Después de un largo silencio, The Weeknd ha estado prometiendo un nuevo álbum desde finales del año pasado, cuando lanzó dos singles simultáneos. Por si no lo sabían, la tendencia de 2020 retrocede a los ochentas y exponentes tan dispuestos a evolucionar en cada álbum, como The Weeknd lo reafirma con “Heartless” y “Blinding Lights”, tanto estética como sonoramente.

A finales de diciembre, pudimos ver el video de “Heartless” dirigido por Anton Tammi. Un viaje psicotrópico del cantante en Las Vegas, con un saco deportivo color rojo recorre un casino apostando y lamiendo sapos. Con una actitud socarrona y fársica termina corriendo por sus calles debido a un mal viaje, para terminar vomitando en medio de un río vehicular.

Siguiendo esta estética ochentera, incluso en el afro que el canadiense toma como nueva carta de presentación, llega la segunda parte de la historia de ese personaje cínico y exagerado con “Blinding Lights”.

En este video, igualmente dirigido por Anton Tammi, inicia con lo que llamaremos la “estética Joker”. El cantante ríe sin razón con una sonrisa llena de sangre, y heridas visibles en todo el rostro, más pronto que tarde, nos enteramos que un trío de seguridad lo golpeó por enamorarse de una cantante asiática. 

Pero todo este tipo, por las alucinaciones y la distorsión ーincluso musicalー, podemos asegurar que todo sigue siendo parte del mismo viaje del primer video. Esta vez acompañado por el cantante manejando un automóvil de lujo a toda velocidad por las calles de Las Vegas.

Siguiendo con la estética impuesta por la película de Todd Phillips, The Weeknd baila en medio de la calle con sangre en el rostro. En realidad es un video simple, que favorece más a la estética que al sentido, al final, retrata a un personaje drogado todo el tiempo, por lo que no podemos esperar verosimilitud.

La canción por su lado, tiene toda la vibra de ser el próximo éxito de The Weeknd, tal vez en parte por los productores que tiene detrás, Oscar Holter, el mítico Max Martin y el propio cantante. 

Esta triada de productores, creó en conjunto una canción con un gran gancho, con una marcada sensación ochentera debido al piano sintetizado que escuchamos la mayor parte de la canción. Y otros tantos arreglos que decantan en una canción enérgica que es una demostración de que los ochentas no van a ir a ningún lado.

Así pues, aún no sabemos nada más del nuevo álbum de The Weeknd, pero sin duda se ha convertido en uno de los materiales de estudio más esperados de este 2020, esperemos que salga en el primer tercio de 2020.

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