En una excursión al súper para sobrevivir otra semana más en cuarentena, pasé por un parque en el que una pareja estaba felizmente sentada, abrazándose y besándose, sin Susana a la vista. 

Salí con todo revuelto, por lo que tuve que hacer una escala para acomodarlo, la pareja seguía ahí, pero ahora peleaban, la chica lloraba y el chico no sabía ni qué hacer. 

Tal parece que la chica era la otra sin saberlo, ya saben, el típico cuento de quiero intentarlo contigo pero tengo que arreglar unas cosas antes. La chica había pasado mucho tiempo sin verlo, pero él fue quien la buscó (en medio de la pandemia, buen momento), para al final enterarse que ella seguía en el mismo lugar.

Tomé mi mandado y caminé a casa, sólo podía pensar, ¿vale la pena romper la cuarentena y la compañía de Susi por una relación así?

Claro que las relaciones tóxicas no se inventaron ayer, tal vez sólo la popularización del término, pero han estado desde el inicio de los tiempos y la creación de muchas frases melosas como “Si me dejas no sé qué haría”, “Eres mi mundo” y “Te necesito para ser feliz”, sólo lo demuestran.

Aunque esta pandemia nos ha dejado lo suficientemente movidos como para pensar que no vale la pena convulsionar más nuestra vida, también es un buen momento para reflexionar, y priorizar nuestra salud frente a todo. Claro, la salud física y la salud mental.

Cuando todo cambia es un buen momento para evaluar lo que nos beneficia, y momentos tan críticos como estos, sin duda nos ponen enfrente lo que realmente importa. Por lo que si estás en una disyuntiva sobre si eres feliz o no con tu pareja actual, tal vez estos cinco focos rojos que proponen los expertos, te ayuden a ver todo más claro.

No te hace feliz

Si una relación te hace llorar más veces de las que te hace sentir bien, hay un problema contundente, ya que este tipo de acciones puede que no te permitan crecer como persona. Claro que la felicidad no te la aporta nadie, eres tú mismo quien debe encontrarla, pero una relación de pareja debe aportar alegría y fomentar tu propia felicidad. Si no es el caso, tal vez sea tiempo de que lo cuestiones.

Aislamiento

Tal vez esto al inicio puede ser incluso normal, cuando conoces a alguien nuevo y te enamoras quisieras pasar todo el tiempo con esa persona, pero si el tiempo pasa y tu pareja te chantajea para que sólo estés con él, hay un problema grande. Este aislamiento frecuentemente está de la mano de criticar a tus amigos y familia, que no vea bien que estés con ellos y que los llames. Un caso inequívoco de posesión, pero nadie es objeto, escucha a nuestro buen amigo Bad Bunny, “No soy tuyo ni de nadie yo soy solo de mí”.

Los celos no son amor

Otra de las tantas variantes de la posesividad son los celos, y aunque nos han enseñado que si alguien siente celos significa que es porque le importamos y tiene miedo a perdernos, no es una forma sana de interrelacionarse. Tu relación debe de estar cimentada en la confianza, y si no existe esto puede dar pie a actos que desgastan tu libertad, como ver tu celular o redes sociales. Los celos no son amor, reflejan la inseguridad y desconfianza de sí mismos.

Relaciones que te ponen en segundo plano

Como el querido Sailorfag canta en “Amiga date cuenta”: “Contándote sus problemas quiere toda tu atención, pero abres tú la boca y voltea a otra dirección”, el tiempo y la atención debe ser bilateral, es decir, de los lados. Muchas personas dejan sus aspiraciones personales con tal de darle todo a su pareja, pero cuando se trata de las aspiraciones y deseos del otro sí son prioridad, lo que claramente no es justo y termina por desgastar la relación.

Las relaciones tóxicas también son cosa de dos

Para poder amar de manera sana a alguien, primero tienes que amarte a ti mismo, así que si te has visto involucrado en una relación tóxica es importante que te plantees los motivos por los que llegaste ahí en primer lugar. Hay una clave sencilla, lo que esperabas que la relación te ofreciera o aquello de lo que más te quejas, es lo que tienes que aprender a darte a ti mismo. 

Sólo cuando tú te sientas pleno y feliz en contigo mismo podrás compartir con otra persona que también se sienta así, porque juntos están mejor.

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