El concepto del arte contemporáneo parece útil y, sin que seamos burros ni se trate de falsas promesas, una zanahoria la cual perseguir. Nos puede empujar rumbo a las utopías, al explorar ideas y preocupaciones, en lugar de únicamente el aspecto de la obra. Aunque esto tampoco parezca tan novedoso. Una importante parte de la producción de arte clásico respondía a los poderes en turno, a motivos eclesiásticos y preguntas existenciales que nos han acompañado desde siempre. El llamado arte contemporáneo tampoco es un término tan nuevo, aun menos si lo comparamos con la inmediatez actual, cuando un espacio como el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres se fundó en 1947.
Este término incluye a los artistas e industrias que prueban diferentes formas de experimentar con ideas y materiales, es decir, con un proceso que generalmente documenta sueños para entender o disfrutar nuestra naturaleza social o los condicionamientos a los que nos sometemos. No es una tarea menor ni exclusiva de esta disciplina, pero es interesante que, por ejemplo, parte del “arte político y sociocrítico” en la actualidad sobreviva en un entorno sobrecalentado en los mercados, con targets que pueden acercarse a los poderes fácticos, a diferencia de un grabado popular de hace siglos que exhibiera una caricaturización del rey.
Como un término todoterreno, este arte se destina a hablar más allá de entendimientos, narrativas particulares, fronteras y, en una labor menos cercana a la militancia o los panfletos, a los credos. Es parte de un momento en el cual la alegoría o simbolismo detona reflexiones, acciones y retroalimenta comportamientos sociales descriptivos, al tratarse también de una actividad de nicho con base en la observación del entorno y la manera como se vende a un público o los coleccionistas. Si desmitifico la labor, parece que nos exhibe a todos en el mismo juego, sea a uno o a Andy Warhol, Pablo Picasso, Joseph Beuys, Cindy Sherman o Liu Xiaodong. Por supuesto que ellos son grandes artistas y yo no, pero también son seres humanos como cualquiera, falibles, con ideas, moldeados, con vicios y virtudes.
A veces nombrada una “lealtad imperfecta a las estructuras ideológicas de las élites sociales”, estas expresiones artísticas reimaginan instantes, críticas, sabidurías, estilos de vida emergentes y metáforas de nuestro potencial y de los soportes. Los dispositivos son extensos para explorar las estructuras actuales, muchas veces con humor y con utensilios al alcance de muchos. Para otros son maneras de entender único e independiente a cada momento, en un espectáculo no siempre narrado, un juego en el que todos estamos inmersos. Ya lo dicen: “Si quieres saber del agua, no le preguntes al pez”.
Como cada año, ZⓈONAMACO es una oportunidad para sumergirse en el arte cintemporáneo y contará con un extenso programa de actividades paralelas que se llevarán a cabo en museos y galerías alrededor de la Ciudad de México, así como un programa de conversaciones impartidas por panelistas internacionales que hablarán sobre temas relacionados con arte, diseño, fotografía y antigüedades.
ACTIVIDADES PARALELAS
Inauguraciones, exposiciones y eventos especiales abiertos al público.
Consulta y descarga el programa aquí.
HORARIOS ZⓈONAMACO 2022
MIÉRCOLES 9:
5PM – 9PM (Inauguración abierta al público)
JUEVES 10, VIERNES 11, SÁBADO 12:
1PM – 9PM
DOMINGO 13:
11PM – 7PM
COSTOS POR DÍA
General $450 MXN
Estudiante $350 MXN
Full pass (acceso todos los días) $1,250 MXN
Para dar cumplimiento a los protocolos sanitarios se requiere a TODOS los asistentes de ZⓈONAMACO presentar su certificado de vacunación o una prueba de Covid negativa con 24 horas de anticipación al ingreso. Contarán con un módulo para pruebas dentro de Centro Citibanamex (código de descuento: CCB-Visitantes).
Será obligatorio el uso de cubrebocas y se respetará el aforo permitido por las autoridades al día del evento. Del 9 al 13 de febrero en Centro Citibanamex.
https://zsonamaco.com/
Fotos: Prensa ZⓈONAMACO
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