Las líneas imaginarias que dividen la realidad y la ficción suelen ser tan sutiles, cuando se trata de una buena narración, que el espectador pacta para entrar a ese mundo que rebasa la lógica y el sentido común de nuestro entorno, para empezar a creer y entender lo que sucede en este universo imaginario que se nos propone.
Para crear estos paralelismos ficcionales es importantes aterrizarlos en la verosimilitud, que por fantástico y asombroso que pueda llegar a ser un escenario, no nos haga dudar ni un momento sobre si nos están tomando el pelo o si nos proponen algo que en realidad podría pasar. Claro que con sus respectivos y realistas años en avances tecnológicos, pero que la posibilidad exista.
El género de la ciencia ficción, como su nombre indica, se adentra en los temas científicos que inquietan la curiosidad humana por descubrir qué hay más allá y cómo llegar a ese más allá. No todo es sobre el espacio y las estrellas, también la ciencia ficción toca temas como la clonación, viajes en el tiempo, mundos distópicos y tecnologías que se incorporan a nuestra vida cotidiana, entre miles de posibilidades más.
Fascinantes son estos escenarios que escritores se han propuesto a crear para satisfacer esta curiosidad, mientras no podamos ver cómo es que el hombre es capaz de hacer viajes intergalácticos en la vida real, pues tenemos varias novelas, películas e historias que nos iluminan los ojos al ofrecernos una idea de cómo podría ser. Sin embargo, a la hora de retratar ciertos eventos, situaciones o momentos, ¿hasta qué punto deja de ser una película de ciencia ficción para pasarse del otro lado y ser una película de fantasía?
No es por amargarles sus escenas o películas favoritas, pero nos enfocaremos en el séptimo arte para decirles cuáles han sido los más grandes mitos de todas esas películas y por qué las cosas no serían así, según la ciencia.
A CONTINUACIÓN SE REVELAN SPOILERS CENTRALES EN LAS TRAMAS DE LAS PELÍCULAS MENCIONADAS, LEER BAJO SU PROPIO RIESGO
Las grandes explosiones espaciales
Apuesto a que aparecieron diversas escenas de tus películas favoritas, y quizá esto se alista para arruinarse, pero, ¿verdad que en casi todas estas escenas, al menos el 90 por ciento de ellas están acompañadas de estruendosas explosiones?
Pues desafortunadamente, al contrario de lo que nos gustaría, en el espacio esas explosiones estruendosas no son posibles. Esto se debe a que en el espacio no hay moléculas de aire por donde pueda viajar el sonido, así que, las explosiones en el espacio son únicamente un espectáculo visual increíble, pero mudo.
En la escena de Star Wars Episode 6 Return of the Jedi (1983) apreciamos claramente que los efectos de sonido en definitiva sobran.
Para darnos una idea de cómo sería realmente una explosión en el espacio, ve la siguiente escena de Star Wars The Last Jedi, al momento en el que Amilyn Holdo (Laura Dern) se sacrifica, ve el minuto 1:29 y es precisamente así como sería, claro que para agregarle más dramatismo y darle el toque de la magia del cine, siguen insistiendo en agregar sonido cuando esto no es posible, pero bueno, así siguen siendo más llamativas.
La luz a su velocidad
¿Cómo se vería el parabrisas de tu nave espacial si viajaras en al hiperespacio a la velocidad de la luz? Claramente nos gusta imaginar que un viaje intergaláctico a la velocidad de la luz nos daría un espectáculo visual de luces inimaginable. Sin embargo, lo cierto es que no es así. Volvamos al video de arriba. En el minuto 1:24 ilustra esta ráfaga de luces al momento en el que inicia el viaje a la velocidad de la luz.
Lo cierto es que en realidad sería un poco más aburrido lo que veríamos frente a nosotros en el parabrisas. Según la teoría de la relatividad espacial de Einstein, viajar a la velocidad de la luz haría que las longitudes de onda de luz se vieran más cortas, no más largas. Esto provocaría que viéramos una masa de luz blanca y brillante.
¿Qué le sucedería a nuestro cuerpo si se expone al vacío espacial?
Hemos escuchado y visto un montón de versiones en el mundo del cine, desde las más grotescas en las que explotaríamos en mil pedazos, hasta las más sutiles en las que solo nos congelaríamos y nos quedaríamos ahí flotando cubiertos de hielo en la nada.
Lo cierto es que sería algo intermedio entre estos dos escenarios. “Al ser expuesto al vacío, el aire de tus pulmones se vería aspirado rápidamente de tus pulmones. Sin reservas de oxígeno a las que recurrir, tu cuerpo usaría el oxígeno restante que quedara en la sangre rápidamente y en tan sólo 15 segundos te quedarías inconsciente. Pasados 2 minutos, el resto de los órganos de tu cuerpo empezarían a fallar por la falta de oxígeno y, bueno, ahí terminaría tu aventura espacial”. Es decir, moriríamos de una trágica asfixia.
Diversos experimentos se han hecho, pero las películas siguen siendo más emotivas y divertidas. Como en la siguiente escena de Los Guardianes de la Galaxia cuando Star Lord rescata a Gamora, quien quedó varada en la nada. Pensarás, bueno, ella es un alien y él es un semidios, y bueno, pues ahí todas nuestras leyes y conocimientos cambian.
La verdad es que sin estos detalles tan clavados en la ciencia, las películas sí serían realmente distintas. Sin embargo, no por eso dejan de ser increíbles, y también existen películas muy apegadas a la ciencia, como lo fue Interstellar, enorme película que homenajea las teorías sobre los agujeros negros y la relatividad del tiempo, así como las ondas gravitatorias muy apegada a los conocimientos científicos teóricos llevados a una supuesta práctica.