Como cada fin de año, la memoria y el recuento de lo que hemos vivido vienen como una fuerte llovizna que nos coloca en el estado melancólico y nostálgico de nuestro ánimo. Tanto para bien como para mal, cada fin de ciclo siempre viene con este clima un tanto nublado. Sin embargo, también cada inicio nos aguarda con un rayo de esperanza y entusiasmo que nos motivan a cambiar lo que no nos gustó del pasado. 

Asimismo, cambiar no sólo implica que cambiemos nuestra forma de ser o pensar, sino también de actuar y para esto los hábitos son parte fundamental. Es decir, si lo que buscamos es tener una vida más saludable o constructiva, lo importante es darle un giro a los hábitos que nos alejan de esto. 

Cada año nuevo viene con un dejo de entusiasmo en el que nuestros propósitos se posan delante de nosotros para dar esa apertura a un plan de acción. En este sentido, ahora te damos unos tips básicos para erradicar tus malos hábitos y cambiarlos por unos mejores o que te ayuden a cumplir tus metas para este 2023.

Antes que nada, ¿cómo cambio mis hábitos?

Identifica los factores desencadenantes

Nuestros hábitos siempre son activados por algo, y a veces pueden ser los más mínimos detalles. Por ejemplo, cuando se te antoja comer un snack (por lo general chatarra) siempre que estás estresado o posponer tu alarma cada mañana. Cosas que se van acumulando a no ofrecernos hábitos saludables. Por eso es indispensable, antes que nada, identificar estos factores que desencadenan un desequilibrio en nuestras rutinas. 

Interrumpe estos factores

Ya que identificaste estos factores, es momento de actuar. Poner un alto a esto que nos obstaculiza en nuestras metas. Si la alarma hace que pulses automáticamente el botón para dormir cinco minutos más, pon el despertador al otro lado de la habitación. De esta manera ayudarás, o forzarás, a alterar tu hábito de posponerla. 

Reemplaza tus hábitos

Hay estudios que demuestran que sustituir un mal comportamiento por uno bueno es más eficaz que sólo detener el mal comportamiento. Asimismo, este nuevo comportamiento interfiere con el antiguo hábito y hace que el cerebro ya no actúe de manera automática a la vieja costumbre. 

Sin rodeos, no compliques las cosas

Cuando hablamos de hábitos, hablamos de acciones difíciles de cambiar al tratarse de comportamientos que se han vuelto sencillos y automáticos. No obstante, la dificultad de adquirir un nuevo hábito yace en el hecho de que los ganglios basales del cerebro (la parte responsable del “piloto automático”) aún no se hacen cargo de este comportamiento. En este sentido, siempre es conveniente simplificar los nuevos comportamientos para que estos sean más sencillos integrarlos en las rutinas del “piloto automático”.

Se trata de una tarea nada sencilla, pero nada imposible. Se trata de acciones que fortalecen la voluntad y compromiso con uno mismo. Si queremos que este 2023 sea distinto, habrá que probar nuevas formas de ver y vivir la vida. En este sentido, también te damos algunas ideas de nuevos hábitos para adquirir poco a poco hasta que se conviertan en un estilo de vida.

Nuevos hábitos a considerar

Leer 20 minutos diarios

No hablamos de leer publicaciones en las redes sociales o mensajes de Whatsapp, sino de buscar algo que nos atraiga. Así como nos comprometemos con la serie de moda que sale en cualquier plataforma streaming, ¿por qué no sumergirnos entre los estantes de una librería y buscar algún título que nos atraiga? En este sentido, darnos unos minutos (o un par de horas) al día para leer un libro de nuestra preferencia. 

Salir a caminar 

Igualmente, es importante no adquirir una vida sedentaria en la únicamente estemos ya sea en la oficina o en el hogar sentados. Caminar es una práctica que nos ayuda a despejar la mente y las emociones. Cuando más aturdidos nos sentimos, esta práctica nos ayuda a tomar perspectiva. En este sentido, hacer una caminata diaria como parte de nuestra rutina nos ayudará a tener un estilo de vida mucho más contemplativo, pausado y saludable. 

Cocinarse

No sólo se trata de buscar comer saludablemente, sino también de  hacernos parte de nuestra alimentación. Comer fuera de casa puede ser un gusto que nos demos a veces, pero intentar hacer en casa siempre es una opción más saludable y además nos hace conscientes de lo que comemos. 

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