Hace 110 años, un día como hoy 23 de junio, el que sería nombrado el padre de la ciencia de la computación y la Inteligencia Artificial, llegó al mundo no únicamente para revolucionar a la tecnología y nuestra civilización, sino también para convertirse en un ícono de resistencia y lucha.
Hablamos de Alan Turing, quien a lo largo de su vida dedicó su tiempo a la mecánica cuántica, biología, química e incluso se involucró en la neurología. Asimismo, también compartía un gran gusto por la física en su juventud, y, por supuesto, por la matemáticas, siendo uno de los matemáticos lógicos más importantes de nuestra historia moderna.
Respecto a la innovadora tecnología de la Inteligencia Artificial, Turing creía que “el cerebro humano es en gran parte una máquina de computación digital”. Casi como si se tratara de la trama de una novela de ciencia ficción, el científico matemático tenía una clara y muy allegada idea con la realidad sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y nuestros impulsos neuronales. Por lo que describió a la corteza como una máquina desorganizada con posibilidad de organizarse en algo como una especie de máquina universal.
Asimismo, Turing tuvo un papel protagónico durante la Segunda Guerra Mundial, ya que trabajó para descifrar códigos de Bletchley Park, que sirvió como sede secreta del Reino Unido. Igualmente, diseñó una máquina de descifrado de códigos a la que nombró Bombe, misma que colaboró a que la decodificación fuera mucho más sencilla.
A decir verdad, los historiadores han analizado su trabajo y el impacto de esto a lo largo de la historia, pero sobre todo en ese tiempo de guerra, y se ha concluido que su trabajo como descifrador de códigos durante la Segunda Guerra Mundial salvó millones de vidas.
Más allá de su relevancia en el mundo tecnológico y científico, y para la historia misma, Turing se despidió del mundo de una manera trágica que merece la pena ser recordada. El matemático murió por envenenamiento con cianuro a los 41 años en 1953.
Así como su influencia en el mundo de la ciencia fue de relevancia, también es un modelo a seguir dentro de la comunidad LGBT+, y aprovechando la coyuntura de su aniversario y el mes del orgullo, indagaremos en ese tema.
Mientras Turing existía en este plano, por allá de 1950, las leyes hacían ilegal que las disidencias fueran acreedoras de los básicos Derechos Humanos. Sin embargo, Turing no rehuyó de su ser, sino todo lo contrario, continuó viviendo su vida como un hombre abiertamente gay, tanto en círculos sociales como profesionales.
Asimismo, después de su muerte, Turing recibió un indulto póstumo en 2013, junto con miles de personas disidentes en 2016 bajo la “Ley Alan Turing”. Esta consisteen que las personas fallecidas que fueron condenadas por actos sexuales ya no se considerarán criminales y recibirán un indulto inmediato.
No cabe duda que a lo largo de la historia, grandes personajes relevantes han sido omitidos o arrojados al margen, por ser quienes eran. Por eso, en este mes del orgullo, no pasamos por alto que el padre de la Inteligencia Artificial y Ciencias de la Computación fue una persona brillante que también pertenecía a la comunidad queer y nunca dudó en esconderlo.
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