27 jul 2022
La pandemia detuvo al mundo y nos sumergió en un halo de miedo y silencio. Han sido algunos de los años más oscuros para la humanidad actual, y ahora que estamos hiperconectados, las maneras de expresarnos encuentran puntos de comunión más obvios que antes no era tan simple.
Con ciertos movimientos sociales encontrando universalidad en las generaciones más jóvenes, y la necesidad de vivir los años de juventud que la covid-19 le arrancó a los millennials y los gen z, el color rosa mexicano está en todos lados.
Pero no bautizado como Ramón Valdiosera o Valentino lo han instaurado, sino como el ícono de generaciones completas: Barbiecore.
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La muñeca que nació en los años 50 con una voluptuosidad que en esos tiempos fue disruptiva; para luego ser la demostración de las exigencias irreales que la imagen femenina estaba condicionada; hasta ser el estandarte de felicidad y empoderamiento en nuestros tiempos.
El Babiecore lleva varias décadas entre nosotros, y que podemos rastrear desde los años dorados de Nicki Minaj con “Super Bass” en 2010, en su exitoso álbum Pink Friday, el cual combina atuendos rosados con letras de hip-hop. La rapera incluso se ha autodenominado como “Black Barbie”, y cómo olvidar que su apasionado fandom se llama Barbz.
Incluso si queremos mirar un poco más atrás, el filme Legally Blonde (2001), es el epítome de esta tendencia: una mujer que encaja dentro de los estereotipos, que demuestra su potencial a pesar de que es prejuzgada por su gusto por el hot pink. Además de presentar una serie de personas que no encajan en los estándares de belleza convencional, y las adentra a un mundo de confianza y amor propio.
Aunque esta cinta ya la podríamos considerar vintage, el Barbiecore actual que encuentra poder en el hot pink, se rige bajo los mismos estándares para reinventar y romper los límites de lo tradicional.
El rosa después de ser una caja en la que lo femenino se construye, ahora es la manera en que se reinventa, se sonríe ante la incertidumbre del mundo y está llegando a todos lados.
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Cuando esta tendencia nació después de las restricciones más fuertes de la covid-19, se trataba de mirar al mundo con otros ojos, vestir de ropa para las fiestas y ser dueño de la noche. Ahora, esta tendencia la podemos encontrar hasta en el trabajo y en ambientes más casuales, es un statement que grita que eres dueño de tu apariencia.
Este tono de rosa que recuerda a las bugambilias, ha puesto un punto y aparte al rosa millennial, el cual según los expertos, redefiniría a una generación. Según los expertos, al rechazar esta versión apagada y sobria en comparación, la generación está rechazando la versión apagada de la feminidad y está adoptando la versión más atrevida.
Y aunque el rosa lleva siglos en nuestro inconsciente colectivo como un color para mujeres, películas como Barbie y celebridades como Lil Nas X, han demostrado que es el color de la inclusión.
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Gracias a este golpe de color que podemos encontrar desde Jacquemus, pasando por Versace y más recientemente con Valentino en la colección otoño/invierno 2022, no sólo se ha quedado en las celebridades y las runways, sino que también ha bajado a las calles.
Los datos muestran que los consumidores también están aprovechando la tendencia. Según la compañía financiera Klarna, los datos muestran que los resultados de búsqueda de artículos rosas han visto un aumento en las compras.
Los minivestidos rosados han experimentado un aumento del 970 % y los trajes de baño rosados han experimentado un aumento del 682% en los últimos seis meses. Pinterest también informó que su sitio ha visto un aumento del 75% en las búsquedas de "Barbie Outfit".
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Claro que ver a Margot Robbie vestida con un mono acampanado hot pink, es una de las muchas razones por las que estamos hablando de esta tonalidad, pero sin lugar a dudas, la tendencia Barbiecore es una respuesta de vivacidad y empoderamiento después de años terroríficos.
Un soplo de aire fresco que nos dice que Barbie no es sólo una chica rubia carismática, sino es una declaración de diversidad y de alegría como resistencia a estos años bastante turbulentos.
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FOTO: Ali Kircchinbauer en Unsplash
