“Ana y Bruno” conmemoran la inclusión

Entretenimiento Calendario 30 jul 2019 Paulina Martínez

 

Del mundo cuerdo al paradigma lógico de la locura, el realizador cinematográfico Carlos Carrera se ha sumergido en los rincones del casi inexplorado tema de la salud mental en cuanto al arte. Con una perspectiva sensata, sin necesidad de caer en la romantización, Carrera expresa su inquietud sobre el asunto desde que mostró su gran interés por la animación, con el cortometraje que lo haría acreedor de la Palma de Oro El héroe, hace unos veinte años.

 

 

Su más reciente creación animada ha sido Ana y Bruno, producción que tardó unos diez años en concretarse por problemas de presupuesto, entre otros contratiempos, pero que, sin duda, valió la pena esperar tanto por su gran trabajo. Este largometraje es sobre una niña (Ana) de siete años que acompaña a su madre al hospital psiquiátrico, después de que le diagnosticaron una depresión crónica entre otros síntomas que afectan su estabilidad mental y emocional. 

Al ingresar a este lugar, Ana se da cuenta de que es capaz de ver a las criaturas que han nacido de la cabeza de los internos, quienes representan sus alucinaciones, más grandes miedos y demás trastornos psiquiátricos. 

Carrera matiza los trastornos psiquiátricos a través de una historia de amor, locura y muerte dirigida a los niños y adultos, sobre todo a los últimos. Aunque hubo muchas quejas sobre si la película era apta o no para un público infantil, el trabajo de Carlos quedó recompensado cuando ganó su merecido Ariel por mejor largometraje de animación. 

“Solo lamento no ser un niño para poder creer en mis sueños o un loco, para poder alejar de mi alma a todos los que me rodean”, escribió alguna vez el poeta portugués que definió la saudade, Fernando Pessoa. 

Explorar la salud mental desde la mirada de una niña de siete años representó una transparente y honesta forma de abordar el tema. A partir del 9 de noviembre de 2017, cuando se proyectó por primera vez durante la clausura del 15º Festival Internacional de Cine de Morelia, la crítica no dejó de cuestionar si el público indicado eran los niños, pero lo cierto es que Ana y Bruno toco nuestros corazones y nos replanteó la importancia de la salud mental y el debido tratamiento y acompañamiento que esta merece.

La inclusión de estos temas en el arte enfocado hacia los niños tiene un impacto de apertura completamente honesto. Shaun Tan, el famoso ilustrador australiano, y quien toca estos temas en sus ilustraciones para contarnos historias breves, pero con una profundidad real, expresa, a través del arte, los temas que acosan a la sociedad desde el principio de los tiempos, sobre todo desde la edad moderna, otro ejemplo en el área sería Jimmy Liao. 

La imperante necesidad de hablar de la salud mental sin prejuicios y desde la ternura, ha generado la honestidad en su tratamiento. Carrera lo ha logrado con Ana y Bruno.

 

La inclusión para compartir 

El cine mexicano ha comenzado a destacar levemente en los años recientes, el talento y el interés por abarcar narrativas universales focalizadas desde situaciones muy locales, como Roma de Cuarón, ha conmovido al público a nivel internacional.

Sin embargo, el tema que muchas veces obstruye su difusión es el idioma, y sin irnos tan lejos, pensemos en las comunidades indígenas que habitan en el interior de nuestro país. Los problemas de salud mental existen para todos y querer llevar esta historia al público más jóven también incluye a los niños indígenas, por lo que la producción de Ana y Bruno se proponen a doblar la película en maya y náhuatl.

“Muchas lenguas no son escritas, sino orales, y por eso más que subtítulos, se pide que se doblen para que puedan ser vistas por niños; ya tenemos los derechos de esta y ahora se está organizando el programa”, señaló María Novaro, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía. 

El interés de esta iniciativa también corresponde a la conmemoración de que este año, 2019, ha sido proclamado como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas por parte de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con la finalidad de “sensibilizar a la sociedad en general para que reconozcan, aprecien y valoren la importante contribución que los idiomas originarios hacen a la diversidad cultural y lingüística mundial”. 

Esta sería la primera vez que un largometraje animado mexicano es doblado en los idiomas originarios. Aún no hay fechas para este lanzamiento, pero sin duda estaremos a la expectativa, y si aún no has visto esta cinta es una perfecta oportunidad para que lo hagas.

 

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