La apreciación artística es un asunto muy curioso. Existe una serie de películas que han sido glorificadas con el paso del tiempo, títulos que tienen miles de seguidores logrando que su popularidad se dispare hasta convertirse en películas de culto. Para que una producción alcance este status no hay una fórmula y puede ser cualquiera que haya logrado, de alguna forma, atrapar al público ya sea por su trama, forma, por su significado o por su ideología. Si bien no hay un factor que garantice que se convertirá en una obra de culto, hay una coincidencia en algunas de ellas: suelen ser películas polémicas o que se alejan de convencionalismos estéticos o narrativos. 

El concepto cine de culto empezó a tomar forma hasta la década de los años 60 y principios de los 70, gracias a las exhibiciones de películas en autocinemas, donde se mostraban largometrajes de explotación de bajo presupuesto junto a cintas demasiado extrañas o inclasificables. Abarcan todo tipo de estilos junto a todo tipo de aceptación por parte de la crítica; de hecho, hay ocasiones en las que pasa que una cinta “es tan mala que es buena” y eso también aplica con algunas de estas ficciones, cuando esta frase recae en las posibles películas de culto. 

Ante la situación por la que estamos atravesando, y aprovechando que algunos podemos ahorrarnos los largos trayectos hacia el trabajo (lo que claramente muchos no pueden evitar), te recomendamos algunas producciones que se han ganado el título de películas de culto. Se trata de filmes que ya tienen más de 30 años y de más recientes, en común siempre les podemos encontrar algo nuevo que nos sorprenda, es por ello que te presentamos algunas de las películas de culto a tu disposición en Prime Video. 

Donnie Darko - 2001 

Iniciamos con una cinta “reciente” que ha marcado a las nuevas generaciones. Este thriller psicológico dirigido por Richard Kelly (The Box) está ambientado en 1988 y cuya trama y clímax parece que ni explicado, por lo extraño y arriesgado del relato. La película cuenta la historia de un adolescente llamado Donnie, que tiene visiones sobre un conejo gigante y horripilante de nombre Frank y las consecuencias y motivos ulteriores de su aparición. 

Suspiria - 1977 

En 1977 el director Dario Argento estrenó una película de terror don dosis surrealistas, icónica y visualmente sui generis, una de las más influyentes de todos los tiempos: Suspiria. Esta película lanzó a la fama a Jessica Harper, quien interpretaba a Suzy Bannion, una bailarina que arribaba a una prestigiosa academia de ballet europea para tomar clases de los mejores maestros para impulsar su carrera. Pero, casi desde el primer momento percibe algo inusual y comienza a confrontar y exponer lo que no se puede explicar o incluso ver. 

Las estudiantes y maestras de la escuela parecen ocultar un secreto oscuro y quizá peligroso para las vidas de las alumnas, las cuales comienzan a “desaparecer” misteriosamente. 

Al principio nadie le cree (obviamente, si no la película finalizaría o no sería un filme que resuene psicológicamente) y la joven mujer, aterrorizada, empieza a dudar. ¿Estará perdiendo la cabeza? La mezcla de terror con un poco de giallo -género del cual Argento era un maestro- ofrece una estética que te involucra con el personaje para que veas lo que ella. ¿Está loca? ¿Hay algo ahí? Para Suzy todo parece más irracional y, por lo mismo, imposible de comprender, como la vida misma. Punto especial, el estupendo remake y reinterpretación dirigido por Luca Guadagnino (Call me by your name) estrenado el año anterior.

The Warriors - 1979 

El tiempo dio toda la razón a Walter Hill y su peculiar visión sobre una pandilla que viste chalecos de piel con imágenes de calaveras que huye en medio de la noche perseguidos por hombres pintados cuales mimos o miembros de KISS, con bates de béisbol, así como otros coloridos personajes. The Warriors jamás pretendió ser un retrato natural y realista de las calles de Nueva York de los 70. Es una interpretación muy estilizada de un relato griego sobre una tropa de soldados atrapados en líneas enemigas. Con cómics, videojuegos y un remake dando vueltas por los estudios de Hollywood, la cinta supo crear una identidad única y escribir su propia página en la historia del cine. 

Trainspotting - 1996 

Basada en la novela homónima de Irvine Welsh, el filme fue muy cuestionado y criticado en su época (mediados de los noventa) porque algunos creían que abogaba por el consumo de drogas. Nada más lejos de la verdad, si tenemos en cuenta que el libro y la película abogan básicamente, por lo contrario, que finalmente hay que apostar por la vida. La estética de este hito fue de lo más innovador en su momento, con un montaje y, sobre todo, secuencias surrealistas que nos introducían al mundo interior del protagonista (el gran descubrimiento de Ewan McGregor), que ayudaba a poner en imágenes lo que él está sentía en cada momento. Por otra parte, la música es un elemento fundamental que acompaña, si no todas, la mayoría de las secuencias, básicamente una selección del mejor indie y britpop de los noventa, con joyas de Blur, Pulp y Elastica. 

Tiburón - 1975 

Hoy nadie dudaría en calificar Tiburón de Steven Spielberg como “un típico producto de Hollywood” si se hubiera estrenado años después. Sin embargo, en su estreno la película era todo menos una película de aventuras más. De hecho aun hoy se debate a qué género pertenece, con quienes sostienen que es del género de terror y los que la etiquetan de aventuras. Algunos se vuelan y claman que estamos ante la fundadora del subgénero de películas de tiburones.

Spielberg juega con una idea simple pero universal, la amenaza que “hay algo debajo en el mar, que no ves, pero está ahí latente”. Su célebre introducción en la que Chrissie Watkins (Susan Backlinie) se interna desnuda en las aguas mientras se escucha la inolvidable banda sonora compuesta por John Williams, tenía los ingredientes de un magnífico suspenso y el hoy simbólico anuncio de la revolución cinematográfica que estaba por venir. 

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