Cuando se le dio un nombre a esa sensación de experimentar una especie de extravío, una pérdida en la que ningún lugar te acoge en su totalidad, la extrañeza de un ayer, no literal, sino más bien metafísico, pudimos aterrizar por un instante, pero en el ínter seguimos flotando en la aparente nada que es la realidad. Aunque la saudade sigue siendo un sentimiento intraducible, indescifrable, una experiencia única en la que quizá se trate de anhelar aquello que seremos incapaces de recordar, nuestro verdadero origen, más allá de la vida humana, sigue siendo un leitmotiv para el arte.
La compositora Charlyn Marie "Chan" Marshall puede describirse como la encarnación vocal de este sombría forma de vida. Mejor conocida en la industria como Cat Power, ha retratado a la saudade como ningún otro músico contemporáneo del folk/soul. Con sus primeros pasos en la música, desde 1995, año en el que grabó dos álbumes en un sólo día, Dear Sir y Myra Lee (lanzado en 1996), la desgarradora voz de Marshall sigue haciendo vibrar nuestro sistema nervioso y neuronal.
Ahora con 10 álbumes en su repertorio, la cantante está lista para revivir grandes de sus mejores momentos y los más recientes en el capítulo 10 del Corona Capital 2019, el sábado 16 de noviembre en el escenario Corona Light a las 18:20 horas.
Hablar de la música de Cat Power es explorar un mundo en el que las dimensiones emocionales trascienden el lenguaje entre los acordes de Marshall y la estética de una voz que rompe en un llanto escondido en cada una de sus canciones. Además, no podemos ignorar la vida personal de Chan, pues la transparencia con la que compone deja entrever, cómo una tela translúcida, lo que se revuelve en las entrañas de su universo interior y su entorno.
“Once I wanted to be the greatest/ No wind or waterfall could stall me/ And then came the rush of the flood/ Stars at night turned deep to dust” (“Una vez quise ser la mejor/ Ningún viento o cascada podría detenerme/ Y luego vino la avalancha del diluvio/ Las estrellas de la noche se convirtieron en polvo”) canta Cat Power en uno de su más exitosos temas: “The Greatest”, mismo que le da nombre al álbum editado en 2006 que la catapultó al foco mediático.
Cuando parecía que su sonido no podía tener más horizontes por explorar, la cantante lanzó Sun (2012), en el que se soltó al vuelo para la experimentación de una atmósfera más dinámica, con destellos fuertes de luz. Aunque, la oscuridad de su música aún la persigue, es como si Sun hubiera sido un intento por respirar, y agujereara la caja para dejar pasar la luz, pero sin salir de ella.
En su más reciente material, Wanderer (2018), palabra que puede traducirse como vagabundo, nómada o viajero, Cat Power escala a una nueva faceta, tanto en su vida personal como en su carrera profesional. La maternidad protagoniza su visión, pero no abandona a la Marshall agobiada por la pesadez que la saudade puede representar en el laberinto de cualquier vida humana.
“We all do what we can/ So we can do just one more thing/ We can all be free/ Maybe not in words/ Maybe not with a look/ But with your mind”, (“Todos hacemos lo que podemos/ Entonces podemos hacer una cosa más/ Todos podemos ser libres/ Quizás no en palabras/ Quizás no con una mirada/ Pero sí con tu mente”), canta Marshall en su sencillo “Maybe Not”, contenido en su álbum You Are Free (2003). Quizá estos versos puedan ejemplificar el universo del que se alimenta la reina del soul/folk.
“Las canciones son un ejercicio poderoso de conocer otros rumbos. Pueden transformar tu pena. Las mejores canciones están siempre llenas de una increíble humanidad”, comentó la misma Marshall en una entrevista para El País.
Con la mirada fija, como dos pozos apuntando al cielo, Cat Power no ha dejado de ver al mundo desde el mismo punto fijo que supone la saudade. Aunque su línea poética siga inmersa en esta ambivalente sensación, no podemos desacreditar el crecimiento artístico que ha mostrado en los últimos años. Sin duda, su presentación en el Corona será una de las más esperadas, porque aunque no sea headliner, su nostálgico universo y la fuerza de cada una de sus palabras siempre logran atravesar, como flechas de hierro, nuestras entrañas.