Es el evento más importante del año, la más popular del colegio hará una fiesta y todos mueren por ir, pero sólo serán bienvenidos aquellos que reciban su invitación. Más allá de no ser el invisible del salón, o el soplón que siempre preguntaba por la tarea cuando la maestra lo había olvidado, asumimos que nos es difícil conseguir esa invitación, pero, ¿qué pasa cuando esta le llega a unos cuantos y a ti no?
Desde siempre hemos sido así, jerarquizamos y clasificamos el mundo en el que vivimos por nuestra propia sobrevivencia. Piénsalo, si en el pasado lejano no hubiéramos entendido que ciertas plantas nos alimentan, mientras otras nos matan, no seríamos lo que somos hoy en día. Claramente, la civilización se ha complejizado desde entonces, y ya no basta con saber de herbolaria, pues incluso han estallado las peores guerras a partir de este instinto.
Es decir, la cultura de la jerarquización nos ha llevado a explorar conceptos como los del VIP o la exclusividad, a todos nos atrae lo inalcanzable, ¿o es que no se trataba de eso el sistema en el que vivimos (capitalismo)? Claro que todos queremos llegar más arriba, más alto, pero además con la plena conciencia de que no cualquiera lo logra y de que, quizás, ahí en la cima encontremos menos gente y, a lo mejor, más paz.
Hasta pareciera una idea con rasgos budistas, en los que parece que es mejor aislarse del resto para encontrar un silencio más pleno. Sin embargo, como todo en el mundo en el que vivimos, tiene sus matices y sus superficialidades también, pero no por eso malas.
A estas alturas, el mundo digital ya es parte de nosotros y nuestra cotidianidad, los círculos sociales en los que nos movemos también se distinguen entre el feed de nuestras aplicaciones, los likes que recibimos y los comentarios, y más allá de la cantidad, también es de quienes los recibimos. Nosotros, como simples mortales, lo sabemos más que nadie.
Quizá ya pasamos por esa etapa de caminar entre los pasillos del colegio para saber si somos o no parte de la “élite” o el círculo de populares de nuestros compañeros, pero sin duda, lo seguimos viviendo en nuestros entornos sociales, tanto físicos como virtuales. Es decir, esa famosa frase de highschool never ends, nunca ha tenido tanto sentido como cuando salimos del mismísimo colegio.
Después de que la semidemocratización de la tecnología haya escalado tanto, a niveles en los que más y más personas, sin importar el sector económico en el que se encuentren, ya cuenten con un dispositivo móvil y con este el acceso a las redes sociales más populares, es común que las novedades entre las mismísimas se conviertan en una tendencia en la que todos queramos participar.
El hashtag de lo exclusivo
Sin embargo, no siempre tenemos esa opción, pues la exclusividad también se ha convertido en ese like que todos deseamos. Porque aplicaciones hay muchas, pero no todas son para cualquiera. Por ejemplo, en el boom de las redes sociales para citas, también surgieron aquellas apps en las que sólo cierto grupo de personas pueden acceder y otras no.
Tinder Select es el claro ejemplo, en el que sólo puedes ingresar si recibes una invitación de la misma app, y bueno, es que se trata de una aplicación exclusiva para celebridades o millonarios que también anhelan buscar el amor de sus vidas o una noche divertida.
Igualmente sucede con The Ligue, aunque en este caso es un poco distinto su sistema de selección, ya que funciona así: bajas la app le das acceso a tu perfil de Facebook y al de LinkedIn, y ya con ambas cuentas (más la segunda que la primera) el algoritmo decide si eres lo suficientemente exitoso para formar parte de su comunidad.
Y es que para esta clase de aplicaciones existen varias, incluso cabe mencionar que en su momento lo que ahora todos, o casi todos, usamos como mail: Gmail, también empezó para unos cuantos bajo invitación. Pues cuando fue lanzada al público, el 1ro de abril de 2004, se lanzó su versión beta. Sin embargo, únicamente se podía conseguir una cuenta a través de una invitación de un usuario registrado. En principio, la cuota inicial de cada usuario era de dos invitaciones, que con el tiempo fue aumentando, hasta convertirse en el buzón virtual más usado en nuestros días, accesible a absolutamente quien lo desee.
Clubhouse y el nuevo giro de una red social
Ahora está sonando mucho el caso de Clubhouse, la cual es una nueva red social disponible en el mercado pero para unos cuantos usuarios que reciban la invitación de unirse. Esta fue creada en 2020 por Paul Davidson y Rohan Seth, y lo atractivo, hasta ahora, de esta nueva app es que parece tratarse de algo completamente nuevo. Parece que han dado un giro a lo que estamos acostumbrados.
En esta ocasión, Clubhouse ha decidido salirse del guion y empezar su propia narrativa, en donde no importan las imágenes, publicaciones y demás, sino tu voz, literalmente. Y si lo pensamos bien, tiene mucho sentido, últimamente los podcast se han convertido en los protagonistas del entretenimiento actual.
Clubhouse ha optado por la creación de un espacio de conversaciones únicamente por audio, pero como ya lo mencionamos, aún sigue tratándose de una red en la que puedes participar si te invitan a jugar, si no, no, además de que también, por ahora, sólo se encuentra disponible en App Store.
De acuerdo con la experiencia de algunos usuarios que han tenido el privilegio de ser invitados al juego, es que parece que en la noche, las conversaciones adquieren un tono muy al estilo de una charla de bar. Algo como Twitter, pero quizá más casual, pues la famosa red social del pájaro azul es bien sabido que es en las madrugadas cuando salen todos aquellos que sufren de insomnio a escribir los pensamientos más aleatorios que surgen a esas horas.
Como el resto de las redes sociales, Clubhouse cuenta con un pequeño perfil en el que puedes escribir una breve biografía y también puedes seguir a otros usuarios. También recibes notificaciones de las salas que te interesas. Y como todo juego, tiene sus reglas, y si no las cumplimos podemos ser amonestados e incluso expulsados.
Cómo ser invitados
Aunque aún no se sabe si este método de la invitación será algo permanente, por ahora sabemos que existen dos maneras de lograr jugar:
- Que alguien de dentro nos dé una invitación, ya que cada nuevo usuario de Clubhouse cuenta con dos invitaciones y él decide a quién se las da.
- Entrar directamente y reservar un nombre. Es decir, descargar la app, reservar nuestro nombre de usuario y esperar en la lista de espera. De esta forma si alguien de dentro nos reconoce, nos puede dejar entrar aunque ellos no dispongan de invitaciones para ofrecer.
Lo llamativo de esta app es que ya ha logrado conseguir a personajes completamente llamativos, lo que nos hace querer ser parte de esto ya. Es decir, quien no quisiera poder charlar o entrar una sala de conversación en la que estén presentes Elon Musk, Aston Kutcher, Jared Leto, Oprah Winfrey, y otros más.
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