En septiembre de 2018 el rapero Mac Miller fue declarado muerto por una sobredosis involuntaria, a tan sólo unas semanas de haber lanzado Swimming, el quinto material de estudio. Este álbum hacía una analogía de estar bien en la superficie mientras por debajo luchaba con la depresión y la ansiedad, sin volverlo un álbum de conmiseración y simplicidad que los exponentes del emo-rap hacían. 

Ciertamente, Mac Miller estaba en el apogeo de su carrera y sin duda, en el cenit de su arco musical.

Según sus propias declaraciones, tal vez debido a sus aprehensiones obsesivas, podía pasar días enteros en un estudio, incluso tenía un alter ego para esa faceta de su vida. Por lo que no sorprende que a la par trabajara en Circles, una contraparte más optimista de Swimming, se trata de saber que hay algo que hacer al respecto.

Circles funciona como contraparte de Swimming y como epílogo de su propia creación artística, donde escuchamos lo que podrían ser ciertas resoluciones de sus pensamientos finales. Después de su fallecimiento, Jon Brion, el productor, se comprometió a terminarlo y sorprendentemente suena a un álbum completo o al menos tan completo como puede ser, lo que decanta en 12 canciones.

Los dos álbumes funcionan como pesos en una balanza, donde explora la depresión, cómo los días malos son largos y los días buenos se sienten fugaces, pero en Circles podemos ver una luz al final del camino. 

“Don't need to be lower Before it's all over, I promise we'll figure it / No necesitamos estar deprimidos Antes de que todo acabe, prometo que lo resolveremos”, canta en “Surf”, una melancólica pista con muy pocos instrumentos, y la mayor parte escuchamos a Miller cantar muy suave.

Como una buena contraparte, Circles no es un álbum de rap, a diferencia del reflejo en el espejo, Swimming; aquí escuchamos a Miller cantar con excepción de un par de versos y “Hands”, la única canción hip-hop del álbum. 

Este álbum póstumo habita entre los bajos lo-fi y el trabajo de un compositor de indie folk, la voz suave y cansada de Miller nos acompaña por todo el álbum, dando un aura de tranquilidad, tal vez la que le faltó encontrar en vida. Circles comparte los mismos instrumentos que su predecesor, así como ritmos lánguidos y los sintetizadores exagerados.

Miller era un ávido fanático de los Beatles, lo escuchas en el ritmo del piano de "That's On Me". Es audaz la frecuencia con la que Miller elige cantar, sobre todo por la forma en que su canto lo hace sonar tan vulnerable. Y aquí es donde encontramos uno de los mayores encantos de Miller y de este álbum.

A pesar de la diversidad de ritmos que encontramos en su carrera musical, la vulnerabilidad con la que se mostraba en sus letras, hizo que rápidamente se volviera un artista de culto, que a pesar de tener historias similares con los exponente del emo-rap que han muerto a últimas fechas, Lil Peep y XXXTentacion, Miller dejaba helado con la simplicidad de sus rimas.

En lo que resultaría ser su última entrevista, Miller habló de cómo "la belleza es poder estar en ambos lugares", experimentando paz y caos, la descripción exacta de la conjunción de sus últimos trabajos Swimming y Circles. 

Así a pesar de que tuvo que pasar más de un año para poder escuchar el epílogo de su vida, se siente como un buen cierre para el arco musical que nunca podremos escuchar. Una despedida completa de la paz y el caos en la vida de Mac Miller.