El cine y los diálogos que propone, a través de encuadres, narrativas ficcionales o documentales, iluminación y planos, van más allá de un lenguaje común, en el que desde lo sensorial hasta lo intelectual nos involucra como espectadores en un mundo lleno de historias y posibilidades. En su décima edición, el Festival Internacional de Cine de la UNAM, o FICUNAM, celebra las diferentes dimensiones del cine a través de una larga lista de propuestas visuales.
Uzi, dirigida por el director salvadoreño radicado en México José Luis Valle, es una cinta que retrata una historia de culpa, esperanza y cambio. “Uzi es el nombre de una pequeña ametralladora sumamente letal, pero también es el apodo de Uziel, un hombre de 60 años que administra unos baños públicos que se caen a pedazos. En su juventud, era uno de los asesinos a sueldo más letales de la ciudad, ahora, con los años encima, vive entre la pobreza, la cupla y viendo cómo otros capos han tomado el control de las calles. Su única compañía recurrente es un cangrejo que mantiene en una pecera, a quien le habla un poco de sus problemas. La vida le da varias oportunidades de redimirse, pero casi al mismo tiempo, uno de sus clientes le pide realizar un último trabajo que le dará muy buena paga y le ayudará a vivir en mejores condiciones. Él se debate entre regresar al lado criminal o continuar con una vida tranquila pero miserable, sobre todo cuando contempla un nacimiento que lo hace cuestionar aún más su antigua labor”.
Uzi estará presentándose los próximos 12,14 y 15 de marzo en distintas salas, para encontrar boletos da click AQUÍ.
El FICUNAM se sirve de cintas en las que diversas temáticas entretejen una curaduría amplificada para exponer discursos en los que lo social, lo político, lo imaginativo y lo abstracto dibujan un festival de cine innovador. Una mezcla de distintos sabores, con propuestas que van de lo literal al acústico mundo de lo abstracto. Sobre la última frase, pienso en Ts’onot (Cenote), dirigida por el japonés Kaori Oda. En esta cinta nos damos un clavado a las profundidades más extravagantes que dejó la caída del meteorito que lo cambiaría todo y nos abriría la puerta a la existencia, en la Península de Yucatán, México.
“En el norte de Yucatán, México, los pozos naturales llamados cenotes constituían la única fuente de agua para los mayas que no vivían cerca de un río o lago. Algunos cenotes se usaban para sacrificios rituales, y los mayas creían que estas fuentes sagradas conectaban este mundo con la vida después de la muerte. El pasado y el presente de quienes viven alrededor de los cenotes se unen en este misterioso lugar. Recuerdos perdidos hace mucho tiempo en imágenes alucinantes de color turquesa bajo el agua, un juego fascinante de luz y oscuridad. Nadando en estos sumideros, la directora Kaori Oda se encuentra con formas intrigantes y rayos de luz, el agua se agita, las gotas caen como cuchillas de afeitar”.
Un fascinante viaje hacia las profundidades más poéticas y míticas de nuestro país, con una fórmula experimental en el que el espectador llega a sentir que necesita, de repente, ya, subir a la superficie para respirar. Entre burbujas, un eco del ruido orgánico del momento en que fue grabada, y con leyendas de los habitantes de ahí entrecruzadas a lo largo de la cinta, Ts’onot (Cenote) te invita a conocer los túneles del tiempo y las rutas del infierno, según la cultura maya.
La construcción de una historia desde lo abstracto y la metáfora como hilo conductor de una narrativa, es pensar en cine experimental. Sin embargo, a veces colocarle esta peculiar palabra puede alejarnos de este, pero si lo piensas bien en realidad todo el tiempo estamos en contacto con esta clase de lenguaje. En la vida cotidiana es así como nos comunicamos y nos entendemos. Piénsalo, nuestras líneas narrativas del día a día casi nunca son prosaicas. Derribar las fronteras de lo convencional para unificar y desmembrar los hilos narratológicos tradicionales sin transgredir la estructura clásica que supone el cine, es lo que plantean estas visiones experimentales y la cinta de Kaori Oda es un perfecto ejemplo de lo dicho.
Ts’onot (Cenote) estará presentándose los próximos 11,12 y 14 de marzo en distintas salas, para encontrar boletos da click AQUÍ.
Sin duda el cine que ofrece el FICUNAM, recolecta distintas disciplinas, discursos y visiones para exponerlas en la pantalla grande, provocando que nuestra experiencia trascienda más allá del entretenimiento y la inmediatez del contenido. Disfruta del festival desde ya hasta el 15 de marzo, y no olvides echarte un clavado en su diversa programación, para descubrir tanto funciones como talleres, conversatorios y funciones especiales.
Consulta la programación completa del FICUNAM aquí.