La industria musical suele enfocarse en las celebridades al frente de la mirada pública, pero los manufactureros de todo, quedan en la oscuridad.
Así como Britney Spears no sería lo que conocemos hoy en día sin Larry Rudolph, algo similar le ocurrió a Thalía pero su transformación fue en manos del hijo de Gustavo Díaz Ordaz.
La sombra histórica que se cierne sobre apellidos como Díaz Ordaz, no es fácil de ignorar, pero para Alfredo, tercer hijo del expresidente y su consorte, doña María Guadalupe Borja, la política era algo que no le importaba tanto.
Nació en un México en transformación, donde el rock era sinónimo de rebeldía y extranjerismo.
A él le tocó escuchar de primera mano a las bandas que influyeron para romper con el conservadurismo de la música ranchera y regional: la música en inglés que le dio a los jóvenes un nuevo medio de expresión, el rock and roll.
Amante del rock y de la música clásica, Alfredo estudió música, desafiando a sus padres a pesar de que la melomanía había sido heredada de su padre.
Al ser fanático de las melodías mexicanas, el presidente Ordaz aprendió a rascar las cuerdas como un pasatiempo, e interpretaba únicamente en ocasiones muy especiales.
Alfredo intentó primero su incursión en la música con un par de proyectos que no prosperaron, Shadow Of The Beats y Love Syndicate, este último con una marcada influencia psicodélica con acercamientos al blues que sería su sello durante las próximas décadas.
Con terquedad, decidió fundar Renaissance. Fue Cisne Raff el sello responsable de grabar a esta banda a principios de la década de los 70. Luego vino Wingman con el disco The Seven Gates, The Red Eye Band y Wingman II.
Sus infructuosos intentos no se detuvieron ahí, otras bandas aparecieron en su catálogo: Al Wildheart, Lucrecia y un disco solista titulado Los Colores de la Música (estrenado meses antes de su muerte), estos últimos con tintes más pop.
Fue bajo los auspicios de Alfredo que la controversial e icónica banda The Doors se presentó en 1969 en la Ciudad de México, en una época en la que los conciertos masivos (y de bandas extranjeras) estaban extraoficialmente prohibidos.
Muchas son las historias que se cuentan alrededor de la rebeldía de Alfredo, quien incluso habría llevado al mismísimo Jim Morrison hasta la casa presidencial de Los Pinos para dar una fiesta después del concierto.
Sin duda, un hombre lleno de terquedad y rebeldía, la cual nunca logró que explotaran sus bandas y sus ideas, hasta que conoció a la joven Thalía de 19 años, quien decidió separarse de Timbiriche para ser solista.
Cuando en 1990 se le encomendó tomar a Thalía para crearle una imagen y un disco como solista, las chispas entre ambos volaron.
Alfredo produjo los primeros dos discos: Thalía, en 1990 y Mundo de Cristal en 1991, además de ser responsable de las letras en varias canciones como “Cristal”, “Sudor (Parte I y II)”, “Te necesito”, “Madrid”, “Mundo de cristal”, “En silencio”, “Blues Jam”; “El baile de los perros y los gatos”, “Saliva”, “Pacto entre los dos”, “Thalis’man (Talismán)”, “El poder de tu amor” y “La tierra de nunca jamás”.
Tomando elementos que ella misma aportó, como su predilección por Marilyn Monroe, por ejemplo, Díaz Ordaz creó una imagen completamente diferente, con influencias de psicodelia y glamour que causó mucho impacto.
Era tan fuerte, que hasta Raúl Velasco quedó consternado y la calificó de "corrientota" por “Un pacto entre los dos”, sin duda que la chica cantaba sobre sadomasoquismo y saliva contribuyó al escándalo.
Antes de su muerte, él le produjo dos discos más, que conforman la trilogía de Amor, lágrimas y sangre y que fueron de los más exitosos de la carrera de Thalía.
Sin duda, la sociedad le da un punto especialmente importante a la transformación de “niña a mujer” de una celebridad. Esta transición es tan crucial que si se hace “mal”, puede crear una mella enorme en la carrera de la artista de la que será difícil hacer olvidar.
Para fortuna de Thalía, a pesar de haber perdido a su primer amor rápidamente, Alfredo Díaz Ordaz logró crear la icónica imagen que hoy conocemos de la cantante mexicana y vaya que su legado conjunto seguirá por un largo camino.
Disfruta de la música de Thalía y demás artistas mexicanas sólo en Sanborns al dar click AQUÍ.