El terror es un género muy maleable al menos en el cine, capaz, como cualquier cine “serio” de manipular las emociones humanas y asustar a los vivos. Puede servir para descubrir las diversas capas de la humanidad y explorar los temores que detonan nuestros condicionamientos más ocultos. Y, mi rasgo favorito de estas películas, puede usarse para reconstruir las características que constituyen nuestra sociedad, que es exactamente lo que busca Boda Sangrienta (Ready Or Not), dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett.
Tomando en cuenta el nombre original de la cinta podemos adivinar por dónde va la trama: el juego de "esconder y buscar", estar listo o no para ese momento cumbre de las historias rosas, pero en esta ocasión no es solo un juego, sino una sangrienta excursión de caza, con la familia rica como cazadoras y una novia como el objetivo.
¿Cómo inicia la historia de Boda Sangrienta?
La historia gira en torno a Grace (Samara Weaving). Es el día de su matrimonio con Alex Le Domas (Mark O'Brien) heredero de una familia que ha hecho su fortuna con los juegos de azar y los deportes. Todo parece ir bien para Grace y Alex, hasta el momento en que el clan Le Domas le indica a Grace que además de haber recibido la notificación del juez y la bendición del cura, para formar parte de la familia debe jugar el juego que indique una misteriosa caja que ha estado en la familia por generaciones. Los problemas para Grace comienzan cuando la caja indica que, en lugar de, no sé, jugar ajedrez o damas chinas, le toca jugar a las “escondidas”, pero en una versión en la que si te encuentran te matan. Como puede suponerse, la familia de los Le Domas no es normal.
A diferencia de algunas de las otras opciones de juego en la caja, el “escondite” no había aparecido durante décadas. Ahora, los Le Domases pasarán toda la noche cazando a Grace; que tienen que matarla antes del amanecer, en su opinión, algo que llega a comprender, a su terror y la furia.
A medida que la cinta transcurre, la historia adopta un tono mucho más juguetón cuando Grace decide defenderse de la familia de Alex. A partir de ese momento, es la guerra. Sin embargo, todavía se necesita un poco de tiempo para que Boda Sangrienta sea totalmente divertida, con un uso inicialmente moderado del gore, chistes tempranos sobre muertes y escenas sangrientas, que cambian de velocidad y acelera sin frenos. Si lo tuyo es ver mucho color rojo en la pantalla, saldrás con una gran sonrisa en la cara.
La película, con un estilo formal destacable, dado su bastante reducido presupuesto (6 millones de dólares), logra impactar tanto en la parte visual, acompañada de una banda sonora que sirve de canal para el ritmo de las escenas. La ambientación creada por el compositor Brian Tyler, que ya ha participado en producciones en el Universo Marvel, en la saga de Rápido y Furioso y es responsable del tema actual de la F1, es precisa y contribuye a crear esa sensación de suspenso y peligro que predomina en toda la película.
Y es que Ready Or Not destaca particularmente por su exquisita construcción de personajes. Esto es algo a lo que pocas veces se le da tanta importancia en películas de género, dándole protagonismo a otro tipo de elementos: el ambiente, la fotografía o la misma casa/mansión que en el cine de terror generalmente termina siendo el personaje más importante. Por supuesto que la integración de estos elementos es indispensable en toda película y “Boda Sangrienta” se preocupa del conjunto, pero además los personajes están tan bien armados que terminarán conquistando tu corazón, generando bastantes carcajadas.
Ahora, estoy bastante seguro de que la metáfora que han tejido los realizadores, muy a su manera, exagerada y granguiñolesca, busca explicar lo que siente una novia cuando entra en un territorio completamente desconocido, como el matrimonio. Su audacia y tono burlón quizá distrae el comentario mordaz y alegórico de la lucha de clases. ¿Pero alguien podría asegurar que en la vida real, de no existir avances, legislaciones y valores necesarios para una civilidad armoniosa hasta lo posible, nadie querría eliminar o probar a quienes “invadan” sus territorios? Júzguelo usted mismo.
Al final, Ready or Not toma su nombre de un juego, una diversión para niños, pero tiene algo que decir sobre las preocupaciones adultas. También es chacota, no obstante el final, agradable o no, es idóneo para una película que mientras juega busca aprovechar la frustración y la ira sobre un mundo donde la codicia triunfa sobre la empatía, donde la riqueza, lujos y concesiones construyen una barrera entre la comodidad de una persona y las necesidades de los desfavorecidos.