Los escenarios distópicos y postapocalípticos se han convertido en la narrativa ficticia que parece estar cobrando vida. No es como que todos podamos catalogar al 2020 como el año más aburrido, o tranquilo de las últimas décadas. Definitivamente, este año semi palíndromo en el que nos encontramos, nos ha brindado el mejor entretenimiento en vivo y directo. 

Cuando apenas arrancamos el año, una pandemia azotó a la humanidad, y aunque todavía no hemos llegado al punto de tener que sobrevivir de los zombis, el confinamiento, las catástrofes naturales, políticos sociales y los fenómenos astronómicos no dejaron de ser protagónicas a la mitad de una crisis . 

Sin embargo, por mucho que poetas, filósofos y más corazones nostálgicos inconformes, quieran que el fin del mundo por fin suceda, seguimos muy lejos de ello. Hasta ahora, no hay registro de que esta pandemia se convierta en una novela de ciencia ficción y terror de ataques zombis. Es decir, aún no existe alguna amenaza latente que nos haga pensar que estamos cerca del final, incluso si hablamos del espacio y los misterios que orbitan como advertencias mortales a nuestro alrededor.

No es novedad que cada tanto se publiquen notas con encabezados alarmistas sobre la colisión de un asteroide con nuestro planeta. Algo que, inmediatamente, nos lleva a pensar en cómo un día los dinosaurios fueron felices, y de repente, sin previo aviso, se extinguieron como especie dominante de la Tierra. Es decir, los encabezados sensacionalistas nos han alarmado, desde muchos años atrás, con la noticia falsa o mal informada del posible fin de nuestros tiempos. 

Claramente, el 2020 no podía despedirse sin esta advertencia. Hace unos días salió el titular sobre un asteroide que colisionará con la tierra el próximo 2 de noviembre. Esto se ha llevado a la narrativa en la que se dibuja un escenario fatalista. Sin embargo, como hemos dicho, se trata de una noticia sensacionalista más.

Es verdad que un asteroide pasará muy cerca de la Tierra el próximo 2 de noviembre, fecha en que celebramos a nuestros muertos. Pero calma, todo parece indicar que no tocará celebrar el fin de la humanidad. Pues la Agencia Espacial Europea informó que el meteorito 2018VP1 se acercará a la Tierra en esa fecha. Además, recalcó que la probabilidad de impacto es mayor a la de otras amenazas espaciales.

Sin embargo, el asteroide es significativamente pequeño. Si sucede el impacto, en realidad se disolvería en la atmósfera. De ser así, este se vería como una estrella fugaz muy brillante, y quizá pueda emanar residuos diminutos, pero nada que represente un mayor peligro. 

Sobre asteroides que han caído en la Tierra

Más allá de los encabezados que juran el final de los tiempos, lo cierto es que a lo largo de la historia del planeta hemos recibido un montón de rocas alienígenas en nuestra superficie. Si bien, no han representado el peligro de la extinción, sí han ocasionado caos. 

Por eso ,ahora armamos un top de los tres asteroides que más han dado de qué hablar a lo largo de los años. 

Hoba

En 1955 un meteorito impactó sobre la superficie de Namibia, Sudáfrica. Se trata de la roca espacial más grande que se haya registrado, en una sola pieza. En realidad, es el mayor trozo de hierro de origen natural que se haya descubierto sobre la faz de la Tierra. El Hoba pesa 60 toneladas y mide unos tres metros de ancho por tres metros de largo, con una profundidad de tres pies.

Los científicos calculan que el Hoba cayó en la atmósfera de la Tierra hace 80.000 años. Sin embargo, fue descubierto hasta que un granjero se encontró con él en 1920. Lo curioso, es que esta roca no dejó ningún cráter de impacto, a pesar de su tamaño. Se trata de algo que los científicos todavía no logran explicar.

Bacubirito

Se trata de un meteorito que se encuentra en el Centro de Ciencias de la construcción en Culiacán, al noroeste de México. Esta roca alienígena, pesa alrededor de 24 toneladas y cuenta con una longitud de 14 metros de ancho, lo que lo convierte en uno de los más largos que se han encontrado.

Bacubirito fue descubierto en 1863 por el geólogo Gilbert Ellis Bailey y está considerado como uno de los atractivos turísticos más famosos de México.

Bólido de Cheliábinsk

Se trata de un evento contemporáneo. Durante la mañana del 15 de febrero de 2013, en la ciudad rusa Cheliábinsk, una bola de fuego espacial impactó la Tierra y ocasionó daños importantes.  

El meteoroide (con un diámetro máximo entre 100 µm hasta 50 m) sobrevoló varias provincias y la ciudad de Cheliábinsk en el momento de entrar en la atmósfera terrestre, hasta impactar a 80 km de esta ciudad. La roca espacial liberó una energía de 500 kilotones, treinta veces superior a la bomba nuclear de Hiroshima, y explotó aproximadamente a 20,000 metros de altura.

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