17 oct 2019
El Conejo Malo regresa a México.
Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny gracias a una bonita foto de la infancia donde está vestido como conejo de mala gana, se posiciona en el mundo como uno de los artistas urbanos más reconocidos. Desde sus humildes inicios como empacador de alimentos en su natal Puerto Rico, hasta ser un headliner en Coachella y llenar el Madison Square Garden, Bad Bunny es uno de esos artistas que no podemos obviar dentro del boom latino de esta década.
Su carrera ha ido en ascenso sin detenerse, apenas en 2017 lanzó su primer single, “Soy peor”, y desde ahí no ha dejado de escalar en las grandes esferas de la música. Su música se centra en los sonidos trap, pero si escuchas con cuidado su álbum X 100PRE (2018), podrás encontrar una mezcla de más de un género, incluso pop rock.
Esta forma ecléctica de ritmos musicales también se ve reflejado en sus colaboraciones.
Desde los raperos Drake y Cardi B; pasando por el reggaetonero más famoso del momento, J Balvin, y toda la gama de reggaetoneros y traperos de la escena; hasta JLo, e incluso, Los Rivera Destino, con quienes cantó un bolero.
Su elección rítmica, así como su voz grave, han hecho que no pueda pasar desapercibido dentro de la gran variedad de artistas latinos de urban en el mundo, a pesar de que lleva mucho menos tiempo en la industria, y aun así, es comparable a J Balvin quien lleva desde 2012 lanzando música.
Podríamos argumentar que llegó en el momento en el que los ritmos urbanos ya no son mal vistos, lo cual ayudó en parte, pero definitivamente sin su actitud jovial y tranquila, aunada a su estilo único, Bad Bunny pudiera bien haber quedado en el baúl de los cientos de exponentes de trap del momento.
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Bad Bunny ha impulsado una tendencia, que aunque no es la primera vez que la vemos en la historia de la música, es algo que poco se había explotado en Latinoamérica: las llamadas nuevas masculinidades.
La androginia se había explotado en el ámbito musical desde hace tiempo, son más que conocidos los rockeros que mezclaban el cabello largo y el maquillaje para impulsar la imagen estereotípicamente hipermasculina. Pero esto poco se había visto en otros ritmos musicales, menos en los que hegemónicamente han sido catalogados como misóginos y sexualizadores, como es el reggaetón y el trap.
Por ello, es que Bad Bunny ha tenido tanta atención por su estilo único en la parte de la industria musical que se desenvuelve, y más allá de mostrarlo como una forma de expresar una sexualidad o una identidad de género (como sería el caso del actor Ezra Miller), él simplemente lo hace porque le gusta y eso es precisamente lo que engloba una nueva masculinidad.
Las viejas concepciones en las que las faldas son sinónimo de mujer y los pantalones de hombre, han quedado poco a poco relegadas por anticuadas, pero no todo lo que engloba estas ideas ha quedado atrás. Son creencias que han quedado arraigadas como paradigmas, y que no sólo engloban el estilo y el cuidado personal, sino que terminan siendo ideas sobre superioridad y obligaciones, así como derechos.
Pero en esta ocasión vamos a centrarnos en el estilo.
Lo que vestimos es, al fin de cuentas, nuestra primera presentación con el mundo, una pequeña expresión de nuestra personalidad se refleja en lo que ven el resto, y desde esta perspectiva bien podemos ser catalogados desde el inicio. Por ello, es que el estilo es una de las fases primordiales de cambio y transgresión.
El investigador de moda colombiano William Cruz, hablando del estilo particular de Bad Bunny, explica para CNN:
La imagen es un vehículo poderoso cuando viene a impulsar nuevas representaciones de masculinidad y género. Como somos testigos de una revisión estructural de estos temas, su imagen ciertamente puede contribuir a enriquecer las masculinidades más libres.
Y es que Bad Bunny sin problemas usa camisas llenas de flores, conjuntos rosas con lentes a juego, uñas postizas, es amante del manicure y los esmaltes tornasol. Pero nada de esto inclinándose a la androginia, él no se ha mostrado al mundo como nada más que un hombre heterosexual, lo que dictamina que no sólo existe una masculinidad patriarcal, sino que esta es moldeable conforme a tus gustos personales.
Uno de los mayores nichos de fans en su natal Puerto Rico es la comunidad queer, ya que Bad Bunny tiene un discurso muy claro de respeto, a cualquier persona sin importar nada. Lo que también lo incluye a él, y sin duda este statement es visualmente expresado en su video “Caro”.
Al inicio está plácidamente sentado en una habitación azul pastel, con muebles de color rosa, incluso un crucifijo al centro de la toma. Una mujer le pinta las uñas, y a los pocos segundos, se vuelve una versión femenina de Bad Bunny, la modelo Jazmyne Joy.
Con un video típico de la estética de Bad Bunny, además del discurso lírico que en términos básicos pide respeto a su vida (no por nada este es el himno de la comunidad queer en Puerto Rico), termina con un mensaje de comunión entre las partes femenina y masculina de Bad Bunny. Después de jugar con las manos, se besan.
Así pues, las nuevas masculinidades imperan por el respeto y la comunión con los géneros, sin que esto implique una traición o una estigmatización. Una especie de traición a los géneros hegemónicos con los que nos educan.
Aunque no es el único exponente de estas nuevas masculinidades, ya que podemos agregar a la lista a Harry Styles, Ezra Miller, entre otros, Bad Bunny es en sí mismo una revolución por el contexto que lo envuelve.
El trapero puertorriqueño va a regresar a nuestro país con el X100PRE México Tour. Pasó por Monterrey, pero aún le quedan tres fechas más en CDMX, San Luis Potosí y Tampico.
No te pierdas la oportunidad de una noche llena de trap y reggaetón.
