Desde que las redes sociales tienen tanto peso en nuestra vida, es normal encontrarnos con que son un espacio fértil para las relaciones. Y con el mundo tan nuevo que resulta lo digital, nuevos términos y maneras de interrelacionarnos han tomado lugar. Desde el ghosting, pasando por el orbiting, hasta llegar al que hablaremos hoy, el breadcrumbing.

Como su nombre indica, proviene de la palabra “breadcrumb”, es decir, miga de pan y evoca el cuento de “Hansel y Gretel” donde los hermanos dejan migajas de pan para poder regresar a casa. 

Pero la realidad en redes sociales es mucho más tétrica, ya que es una manera en que los narcisistas y personas inseguras enganchan a sus víctimas. Ya que es cuando alguien no tiene intenciones de llevar las cosas más lejos, pero le gusta la atención. Así que coquetea aquí o allá, envía señales de vida solo para mantener a la persona interesada, sabiendo muy bien que permanecerá soltero.

Si bien el breadcrumbing ha nacido y crecido en las redes sociales, se ha trasladado a nuestro mundo real. Se puede dar en las relaciones donde ya se han tenido citas físicas, en las que se trata a la otra persona con amabilidad pero sin llegar a nada más, nada concreto ni de mayor intimidad. Se limita a dar lo justo para mantener la relación, aunque sea a mínimos.

Y claro que este tipo de comportamiento termina enganchando mucho más a la otra persona. Debido a que el interés amoroso le está dando esas migajas emocionales, alberga la esperanza de que un día irá a más. Por el otro, es consciente de que esa persona no se implica más porque no quiere, no está dispuesto a ir a nada más, pero como no está segura de si romper o no.

Así que emocionalmente se tiene la esperanza, pero racionalmente quien come las migajas, sabe que no está dispuesta, lo que conlleva a dolor y frustración de haberlo intentado todo y no conseguir que el “breadcrumber” decida estar con esta persona.

Al final, acabe o no, se termina por enganchar más debido a que las personas somos mucho más sensibles y apegadas ante lo variable que a lo constante. Es decir, en el amor, como en la vida en general, lo que no puedes tener te termina por obsesionar.

Aunque usualmente hablamos de las personas que se enganchan en este tipo de amor líquido, también es importante decir que los breadcrumbers tampoco se encuentran en un buen lugar.

Según los expertos, los que practican esta manera de interrelacionarse “son personas que sienten una necesidad de aprobación constante, necesidad de que alguien esté pensando en ellas, buscan alimentar su propio ego, son muy narcisistas. Hay personas que se levantan una hora antes de su hora habitual para mandar mensajes a toda la lista de personas que tienen activas y hacen un auténtico trabajo de ligoteo, así se mantienen entretenidas. Es un bálsamo contra la soledad. Aplicar el breadcrumbing es como un analgésico para aliviar el vacío”.

Al final, todo responde al Amor líquido del que hablaba el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, que se basa en la fragilidad de los vínculos humanos y el miedo a establecer relaciones duraderas en un mundo en donde la rapidez es la base de todo.

Sin duda, estar de los dos lados no es sano para los seres humanos involucrados. Si te encuentras en esta situación o algo parecido, sé sincero contigo mismo y las relaciones que estás buscando. La responsabilidad emocional es fundamental.

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FOTO: Kelly Sikkema on Unsplash