Hace poco más de diez años no se nos hubiera ocurrido pensar que el mundo sería como es. Las películas de ciencia ficción ochenteras hablaban de un futuro un poco exagerado, para nuestros ojos, sobre el mundo actual. Piensa en Back to the Future, cuando viajan al año de 2015 y, bueno, quizá la realidad es completamente distinta a como la ilustró Robert Zemeckis, pero sin duda hemos avanzado de manera exponencial en los últimos años.
Lo que sí es cierto es que, si te asomas a esos años y regresas al presente, 2022, podrás darte cuenta del salto gigante que hemos dado como sociedad en menos de la mitad de un siglo en cuanto a los avances tecnológicos. Esto pareciera poco ante nuestra mirada moderna, pero si revisas la historia podrás notar que en el pasado los descubrimientos y la aplicación de estos, para las nuevas tecnologías, tardaban mucho en desarrollarse.
Aunque también es verdad que siempre han existido grandes mentes, tanto inventoras como artísticas, que nos han demostrado que cualquier futuro siempre es posible. Piensa en Leonardo Da Vinci (1452), quien inventó un helicóptero, o Julio Verne (1828), el escritor que hablaba de viajes a la Luna, los cuales no se ejecutaron sino hasta más de cien años después, en 1969.
La imaginación siempre ha sido el arma más importante para nuestra sobrevivencia y desarrollo como sociedad. Una vez que resolvimos cómo no morir de frío en las oscuras noches primitivas con el fuego, no nos rendimos y exploramos las diversas formas de aprovechar este elemento, para cocinar, para ahuyentar a los animales peligrosos, etc., hasta que construímos una civilización que planea ir próximamente a Marte y a explorar los albores de nuestro universo.
Más allá de todo esto, la tecnología siempre nos ha demostrado lo grandilocuente que se puede llegar a ser con tal de simplificarnos la vida. Es decir, antes era imposible imaginar una computadora integrada en nuestro sistema, y aunque todavía no sucede de manera literal, lo cierto es que los smartphones cumplen ese papel.
En este sentido, muchos objetos han facilitado y cambiado nuestras vidas de manera radical, por lo que la cosa más sencilla podría sorprendernos hoy en día de manera genuina, ya que la evolución tecnológica le ha dado mucho material a los escritores de la ciencia ficción para replantearse las posibilidades y sus escenarios futuros.
Asimismo, pensemos en los speaker, o bocinas, ¿qué será de este artefacto aparentemente sencillo en el futuro? O mejor dicho, ¿hasta dónde ha llegado hoy en día?
Hoy en día es muy fácil imaginar un concierto en casa con un buen equipo de sonido, y es que la tecnología de estos artefactos ha dado para que sintamos una experiencia genuina de ambiente sin la necesidad de mucho equipo.
Sin embargo, la revolución sónica ya se ha apoderado del mercado con la ayuda de Sonos, ya que recientemente anunciaron la adquisición de Mayht, una compañía alemana que desarrolló un nuevo tipo de diseño de bocinas que parece haber iniciado la nueva era de una nueva guerra tecnológica en el audio.
¿De qué se trata todo esto?
Se trata de la tecnología de Mayht: HeartMotion, la cual ofrece la misma potencia de las bocinas, en diseños mucho más pequeños. Mayht garantiza proporcionar el sonido del Sonos Five en una unidad del tamaño de un Sonos One.
Igualmente, la compañía asegura que puede conseguir el sonido de un Sonos One en un dispositivo del tamaño de un Echo Dot. Asimismo, Mayht indica que un subwoofer de teatro en casa podría reducir su volumen de 35 litros a tan sólo 4 litros. Con esto quiere decir que podría esconderse en cualquier parte de la habitación.
Por otra parte, apuntan a que podría ofrecer unos bajos más profundos que equipos como el JBL Partybox 710, pero en un formato 10 veces más pequeño y con un peso cinco veces menor. Además, eso podría reducir el consumo de energía hasta cuatro veces, comparado con el JBL Boombox, a la vez que el peso se disminuye a la mitad.
Toda radica en que la tecnología de HeartMotion es un controlador de doble membrana de alta excursión. Es decir, que se mueven más y desplazan más aire a cada lado, impulsando el sonido en ambas direcciones a la vez.
Lo que significa que se balancean a sí mismas y, por lo mismo, no necesitan la construcción para detener la vibración que se necesita en otras bocinas potentes. Igualmente, el diseño debe ser tan eficiente, en el desplazamiento del aire, que se pueden obtener bajos más bajos dentro de recintos más pequeños.
El Sonos One podría convertirse en una verdadera competencia para las mejores bocinas de estante, sin llegar a ser tan grande como estas. Mientras que el Sonos Arc podría incluir unos graves que eliminen la necesidad de un subwoofer.
Actualmente, Sonos ya es el referente en las bocinas inalámbricas y, con el control de esta nueva tecnología, puede ser que haya encontrado una manera de mantenerse allí, incluso cuando la competencia empieza a ponerse difícil.
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