Si el pop obtiene su nombre de lo “popular”, es porque siempre ha buscado hablarle a las masas, sin pedir nada a cambio, más que unos cuántos segundos para acaparar su atención, si no sucede, hay una fila enorme detrás.
Lo que prefieren consumir las masas va cambiando conforme a la época, y si hablamos de los tiempos actuales, lo que las nuevas generaciones quieren son chicles para los ojos. Una necesidad que J Balvin logra extrapolar a la música, con su más reciente álbum, Colores.
¿Qué es un chicle para los ojos? Contenido rápido, que se pueda ver más de una vez e infernalmente entretenido. Sin ninguna capa intelectual que le pueda dar una connotación más profunda, sólo el placer de crear algo de consumo fácil que no pida más. Es decir, una de las cúspides del pop.
Vice describe así la discografía de J Balvin:
Su disco Energía (2016) rompió viejas creencias sobre lo que significaba ser un artista latino. Dejó atrás la imagen de "latin lover" con la que lo empaquetaban. Dio un giro de 180 grados a esta visión; conceptualizando su obra, una que sirvió como guía para los que venían a su lado y como camino para los que vinieron después. Con Vibras (2018) cimentó y aprovechó un momento clave para el reggaetón. Hizo música que le gustó a quienes no les gustaba el reggaetón. Poco más de un año después colaboró con Bad Bunny en Oasis (2019) y en este disco se unieron las dos máquinas con más fuerza de la música en español para lanzar un disco y acaparar conversaciones en todo el planeta.
Esta evolución musical se ha centrado en crear hits, buscando salir de la sofocante caja que implican los géneros musicales, y beber un poco de todos lados. Buscando la universalidad ante todo.
Vibras se llevó el aplauso casi unánime de la crítica, ya que revolucionó en muchas formas el reggaetón más simplón, uniéndolo a otros ritmos, dotándolo de sintetizadores. Creando un álbum de largo aliento que, hasta el momento, sigue siendo lo mejor que ha creado Balvin en solitario.
Ahora, cuando hablamos de Colores, el álbum que nació con un destello, “Blanco”, que nos ponía frente a la próxima hazaña del colombiano: un álbum conceptual basado en colores.
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Este primer single decantó en uno de los videos más interesantes del reggaetonero, imágenes surrealistas e impecables, que no buscan más que ser estéticos de una forma extraña. Alejándose cada vez más de la simplona imagen del reggaetonero como el alma de las fiestas.
Este video nos planteó desde el inicio lo que significaría Colores y qué personas lo moldearon. Además de J Balvin, con la facilidad con la que crea letras dinámicas y hooks pegajosos, a él se une Sky Rompiendo, el productor que ha creado la mayor parte de las diez canciones del álbum, la excentricidad colorida de Takashi Murakami y el ojo particular de Colin Tilley.
Parece que la mayor parte de las canciones fueron inspiradas por los primeros pensamientos que cada color llevaba a la mente de Balvin, como “Rojo” y la pasión que este color remite; “Gris” y la ambivalencia de una relación que ni acaba ni avanza; o hasta la crudeza y oscuridad que puede remitir el color en “Negro”.
Lo cierto es que la mayor parte de estos análisis son innecesarios, ya que la relación con el color son fácilmente distinguibles, y lo que busca J Balvin es hablarle a todo el mundo de la forma más simple. Colores, hooks pegadizos, y ritmos llenos de energía.
Tal vez esto explica la duración del material de estudio de menos de media hora, algo extraño si hablamos de las largas duraciones que se han vuelto famosas para aprovechar al máximo el streaming. Diez colores, que representan a canciones de dos minutos de duración.
Si eres de las personas que lo que odias del reggaetón es que sus letras no tienen sentido, no te acerques a Colores, que sin duda, es el álbum de J Balvin con la lírica más basada en el ritmo, sin buscar en lo más mínimo una coherencia. Es un álbum creado para disfrutar en una fiesta, donde sólo importa pasar un buen rato.
No es un álbum perfecto, ya que aunque existen joyas como “Morado”, “Verde” y “Arcoíris”, también hay muchas canciones que no terminan de ser distintas, y simplemente las olvidamos.
Aun así, como la producción del colombiano nos ha demostrado, mucho no vamos a tener que esperar para escuchar algo nuevo. Pero ahora podemos ver cuál será la línea que busca explorar: el contenido más fácil de consumir, chicles para los oídos.
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