29 mayo 2020
Lo difícil no es hacer un hit, sino hacer una seguidilla de ellos, eso es tener éxito en la industria musical. Ahora, si lograste tener una racha de éxitos musicales, claro que los escuchas esperan una buena canción al siguiente single y al siguiente single. Muchos artistas sucumben en la búsqueda del éxito musical, y terminan en el olvido de aquellos dulces años de reconocimiento.
Si ya nos vamos a ligas mayores, nos encontramos con los artistas que revolucionan el género musical, por lo que en cada racha o “era” musical nueva, los escuchas esperan que lo vuelva a hacer. Y claro esta que sólo poquísimos artistas han llegado a este nivel, muchos lo logran un par de veces y luego envejecen, enloquecen o entran a rehabilitación.
Y Lady Gaga se encuentra irremediablemente en el segundo grupo, y sí, todos esperamos que revolucione el pop de nuevo. En esa espera llevamos desde que intentó crear un álbum que fuera más concepto que música, para luego irse al jazz, y al country, además de ganar un Premio Óscar y un Grammy por la misma canción.
Sin lugar a dudas, nos encontramos con una mujer que ya es una leyenda, y si Chromatica no existiera lo seguiría siendo. Es un título que ya se ganó, como Britney Spears, por lo que en realidad pudo continuar en su estancia en Las Vegas, con miles comprando un lugar y si no fuera así nada habría cambiado.
Lo cierto es que Lady Gaga es una mujer inquieta creativamente, aunque dejó de estar en las primeras planas por casi una década, ella continuaba con su carrera, ya sea actuando o creando la música que quiso. Por lo que sería casi inimaginable que dejara la música por crear ropa, como Rihanna, o por cuidar a sus hijos, como Britney Spears.
Incluso a pesar de sus múltiples adicciones, problemas con la fama, traumas y dolores crónicos, aún encuentra sanación en una buena canción pop. Y espera que sus fans la encuentren, incluso en una pandemia.
Chromatica es un álbum que no es perfecto, ni viene a revolucionar el pop.
Desde mi perspectiva la revolución del pop está muy lejana de la música monumental que emula himnos, siento que el minimalismo, combinado con la unión de géneros que aparentemente no tienen que ver entre sí, es donde las exploraciones más interesantes están sucediendo. Algo que no está presente en este sexto LP de Gaga.
No, sus intenciones están fuera de revolucionar la escena, sus intenciones se encuentran en revitalizar ese personaje del que todos nos enamoramos en el 2009, y precisamente ahí es donde encontramos el núcleo de Chromatica.
Tiene todos los elementos que hicieron gigante a Gaga, canciones con hooks increíbles, una mitología integral, voces fuertes e histriónicas; y las mezcla con las tendencias actuales, sonidos que están regresando y les da su toque único.
Eso es Chromatica, el álbum pop que el 2020 necesitaba, un regreso al pop más puro que prioriza sonar bien, pero esta vez sin olvidar lo que quiere decir la letra, tal vez no está muy apegado al ritmo, pero sin duda parece que pusimos una lupa en los verdaderos problemas de Gaga.
Chromatica es un álbum para bailar, a pesar de que podríamos catalogarlo como el más personal hasta la fecha, agradecemos que nos ponga a bailar sin remedio.
La sombra de ritmos reconocibles se cierne sobre todo el conjunto Chromatica, desde el pop noventero, disco, house, new wave y electro de los 70, incluso, la Madonna más vintage de “Vogue” y Daft Punk. Además que muchas pistas y arreglos suenan a la propia Gaga de The Fame.
Aunque hay un par de docenas de creadores del sonido en el álbum, los creadores de éxitos Max Martin, Justin Tranter, Ryan Tedder, Skrillex, Rami Yacoub y otros, la composición de canciones y la base sonora es gracias a BloodPop (que también ha creado éxitos para Justin Bieber, Britney Spears y Madonna). Junto a Ely Rise y Tchami, le dan al álbum consistencia y unidad sonora, incluso cuando las canciones deambulan temática y melódicamente sin un rumbo aparente.
Como los interludios melódicos que parecen sacados de una banda sonora de una película de Steven Spielberg, funcionan para separar el álbum en tres capítulos dispersos, y darle al escucha un descanso de tanto EDM. Pero no terminan por funcionar.
Y así como hay joyas como “911”, “Sine From Above” con Elton John, “Rain on Me” con Ariana Grande, “Replay”, “Babylon” y “Free Woman”, estas sólo son unas pocas canciones de las 16 que componen el LP.
Ninguna es un fiasco, pero muchas quedan en un limbo, y es por ellas que el álbum no es perfecto.
Pero sin lugar a dudas, es un álbum que merece las calificaciones de 9-9.5, 4 de 5 estrellas y demás que los medios especializados están poniendo.
Lady Gaga regresó y esto puede dar pie a una era más que interesante en el pop actual, el inicio ya está aquí. Tal vez en el siguiente álbum regrese a innovar el género, quien sabe, es Lady Gaga.
