27 nov 2019
Una película entrañable y real, ¿qué significa tener un sueño y cumplirlo? La película británica Wild Rose es una crítica directa al sueño americano, a la maternidad juvenil y la exigencia que demanda serlo. ¿Qué línea divide nuestros sueños de las frustraciones sociales?
Wild Rose, cinta dirigida por Tom Harper (La dama de negro 2: El ángel de la muerte) y escrita por Nicole Taylor (Wire in the Blood: Prayer of the Bone), retrata la crudeza con la que estamos destinados a vivir nuestros sueños. Todos anhelamos convertirnos en alguien bajo el reflector, literal o figurativamente, y Rose-Lynn (Jessie Buckley) lo tenía claro: ella sería la próxima estrella country desde Glasgow, Escocia, que brillaría en la capital del género, Nashville.
Buckley (Chernobyl) encarna un personaje de carácter fuerte, rebelde, es obstinada y decidida a cumplir con su sueño, cueste lo que cueste. Al salir de la cárcel, tras un año de condena por enredarse en un asunto con drogas, regresa a casa, pero sus prioridades son claras: ella no ve lo que dejó atrás, ella ve en lo que todavía se puede convertir. Con dos hijos, uno de 5 y otra de 8 años, Rose-Lynn deberá enfrentarse a una realidad que la “sofoca” y le impide convertirse en la próxima cantante country que el mundo espera escuchar.
La relación entre Rose y su madre (Julie Walters), quien se ha hecho cargo de sus hijos durante el tiempo que estuvo presa, complejiza una trama en la que vemos en primer plano lo que significa la maternidad. Acatar una responsabilidad o seguir tus más grandes anhelos, es la tesis de Wild Rose. Los matices que se entretejen en la cinta nos hablan del papel que interpretamos en el mundo. —¿Quisieras tener hijos, Rose? —Sí, pero no ahora. Es un diálogo que existe en el transcurso de la película, y nos deja entrever una realidad que mucho se rechaza y critica, en torno a la maternidad juvenil.
Esta cinta no habla de una buena o una mala madre, habla de una madre real que tiene aspiraciones como cualquier mujer joven, pero se siente acorralada entre sus responsabilidades y la vida que, intuimos, no eligió. Sin embargo, la relación entre ella y sus hijos evoluciona de una manera en la que vemos a un personaje complejo, en el que sus motivaciones son muy claras, pero sus vínculos afectivos son otros.
Mientras la madre de Rose insiste en exigir orden y responsabilidad a Rose con su vida como madre, también se descubre infligiendo en la esperanza y el anhelo de ella por querer ser una cantante de country. La película da distintos giros tanto narrativos como circunstanciales en las motivaciones internas de cada uno de los personajes. Un retrato fiel, natural y sincero de lo que significa tener un sueño y ser madre en el intento.
Rose asegura que nació americana, pero se descubre en un lugar que no encaja. La cinta cinematográfica Wild Rose critica las aspiraciones norteamericanas que hemos inhalado hasta el cansancio: ser el mejor en todo, destacar, obtener fama, dinero y éxito. Siendo esa última palabra truculenta, engañosa y, definitivamente, mentirosa.
Una historia que apela a lo más humano que existe en cada uno de nosotros, el sueño que engendramos desde la infancia y que, muchas veces, vemos incumplido. La frustración, el odio, la desesperación y la ira acompañan a Rose en este áspero y largo camino que es la vida, para reconocerse, por fin.
Homenaje a la canción de Wynonna Judd, famosa cantante country de Kentucky, Estados Unidos: “When I reach the place I'm goin'/ I will surely know my way” (“Cuando llegue al lugar al que voy, sabré mi camino”), Wild Rose nos recuerda la naturaleza de soñar y lo fácil que es caer desde lo más alto, pero también nos plantea lo que significa eso, ¿hasta qué punto dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en un anhelo? En un mundo en el que todo está a velocidad luz, y si te detienes te estrellas, es difícil entenderse y dar un momento para escucharse. No habla de perder la esperanza o la resignación a nuestras aspiraciones, pero sí de aterrizar los pies sin dejar de ser quien somos y nuestras motivaciones.
