No hace mucho que la carrera espacial comenzó a ser noticia, nuevamente, y es que mientras nuestra especie continúe imperando en la Tierra, la curiosidad por descubrir e intentar entender qué es esto a lo que llamamos vida y su origen en el cosmos, nuestro ímpetu aventurero no cesará.
Nuestra búsqueda y sed por existir más allá de nuestros confines, nos ha ofrecido grandes novelas, historias y demás escenarios, en los que tanto la literatura como el cine, la pintura y demás artes, se han inmiscuido con la ciencia para confrontarse ante el hecho de la eterna saudade que habita en cada uno de nosotros y el mundo en general.
“Es perfectamente imaginable que [la vida] se difundirá finalmente por la galaxia y más allá. De modo que la vida no puede ser para siempre una modesta taza contaminante del universo, incluso si ahora lo es. De hecho, yo encuentro esto una idea bastante atractiva”, comentó alguna vez el astrónomo y profesor de Cosmología y Astrofísica en la Universidad de Cambridge, Sir Martin Rees.
Bajo la inquietud entre el anhelo ambicioso, y quizá narcisista, por expandir nuestra existencia más allá de lo ahora conocido y las teorías que tenemos sobre el universo, también se asoma un dejo de nostalgia sobre la eternidad y nuestras propias limitaciones corporales.
Por eso no sorprende cuando nuestros titulares actualmente miran hacia las estrellas y sus posibilidades. Más bien entusiasma la proximidad con la que prometen sucederán las cosas, ¿estamos por ver todo lo que esas historias nos contaron? ¿En qué punto de la carrera espacial estamos? ¿Qué planes tiene China en el tema? ¿De qué se trata eso de Blue Origin?
Gravedad Lunar, Jeff Bezos y Blue Origin
Mientras los últimos meses el protagonismo espacial se lo ha llevado el nombre de Elon Musk en compañía de la popular NASA, también hay otros ejes a donde mirar. Por ejemplo, la empresa de Jeff Bezos, Blue Origin, con la que piensan convertir su cohete de lanzamiento suborbital reutilizable New Shepard en una centrifugadora, esto con el objetivo de simular la gravedad de la Luna para la NASA.
Antes que nada, recordemos que el New Shepard es un cohete suborbital que despega vertical y aterrizaje vertical, que fue desarrollado por Blue Origin con la intención de convertirse en un medio comercial para el turismo espacial suborbital. Es decir, el cohete que nos acerca al sueño de viajar a las estrellas sin tener un título de complejidades astrofísicas.
La novedad en cuanto a este cohete, es que ahora su cápsula tendrá la capacidad de girar sobre sí misma a una velocidad de unas once rotaciones por segundo. Con esto se calcula obtener condiciones similares a las de la gravedad lunar, la cual es seis veces menor a la de nuestro planeta.
Para recurrir a esta, los científicos planean usar fuerza centrípeta. La cual es la que tiende a aproximar los objetos al eje de rotación del contenedor en el que se hallan, algo que ocurre con las centrifugadoras. Por ejemplo, si una nave está rotando sobre sí misma en el espacio, se genera una gravedad, misma que depende de lo rápido que gire.
Artemis y los planes lunares
La compañía de Bezos considera que esta transformación en el cohete New Shepard, estará finalizada para el 2022. Asimismo, la NASA es uno de los principales interesados en este proyecto, ya que Blue Origin es de las principales empresas en la nueva misión Artemis que planea regresar astronautas a la Luna.
China, Rusia y la estación espacial
Por otra parte, China y Rusia han establecido un acuerdo con tal de estudiar el espacio de manera pacífica. Igualmente, destacaron que cualquier otro país que desee participar es completamente bienvenido.
El anuncio fue dado por la agencia espacial rusa Roskosmos, en donde se establece la “cooperación para la creación de la base lunar con acceso abierto a todos los países interesados y socios internacionales”. Todo con la intención de que las relaciones entre investigaciones científicas y el fomento al estudio espacial se fortalezca, con un uso “global y pacífico”.
Asimismo, el director general de Roskosmos, Dmitri Rogozin y Zhang Kejian, el jefe de la agencia espacial de China, firmaron para llevar a cabo trabajos de investigación polivalente. Igualmente, se contempla lanzar una misión no tripulada y otra con tripulación a la Luna, pero antes de entusiasmarnos demasiado, consideremos que estos son planes a muy largo plazo, aunque quizá no tanto como para perder la esperanza de ser testigos de ellos.
En resumidas cuentas, proponen replicar la Estación Espacial Internacional que ya existe, pero en la órbita de la Luna. Inicialmente, Rusia estaba contemplando participar en la misión Artemis junto a Estados Unidos, pero finalmente desertaron afirmando que se trataba de algo demasiado político.
Sin embargo, abrieron el panorama para proponer algo mucho más interesante y hasta opuesto a la supuesta privatización de la Luna y la explotación comercial en temas espaciales. Roskosmos ya ha trabajado junto con la NASA para construir la Estación Espacial, pero China aún tiene prohibido trabajar con Estados Unidos en cuestiones de exploración espacial.
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