Body Positive

Vida y estilo Calendario 28 mayo 2019 Nora Morales

¿Recuerdan la escena de Mean Girls (2004) cuando Cady va por primera vez a casa de Regina?

Después de un incómodo encuentro con la mamá “cool” de la Queen Bee, las Plásticas (el conjunto de amigas protagónicas) suben a su habitación. Las tres se miran al espejo con una letanía sobre lo que no les gusta de sus cuerpos, “¡Dios! Mi cadera es enorme”, “Por favor ¡odio mis pantorrillas”, “Mis hombros son masculinos”.

Así que escuchamos los pensamientos de Cady: “Solía creer que sólo había gordos y flacos, al parecer hay muchas cosas más en tu cuerpo que pueden estar mal”. El cual es rematado por las Plásticas diciendo errores en sus cuerpos “Mi frente es tan rara”, “Mis poros son tan grandes”, “Mi cutícula es horrenda”.

 

 

Aunque Mean Girls es una película cómica, que precisamente retrata las concepciones tóxicas en las que las mujeres nos vemos encasilladas, es más que común mirarnos al espejo y admitir que hay algo en nuestro cuerpo que no nos gusta. Es normal y es parte de la riqueza de ser humano, la imperfección.

El problema radica cuando son otros los que nos hacen sentir mal por esas imperfecciones. Y muchas veces esos otros están en nuestra cabeza, son las ideas preconcebidas con las que hemos sido bombardeados por toda nuestra vida.

Cady (Lindsay Lohan), al haber crecido en África, se sorprende al constatar que hay demasiados detalles que podemos odiar de nosotros mismos. Ella al crecer en un ambiente alejado de la sociedad moderna al menos eso es lo que nos plantean al iniciono estuvo constantemente bombardeada por estos estereotipos a los que siempre les quedamos a deber.

Y que nos afectan a todos, sin importar si trabajamos en la industria que estandariza la belleza o no:

“La cantante y actriz Lainie Kazan habló reveladoramente de un periodo de siete años de crisis, durante el cual se sintió víctima de la influencia corrosiva de sus propias fotos publicitarias. Atormentada por su incapacidad para vivir de acuerdo con, o personificar, la perfección aerografiada de la imagen, se encerraba en su casa.” (Todas las imágenes del consumismo (1992) escrito por Stuart Ewen.)

La perfección es una de las formas más inhumanas en las que se trata al ser humano, al final la variedad genética que existe en la especie es gigante y claramente no todos podemos adecuarnos a estándares creados en áreas específicas del mundo.

Así pues, en los últimos años el cuestionarnos estructuras de antaño se ha vuelto un tema mainstream, lo que siempre se agradece si se aborda de la forma correcta. En este sentido de la perfección irreal llegó el Body Positive, el cual ha sido adoptado por mujeres y hombres oversize ya que han sido los sectores más vulnerados, pero este movimiento no sólo hace alusión al peso sino a todo lo que implica un cuerpo.

 

 

Las imperfecciones en un cuerpo son lo normal, un cuerpo límpido y etéreo es lo anormal, a pesar de eso, gracias al bombardeo mediático nos medimos conforme a esos estándares. Es como si quisiéramos medir a la humanidad con superhéroes de películas, teniendo en cuenta que los actores se someten a estilos de vida inhumanos, y todo está hecho en su mayoría con pantallas verdes.

Y es cierto que muchas de las veces así resulta ser en un photoshoot profesional, después de cientos de arreglos, maquillaje, luces y el infaltable photoshop, es el resultado al que queremos aspirar ser.

Por lo que el movimiento Body Positive más allá de reducirse a un sector en la sociedad, nos habla a todos nosotros a no medir nuestro cuerpo con los errores, sino normalizar lo que siempre ha sido pero no queremos ver.

Como el caso mexicano en el que las personas de tez blanca son minoría, y a pesar de esto siguen siendo los estandartes de todas las marcas nacionales.

Al final todo esto habla de una idea aspiracional de ser, uno de los valores predilectos del capitalismo, en el que se puede llegar a ser lo que quieres si haces lo suficiente y, claramente, compras lo suficiente.

Es un buen ejercicio mirarnos en un espejo y ser libres de mirar nuestras imperfecciones sin amarlas, pero sin que estas imperfecciones sean lo único que veamos, al grado de medirnos con base en ellas y nuestra única meta sea erradicarlas para así por fin ser felices.

No somos únicamente cuerpo, y esto siempre es importante recordarlo.


FOTO: Tolerance Stock

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