Sin duda, hacer un ejercicio repetitivo que no involucre pensar, nos relaja de muchas maneras. Por lo que colorear mandalas no sólo es una moda porque sí, sino que tiene sus bases en la mayoría de las religiones que ven en ellas un elemento de introspección.
De entre estas concepciones, la que más resalta es la de las religiones orientales, ya que se cree que cada color está asociado a un chakra. Estos centros energéticos están conectados con nuestro ser y con el ambiente y favorecen el bienestar.
Así pues, más allá de las creencias religiosas, este tipo de prácticas son de gran utilidad para nuestra psique, sobre todo para encontrar un pasatiempo que nos ayude en estos momentos extraordinarios.
Colorear mandalas ayuda a relajarnos de forma natural, ya que no necesitamos de mucho esfuerzo, por lo que la respiración se acompasa y la presión baja. Un proceso que si hacemos por bastante tiempo puede asemejarse a la meditación, ya que estas prácticas consisten en concentrarse en una sola cosa y alejar el resto de pensamientos.
Ya que estaremos concentrados en una sola acción, también estaremos en mindfulness o atención plena, una de las principales herramientas para controlar la ansiedad y el estrés, ya que dejamos de pensar en aquello que nos preocupa, y nos concentramos en lo inmediato.
Muchos estudios aseguran que colorear mandalas es mucho más efectivo para bajar los niveles de ansiedad que cualquier otro dibujo.
Es común que en nuestra rutina habitual funcionamos más con la parte racional del cerebro (hemisferio izquierdo), hablamos, escribimos, leemos. Es decir, la parte racional está hiperactivada mientras que la parte creativa, espacial y emocional (hemisferio derecho) la tenemos aletargada.
Por ello es que al colorear mandalas activamos el hemisferio derecho de nuestro cerebro y permitimos que el izquierdo deje de funcionar a pleno rendimiento al menos durante el tiempo que le brindemos a este hobbie, lo cual nos traerá mucha tranquilidad.
Este tipo de prácticas hablan mucho sobre nosotros mismos, ya que los colores utilizados, la presión ejercida, escoger un diseño u otro, está dando muchas pistas de cómo nos sentimos en ese momento, por lo que es una forma perfecta para la expresión emocional.
Lo que inevitablemente propicia autoconocimiento al ser más conscientes de toda esta parte de nosotros, que se ve opacada por nuestro lado más racional.
Así pues, sin duda, pintar mandalas tiene muchos más beneficios de los que podríamos haber pensado en una primera instancia, por lo que no dudes en pedir en línea algún libro de mandalas, y da rienda suelta a tu imaginación.
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