resaltar las cualidades más atractivas de cada individuo.

Por lo que estos estudios poco a poco se han vuelto cada vez más solicitados, gracias a ellos logramos sentar las bases que nos permiten entender qué colores nos favorecen, logrando que nuestro entorno nos perciba más radiante. Al final de cuentas, los colores transmiten más de lo que suponemos.

Lo primero que debes saber sobre la colorimetría de cada individuo, es nuestro tono y el subtono. El primero referido a qué familia de colores pertenece el rasgo que estamos mirando (azules, verdes, rosas…) y el subtono hace referencia a la temperatura del color (frío o cálido).

Para saber encontrar nuestro subtono, el truco más conocido es observar la raíz del cabello, las personas cálidas lucen reflejos dorados desde el nacimiento del mismo, mientras que las frías tienden a tener un tono más uniforme o cenizo. 

También el subtono de los ojos también es un indicativo clásico, así como el color de las venas, que tienden más a azulado en las personas frías y a verdoso en las cálidas. Pero el truco más fácil, es acercando a nuestro rostro telas plateadas y doradas o rosas y naranjas experimentamos cómo el rosa y el plateado ilumina automáticamente la piel de las personas frías y viceversa.

Así como el usar ropa que nos favorezca es casi un arte, la colorimetría cada vez se vuelve más específica, por lo que no sólo nos basamos en el tono o subtono, sino en la estación del año a la que pertenecemos. Las cuales se dividen principalmente en cuatro, pero los matices hacen que sean doce en total.

En función de la estación que seamos, tendremos que valorar la paleta de colores que nos corresponde, ya que estará compuesta de los tonos más recomendables para sacarnos todo el partido posible. Mientras que la primavera y el otoño incluyen a personas cálidas, el verano y el invierno son aquellas temporadas en las que se encuentran las frías. 

Hablando generalmente, a las personas primavera les favorecen los colores saturados y brillantes y a quienes se incluyen en el otoño, los colores cálidos propios de la época con la que se vinculan. El grupo del verano se ve mejor con colores luminosos y pasteles, mientras que a las personas invierno les hacen brillar los colores puros e intensos.

Este tipo de especificidad sí requiere un estudio profesional, ya que podemos guiarnos con pequeñas descripciones como que las personas de invierno lucen grandes contraste entre el pelo, piel y ojos, con rasgos muy profundos.

Mientras que las verano suelen tener cabello cenizo, con dorado, ojos claros y cobrizos. Las otoño tienen rasgos más intensos en el cobrizo; las primavera son pieles claras y brillantes.

Y cada estación tiene tres matices distintos, por lo que en realidad esta rama de estudio es más complicada de lo que podríamos imaginar en un principio. Así que si decides hacer un estudio profesional, sin duda, ayudará a que hagas compras más conscientes y a brillar en todo momento.

Lo que es cierto es que no debes de encontrar en estas mediciones una prisión en la que no puedas usar más que colores azules, por ejemplo, sino como una guía para sentirte con más seguridad. Una herramienta más en el arte de vestir bien.

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FOTO: Robert Katzki en Unsplash