Habrán escuchado la frase que dice que hay más tiempo que vida. La creo, si considero al concepto “tiempo” como ese continuo espacio-temporal sin principio ni final. Más de uno dirá que se quedó en las mismas al leer lo anterior, que escribo puras abstracciones. Comparto su punto de vista. Aunque en términos generales, el tiempo podría ser el marco de todo tipo de hechos cósmicos y experiencias, recuerdos, etc., que en mi capacidad cognitiva defino como “sensibles” de quienes lo habitan, sino es que, jugando a ser sintoísta, insensibles por quienes lo atestiguan sin saber que lo hacen.
No sé qué signifique “la edad del universo” de acuerdo a los modelos científicos, ni qué hubo antes del tiempo o mismo universo, pero se dice que el Universo ahora tiene alrededor de 13,700 millones de años desde el mentado Big Bang.
Al respecto recordaba la canción “Time Is on My Side”, escrita por Jerry Ragovoy (mediante el seudónimo “Norman Meade”), grabada por primera vez por el trombonista de jazz Kai Winding y su orquesta en 1963, que recibió letras adicionales de Jimmy Norman para que fuese cantada por la exponente de soul Irma Thomas y, en especial, en 1964 los Rolling Stones.
En la ya citada canción, parece que habla un hombre seguro de que, después del tiempo suficiente, la mujer que le gusta volverá a él como lo ha hecho muchas veces antes. ¿Quién es el hombre? Podría ser un término alegórico, porque parece que todo permanece igual en cuanto a las raíces del sufrimiento, variantes para escapar del mismo y transmigraciones. Es un ciclo.
Si lo pongo en términos más mundanos, ¿por qué aparentemente nunca se van las tendencias psicodélicas de amor y paz, los 80 y 90 en el estilo, entretenimiento, o la naturaleza dura y darwiniana de los sistemas sociopolíticos, económicos, el supuesto éxito económico, social y todo aquello que no perdura pero caduca menos rápido que las distracciones cualesquiera, como este mismo artículo? Porque quizá solo cambian las formas y siempre es hoy. Somos presas de observar y creer adecuado, inadecuado, lindo, feo, etc., lo que sea, perspectivas de acuerdo a consensos en un momento definido, que pueden cambiar.
Por lo mismo hoy no es raro que los relojes Casio que hace tres décadas eran consideradas comunes, nada glamorosos, desde hace años hayan regresado y demostrado que las perspectivas generalizadas son miopes ante la fuerza de la cultura, lo utilitario y lo que no se condiciona con campañas de publicidad (muchas de las cuales, fallan). En su momento era un reloj, nada qué presumir, sin elementos tasados a grandes precios por su peso. Pero hoy es un elemento de estilo, bonito y “cool”. ¿Y qué cambió del reloj? Nada.
En verdad me gusta mucho el reloj y lo pienso como un bloque cuadrado en el piso. Tiene ancho, alto y profundidad, todo lo que puedes ver. Pero si ajustas el punto de vista, caminas hacia un lado, el ancho o la profundidad aparente del objeto pueden cambiar. Todos sabemos esto intuitivamente, es decir, las dimensiones aparentes de un objeto no son una descripción clara de su identidad, debe tener algunas propiedades supuestamente intrínsecas distintas de estas y lo que no se da por sentado en los folletos, casi siempre es una ilusión pero con un elemento real, ¿qué no dijimos algo similar del tiempo?
Entonces, si ni el tiempo ni el tamaño ni el gusto son cualidades intrínsecas de un objeto, ¿cuál es? Pregunte a 10 personas diferentes qué es el tiempo, el gusto, el estilo y obtendrá 10 respuestas diferentes.
Entonces nos mordemos la cola y regresamos al comienzo, porque no sabemos qué es. Podemos recordar la rola “You can’t always get what you want” y en un bucle Blair Witch Project o Corre Lola Corre, solo puedo afirmar una no-respuesta: el tiempo es lo que miden los relojes. ¿Qué más digo? ¿Qué tal si los relojes miden nuestra progresión a lo largo de este viaje? Es algo que hacemos y por ello podemos pensar que no solo un Rolex, un Mido clásico o alguno más “acá” es de oro, sino también un reloj que no tiene oro real. Es un gusto, su valor no medible y hoy muchos lo sienten más valioso que esos armatostes caros y feos, de buchones. En especial, el Casio A500WGA-9DF, informal, atractivo, de personalidad divertida y sin peso en la muñeca.
Por alrededor del precio de una comida decente o una verificación con mordida, pueden hacerse del Casio A500WGA-9DF, un reloj digital con la inspiración retro de la marca que ofrece un conjunto de funciones notablemente útiles, rodeado de una brillante capa de “oro”. La información oficial es que la pulsera de acero inoxidable y la caja de plástico son de tono dorado y no solo no se le puede exigir más, sino que cumple perfectamente su cometido. El tiempo le ha dado la razón.
El Casio A500WGA-9DF es económico, alegre y presenta el conjunto de características simples habituales en los relojes. Hoy su diseño es increíble gracias al tiempo transcurrido y ayuda a cuestionar nuestros gustos, porque cuando se popularice más, hoy, luego de un lustro de haber resucitado como objeto del deseo, para muchos dejará de ser “bonito”. ¿Por qué? Debido a que se volvió comercial y más personas lo tienen, ya no es tan único, es decir, por nada inherente al objeto.
Eso es solo un problema personal, no de esta joya parte de la línea Youth de Casio, un reloj "unisex" hasta hace no mucho aparentemente anticuado, de 34 mm de ancho, 38 mm de terminal a terminal y 9.6 mm de grosor. Pesa 50 gramos, que es aproximadamente un tercio del peso de un reloj de buceo de acero inoxidable. Está equipado con cuatro botones alrededor de una pantalla LCD nítida y detallada. Le encantaría a casi cualquiera, hoy, porque el tiempo modificará nuestra percepción.
Hay quien dice que es “clásico” pero definitivamente no “vintage”, “con un atractivo retro que solo se amplifica por su acabado dorado y la luz de fondo amarilla brillante”. Subrayo, otra vez: el tiempo, que lo vintage, retro y clásico son conceptos y no verdades, como nada en la vida, ¿pero a poco hoy no son lindos?
Este reloj tiene un cronógrafo, cinco alarmas, un temporizador de cuenta regresiva, un calendario hasta el año 2099, es resistente al agua (lo normal) y una funcionalidad de hora mundial completa con un mapa mundial coordinado en el dial y la capacidad de definir cuatro zonas horarias para una referencia rápida.
Casio califica la precisión de este módulo en +/- 30 segundos al mes, el cristal está hecho de resina. Si presionas un botón activas la luz de fondo, es ligero, cómodo y será un acompañante del movimiento a través de la dimensión temporal que nos define.