Apuntes de “Las reinas del crimen” y el lugar de la mujer en los setenta

Entretenimiento Calendario 17 oct 2019 Paulina Martínez

 

Cuando la agenda de lo políticamente correcto le hizo un fuerte llamado a la industria de Hollywood, cuando magnos ejecutivos de la industria se vieron involucrados en denuncias graves sobre violencia de género, surgió un afán por querer reestructurar su imagen, con notable urgencia, repararon en la producción de rodajes con el único propósito de ubicarse en un tiempo presente. El mismo tiempo en el que se está privilegiando una imagen incluyente, más que a un verdadero discurso que lo sustente. 

Las reinas del crimen, dirigida por Andrea Berloff (Blood Father) y protagonizada por nombres de peso como Melissa McCarthy, Elisabeth Moss y Tiffany Haddish es la nueva propuesta hollywoodense que se basó en el cómic The Kitchen (1970), para ilustrar el empoderamiento femenino en la década de los setenta. En una trama que clásicamente es protagonizada por hombres, el equipo creador de la historia original, conformado por Ollie Masters, Ming Doyle y Jordie Bellaire, decide darle un giro y sacar a las mujeres de los lugares que su género les demandaba, para involucrarlas en el liderazgo de todo un imperio gángster. 

Tres mujeres deben tomar las riendas del negocio de sus esposos, una vez que ellos son emboscados y terminan en prisión por sus actos delictivos referentes a la mafia. En la marginalidad del barrio Hell’s Kitchen, Nueva York, donde mayoría de irlandeses hicieron base en tierras norteamericanas, habita el crimen y serán Kathy (McCarthy), Claire (Moss) y Carol (Haddish) quienes ocupen el cargo que dejaron sus esposos, pero lo harán tres veces mejor. 

La película avienta su impronta feminista desde el minuto uno, cuando al ritmo de la entrañable canción de James Brown, arranca la cinta y escuchamos: “This is a man's world, but it wouldn't be nothing, nothing without a woman or a girl” (Este es un mundo de hombres, pero no sería nada, nada sin una mujer o una niña), mientras las escenas siguientes ilustran cómo estas tres mujeres viven bajo la sombra de la violencia machista. 

No se trata de una historia en la que el planteamiento del argumento resulte, necesariamente, un desenlace “feliz”. Es más un asunto en el que la crueldad, los tintes psicópatas, los actos delictivos y los intereses personales siguen siendo protagonistas en las motivaciones internas de cada uno de los personajes. Es decir, ¿cómo podría terminar una historia de gángsters en la vida real?

Los asesinatos son el hilo narrativo por el que la cinta se dirige. Cuando al principio fue un cuerpo el que tuvieron que ocultar, terminan siendo una acumulación de cadáveres que bien podrán ahorrarse el cementerio e ir directamente a una fosa común. Sí, vemos mujeres protagonistas encarnar papeles a los que no estábamos acostumbrados, mucho menos en la década de los setenta, pero no dejan de ser mujeres criminales. Gran acierto de Andrea Berloff, en el que no cayó en romantizaciones rosas, en las que esta visibilización de luchas de géneros podría justificar casi cualquier cosa. 

Esta cinta retrata temas en los que la sociedad sigue ubicados, aún siendo 2019, incluso se habla a grandes rasgos de lo que es ser migrante y la marginación con la que tienen que lidiar día a día. Aunque, esta historia está centrada en la mafia del barrio irlandés, también vemos un ápice de la mafia italiana. 

Las reinas del crimen no deja de ser una cinta hollywoodense en la que uno, más no el único, de los objetivos principales es entretener a la audiencia. Podemos palomear que ese objetivo se cumple, pero también las actuaciones, la fotografía y la banda sonora de la película se aplauden. Quizá lo que muchos críticos llamaron “decepción”, podría caer en que la historia no se convierte en una ficción inverosímil, si no más bien se trató de una ficción en la que los tintes entre bien y mal quedan diluidos y perfectamente aislados de cualquier encasillamiento. Las reinas del crimen te da una visión más expandida de las motivaciones que cada personaje tiene, como en la vida real, al final, cada uno, me incluyo yo misma, velamos por nuestros propios intereses antes que los de los demás. 

No se trata de una historia panfletaria, y aunque hemos visto un sinfín de producciones intentando reformarse, Las reinas del crimen sí habla de una urgencia sobre esta palabra que aún causa incomodidad, el empoderamiento de la mujer, sin caer en discursos totalitarios. Es más una visión que fluye de manera natural con tres mujeres protagonistas con un arco de personaje meramente desarrollado y pensado. Tanto, que en la misma trama nos topamos con plot twist que son dignos de una historia bien elaborada, incluso tratándose de una película de cine comercial. 

En un momento en el que la industria está queriendo, muchas veces desesperadamente, cubrir con cierta cuota que demandan las agendas sobre las perspectivas de los derechos humanos, esta clase de películas puede peligrar en aventarse a ese montón que más que un verdadero discurso, simplemente parecen palomear vacuamente esa casilla. Sin embargo, ¿de qué sirve la ficción si no para retratar lo que una época vive y respira? 

Las reinas del crimen queda, peligrosamente, en esta línea delgada en la que puede catalogarse como un intento desesperado de la industria, o simplemente una buena película de gánsters que quisieras disfrutar un domingo cualquiera, a tu juzgar, será mejor que la veas para que formes tu propia opinión al respecto. 

 

Podrás disfrutar de esta cinta a partir del 18 de octubre en cualquier sala de cine. 

 

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